El Sporting se despe?a

En una atm¨®sfera b¨¦lica, la t¨ªpica de los equipos y las aficiones que se resisten a la evidencia, El Molin¨®n despidi¨® al Sporting de la Primera Divisi¨®n despu¨¦s de cuatro a?os de vida y milagros. El Villarreal, incluso esta versi¨®n rebajada de los ¨²ltimos meses, est¨¢ bastante por encima futbol¨ªsticamente del equipo de Clemente. En el momento que se encontr¨® con un rival que no le regal¨® nada, el Sporting choc¨® con la cruda realidad tras una temporada disparatada: aunque las matem¨¢ticas a¨²n no lo digan, es equipo de Segunda.

Lotina y Clemente tienen muchas coincidencias en su libro de estilo, como se apreci¨® en su cara a cara. Son de esos entrenadores que presumen de montar sus conjuntos desde una buena defensa o, al menos, nutrida. Y a menudo recurren a centrales para dar equilibrio al centro del campo. Lo hizo Clemente con G¨¢lvez y replic¨® Lotina con Marchena. La diferencia, que no tard¨® en plasmarse sobre el campo, fue el acompa?amiento. Mientras que al exvalencianista le escoltaban nada menos que Senna y Bruno, en la zona de creaci¨®n del Sporting estaba Lora, abandonado a su suerte por un G¨¢lvez desubicado y por Trejo, que no pudo reprimir su tendencia a vivir m¨¢s cerca del ¨¢rea contraria que de la propia.

Por si fuera poco, Borja Valero se sumaba a la fiesta partiendo desde la banda izquierda. Precisamente, un movimiento de Valero, perseguido de lado a lado por Dami¨¢n, estuvo en el origen del primer gol. Bruno aprovecho el agujero para plantarse solo ante Juan Pablo, que salv¨® el primer envite, pero ya no pudo hacer nada con la sorpresiva llegada de Mario al ¨¢rea peque?a desde el lateral.

La sensaci¨®n de superioridad del Villarreal era tan n¨ªtida que, una vez m¨¢s, el Sporting se enfrentaba a una misi¨®n imposible. El gol de Lora, llegado de la nada, fue un espejismo que dur¨® exactamente tres minutos, los que tard¨® la defensa sportinguista en urdir el en¨¦simo desastre de la temporada. Dami¨¢n se qued¨® paralizado en el pico del ¨¢rea, Marco Rub¨¦n agradeci¨® el detalle y Gregory, pese a que el delantero apenas ten¨ªa ¨¢ngulo, le derrib¨®. Marcos Senna, con la piel curtida en mil batallas, aguant¨® la presi¨®n del punto de penalti y de 28.000 gargantas.

Si el Sporting se fue al descanso con un pie en Segunda, Hern¨¢n P¨¦rez le puso con los dos poco despu¨¦s de regresar. El poste izquierdo devolvi¨® un primer remate, tras un lujo de Borja Valero, pero ese mismo palo fue su aliado en un disparo m¨¢s lejano. El Molin¨®n enmudeci¨®, pero muy pocos se movieron de sus butacas, quiz¨¢ para alargar por unos minutos la sensaci¨®n de vivir f¨²tbol de Primera.

Clemente quem¨® sus naves con tres cambios a la desesperada, pero la l¨®gica del f¨²tbol se impuso de forma aplastante. Hasta que un error defensivo del Villarreal permiti¨® marcar a G¨¢lvez y asistir a un desenlace en el que hubo de todo, pero nada bueno: piques entre los jugadores, lanzamientos de objetos, expulsiones y, por supuesto, nada de f¨²tbol. El Villarreal lleg¨® a temer por un nuevo empate, pero el Sporting era un cad¨¢ver futbol¨ªstico.