El voraz Olympiacos tritura al Madrid
Tras un primer cuarto de ensue?o, el equipo de Laso se desploma frente a Spanoulis y el dominio del escenario del equipo griego, que revalida la corona europea
La voracidad, el coraje, la maestr¨ªa t¨¢ctica del Olympiacos, con sus incansables y certeros ejecutores, Law, Hines y Spanoulis, arramblaron con el sue?o incubado por el Real Madrid durante 18 a?os. La ¨²ltima generaci¨®n adoctrinada por Pablo Laso no consigui¨® abatir a un rival que gestion¨® con una solvencia magistral sus recursos.
El Madrid careci¨® justamente de esa virtud esencial, imprescindible: el dominio del escenario. Y despu¨¦s de un primer cuarto de ensue?o, perdi¨® pie y fue tropezando, se tambale¨® a la misma velocidad que se hab¨ªa escapado, hasta caer definitivamente de bruces, irreconocible, sobrepasado por el rival y probablemente por la solemnidad de un acontecimiento que hab¨ªa visto por televisi¨®n durante casi dos d¨¦cadas.
El temple, el coraje y la espl¨¦ndida gesti¨®n de sus recursos catapultaron al Olympiacos a una segunda corona consecutiva, algo que nadie consegu¨ªa desde que lo hizo el Maccabi en 2005. Refrend¨® el equipo griego su hist¨®rico t¨ªtulo de hace un a?o ante el CSKA. Entonces remont¨® 19 puntos en los ¨²ltimos 12 minutos. Esta vez en Londres, volvi¨® a dar un aviso para navegantes y desmadej¨® por completo de nuevo al equipo ruso en las semifinales. Ante el Madrid remont¨® los 17 puntos con los que fue lacerado en el primer cuarto (10-27). Se qued¨® cort¨® el Madrid en todo despu¨¦s de ese aceler¨®n descomunal.
OLYMPIACOS, 100 REAL MADRID, 88
Parciales: 10-27 | 27-14 | 24-20 | 39-27
Olympiacos: Law (20), Spanoulis (22), Powel (2), Printezis (5), Papanikolau (5) ¡ªcinco inicial¡ª Hines (12), Antic (10), Perperoglou (10), Shermadini (3), Sloukas (11), Gecevicius (0) y Katsivelis (0).
Real Madrid: Llull (14), Rudy Fern¨¢ndez (21), Carlos Su¨¢rez (5), Mirotic (7), Begic (6) ¡ªcinco inicial¡ª Draper (0), Reyes (4), S. Rodr¨ªguez (17), Carroll (5) y Slaughter (9).
?rbitros: Cerebuch (ITA), Belosevic (SER) y Ryzhyk (UCR). Sin eliminados.
15.169 personas en el 02 de Londres. El CSKA gana 74-73 al Bar?a por el tercer puesto.
Rudy Fern¨¢ndez hurg¨® en solitario, Carroll no apareci¨® muy hasta el final, desapareci¨® Begic en el banquillo y los relevos en los sucesivos quintetos en la cancha no consiguieron estar a la altura del tremendo aceler¨®n del Olympiacos en el segundo cuarto. Y tras el descanso, la defensa del Madrid se fundi¨®, ciega ante las arremetidas de Law y Spanoulis, espl¨¦ndido tras una primera parte en la que se qued¨® a cero y desenfocado, atado en corto por Llull.
Todo empez¨® al rev¨¦s de c¨®mo concluy¨®. El primer cuarto del Madrid fue sensacional, de ensue?o. Esa defensa de Llull, con ayudas estupendas de Begic y algunos minutos en zona, desfigur¨® a Spanoulis y tambi¨¦n a Law. El ataque de Olympiacos qued¨® reducido a las cenizas, a 10 m¨ªseros puntos. En la otra zona de la cancha, el Madrid atac¨® en tromba. Llull, Rudy y hasta Mirotic encontraron muchos espacios exteriores y afinaron en los triples, con cinco aciertos en siete lanzamientos. Y cuando la defensa del Olympiacos trat¨® de resituarse, el Madrid encontr¨® huecos para alimentar cerca del aro a Begic y Mirotic. Y para remate, los robos de bal¨®n del Madrid concluyeron con varios contraataques de libro. El resultado fue demoledor: 10-27.
Solo hab¨ªan transcurrido diez minutos y el partido estaba decantado. El Olympiacos ten¨ªa que subir una empinada cuesta, pero trep¨® como una centella. Demostr¨® ser un equipo con cintura, capaz de imponer una marcha m¨¢s en casos de emergencia, de recuperar desventajas enormes, de actuar con registros muy diferentes. Con m¨¢s movilidad bajo el tablero, con Hines y m¨¢s amenaza exterior, con un p¨ªvot con buena mano como Antic, nada que ver con su pareja titular Printezis-Powell. Result¨® inaudita su reacci¨®n.
Cerraron los griegos con candado en el inicio del segundo cuarto. Al Madrid, desestabilizado tambi¨¦n por alg¨²n exceso de dureza del Olympiacos, le cost¨® m¨¢s de tres minutos anotar sus primeros puntos en esa fase. Perdi¨® el ritmo y estuvo inc¨®modo en ataque, con p¨¦rdidas de bal¨®n que delataron su confusi¨®n y desarreglo posicional. Los rojos abrieron la espita de los triples, revolucionaron su juego con transiciones vertiginosas, impusieron un ritmo endiablado. Antic y Hines primero, Perperoglou despu¨¦s, Law, todos percut¨ªan en la defensa del Madrid, excepto la estrella del equipo, Spanoulis. Kill Bill aguardaba su momento. El Olympiacos le devolvi¨® al Madrid los 27 puntos del primer cuarto antes del descanso.
Y lleg¨® el momento de Spanoulis. Fue un torbellino. Tom¨® el bal¨®n y el tim¨®n, zarande¨® a la defensa del Madrid y clav¨® tres triples en poco m¨¢s de un minuto. A partir de ah¨ª, solo Rudy Fern¨¢ndez mantuvo el tono imprescindible para da?ar a un rival ya due?o del ritmo y espoleado por el estado de gracia de Spanoulis y Law. Fue abriendo brecha el Olympiacos (52-46), m¨¢s todav¨ªa en el inicio del ¨²ltimo acto, con Rudy tomando respiro en el banquillo.
Cuando Spanoulis anot¨® otro triple (70-62), volvi¨® Rudy, pero el tablero ya lo dominaba el equipo griego, magistral leyendo la defensa en zona o mixta del Madrid, con Draper, a veces con alg¨²n p¨ªvot, intentando frenar a Spanoulis. No lo consigui¨®. Y los ¨²ltimos seis minutos de partido resultaron un v¨ªa crucis para el equipo de Laso, impotente, incapaz de dar una ¨²ltima vuelta de tuerca. Se esfum¨® el sue?o. 18 a?os despu¨¦s de su octavo t¨ªtulo, alcanzado en Zaragoza de la mano de Sabonis, el Madrid tendr¨¢ que seguir esperando la novena.
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