Barcelona-Alav¨¦s: Chasco monumental en el Camp Nou
El Bar?a, irreconocible desde la alineaci¨®n, impotente en ataque y vulnerable en defensa, cae ante un espl¨¦ndido Alav¨¦s
Mal asunto cuando se da por ganado un partido y se piensa m¨¢s en el siguiente, incluso si el equipo es el Bar?a, campe¨®n de Liga. La prensa pide a coro que descanse Messi, los seguidores gandulean, al entrenador se le va la mano con los cambios y cuando llega la hora los futbolistas no entran en juego, incr¨¦dulos y paralizados por la derrota irreparable que se les viene encima, sangrante si el contrario es un equipo aparentemente accesible como el Alav¨¦s. Los azulgrana siempre fueron a remolque de los alegres muchachos de Pellegrino, y los titulares no pudieron corregir el encuentro que tan mal afrontaron los suplentes por m¨¢s fondo de armario que tenga Luis Enrique. El Alav¨¦s ni siquiera rompi¨® a sudar ante los barcelonistas, muy vulgares y rendidos, sin f¨²tbol ni amor propio, sin alma ni fe, sin y con Messi.
Nadie reconoci¨® de salida al Bar?a. No jugaba por una vez el equipo de Messi, afectado por la pubalgia, y Luis Enrique cambi¨® a la defensa y a la delantera respecto a San Mam¨¦s. Los ¨²nicos que han tenido continuidad desde el inicio del curso han sido los centrocampistas y no ha habido m¨¢s figura que Arda. No se quej¨® de inicio la hinchada porque sab¨ªa que si hab¨ªa un partido para las rotaciones era contra el Alav¨¦s. Hay jornadas en que incluso se puede disimular que en la alineaci¨®n no figure m¨¢s futbolista formado en casa que Busquets, s¨ªntoma de los nuevos tiempos que corren por el Camp Nou. El exigente mes de septiembre invitaba a dosificar al tridente y a presumir de plantilla, mejorada respecto a la temporada pasada, rematada por el fichaje de Alc¨¢cer.
La paciencia de la afici¨®n dur¨® media hora, y se acab¨® despu¨¦s con el gol del Alav¨¦s. El centro de Kiko Femen¨ªa y el remate de Deyverson, que se anticip¨® a Mascherano, expresaron la apat¨ªa del Barcelona. No hab¨ªa noticia de los debutantes, ni del portero Cillessen, titular por lesi¨®n de Ter Stegen, ni tampoco del ariete Alc¨¢cer, mientras Neymar parec¨ªa un turista que acababa de llegar de R¨ªo. El brasile?o simboliza la sorpresa, y a veces tambi¨¦n el caos, porque se enreda en el regate, se equivoca en la toma de decisiones, empe?ado en protagonizar la jugada del partido en cada intervenci¨®n, y m¨¢s en ausencia de Messi. El equipo no ten¨ªa l¨ªnea de juego, descoordinado y confundido por la falta de automatismos, sin espacios por el buen cierre del Alav¨¦s, parapetado frente al ¨¢rea.
No funcionaban los int¨¦rpretes y no hay solfeo cuando no tocan los chicos de La Masia. Hac¨ªa a?os que no se ve¨ªa un equipo barcelonista tan inocuo en el Camp Nou. No hab¨ªa profundidad ni desequilibrio y el juego se ralentiz¨® tanto desde el bando azulgrana que solo despert¨® con el tanto del delantero centro del Alav¨¦s. Los espectadores empezaron a mirar al banquillo, alarmados por entender que el entrenador perd¨ªa el tiempo con aquella tropa tan aburrida, imprecisa y previsible, sin profundidad ni desequilibrio, incapaz de tirar una vez a puerta. A Luis Enrique, sin embargo, no conviene llevarle la contraria porque mantuvo al mismo once despu¨¦s del descanso y al minuto empat¨® Mathieu.
Sin soluciones
A falta de talento, se impon¨ªa la intensidad y la agresividad, y tambi¨¦n jugadas convencionales, como las de bal¨®n parado que supuso el 1-1. Mathieu perdon¨® incluso el 2-1 antes de que el ¨¢rbitro anulara un tanto al Alav¨¦s. La carga azulgrana fue en aumento y el partido se puso a punto para la entrada de Messi y un poco m¨¢s tarde del capit¨¢n Iniesta. Mejor¨® la ofensiva azulgrana y en cambio se mantuvo su vulnerabilidad defensiva, certificada con el gol de Ibai, que no tuvo piedad despu¨¦s de un segundo error de Mascherano, y puso el 1-2. La respuesta de Luis Enrique fue situar en la cancha a Luis Su¨¢rez. La situaci¨®n era de tanta emergencia que ped¨ªa la presencia de los tres medios y los tres delanteros titulares del Bar?a. Hab¨ªa que jugar a contrareloj ante el revitalizado Alav¨¦s.
Los azulgrana, sin embargo, no encontraron soluciones colectivas ni individuales para revertir el partido y el chasco fue monumental en el Camp Nou. La quietud fue sobrecogedora: no se gener¨® juego ni se contaron oportunidades en la cancha ni tampoco hubo silbidos en la grada mientras retumbaba Vitoria. El partido se consumi¨® de mala manera y acab¨® con un tiro desviado de Messi. El Bar?a no tuvo equipo ni plantilla, ni titulares ni fondo de armario, vencido por el virus FIFA, las rotaciones, las lesiones y sobre todo por un excelente Alav¨¦s. Nadie estuvo por el partido en el Bar?a. La desconexi¨®n fue total en el Camp Nou.
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