Sergio Ramos vuela en N¨¢poles y clasifica al Real Madrid
Dos cabezazos del capit¨¢n rescatan a un mal conjunto blanco, que estuvo a merced de los italianos toda la primera parte. 6-2 en el global de la eliminatoria y acceso a cuartos
En el cacareado infierno de N¨¢poles se impuso un cocodrilo: Sergio Ramos. Antes, durante todo el primer tiempo, el cuadro italiano destartal¨® a un Madrid chato y fuera de lugar. Insuficiente frente a dos mordidas del capit¨¢n madridista, la cabeza m¨¢s distinguida de Europa, la m¨¢s reconocible y puntual. Enganchado a los dos vuelos de Ramos respir¨® el grupo de Zidane. Tuvo a Ramos, no f¨²tbol, pero pudo pasar un segundo tramo sosegado tras haberse visto en el cuarto oscuro.
Mientras Ramos esperaba pista para el despegue, el N¨¢poles, un equipo descamisado que asume toda ventura defensiva, tuvo al Madrid en el alambre. A un Madrid incapaz de dar con la tecla adecuada. De entrada, fue un equipo faldicorto, impaciente para tocar y sacudirse la asfixia napolitana y con m¨¢s empe?o que precisi¨®n para cazar al vuelo a sus distinguidos delanteros. Vacilante en el juego y en cada disputa, el Madrid estuvo a merced del N¨¢poles. Todo a la vista de Zidane, supeditado a su alineaci¨®n preferida y sin correcci¨®n alguna sobre la marcha en el primer acto. Entonces, prevaleci¨® el f¨²tbol entre l¨ªneas de la escuadra italiana. El Real Madrid, nada de nada, sometido, fuera de escena.
De nuevo, un conjunto poco gremial, partido por el eje, con la BBC entre par¨¦ntesis, a otra cosa, a lo suyo. No son pocos los partidos que ganan por su cuenta, pero tambi¨¦n llevan en su debe que el equipo no sea tan redondo como cuando envida con la segunda columna, m¨¢s dispuesta para el tajo que sea menester. Pero es el sello del club, en las buenas y en las malas. Les avala el mazo ¡ªaunque CR lleve seis partidos sin marcar en Champions¡ª, pero en San Paolo quien cruji¨® la mand¨ªbula al N¨¢poles fue Sergio Ramos, que cabecea con perdigones.
Hasta que el capit¨¢n cogi¨® la p¨¦rtiga, el Madrid estuvo cerca del siniestro. El cuadro italiano simula su ataque con delanteros maquillados que en realidad son volantes muy revoltosos y con ingenio que se alejan del ¨¢rea para llegar al asalto. No tienen forro muscular para anidar cerca de la porter¨ªa adversaria. Atacan de frente, no de espaldas, lo que desconcierta al rival, cuyos zagueros y centrocampistas debaten si tuyo o m¨ªo. Lo empoll¨® Sarri, el t¨¦cnico italiano, ni se inmut¨® su colega.
La emboscada sobre Casemiro de la tropa de mediapuntas locales era elocuente, pero no intervino el t¨¦cnico franc¨¦s. Ni siquiera cuando emboc¨® Mertens, tras una jugada de billar entre Insigne y Hamsik. Ambos ya hab¨ªan amenazado con creces por el mismo sector, en el radar de Casemiro, al que nadie auxili¨® en la intendencia. La trama demandaba con urgencia reforzar la l¨ªnea media, que alg¨²n madridista escoltara al medio centro. Nadie lo hizo, y Hamsik, Insigne, Mertens y Callej¨®n tuvieron al Madrid en las cuerdas, apenas sujetado por la aplicaci¨®n defensiva de Pepe y Ramos.Tan solo un par de acelerones de Bale pusieron en jaque el N¨¢poles, que en ambas jugadas evidenci¨® la debilidad de Koulibaly y Ghoulam, el ala izquierda de su retaguardia. Pero no insisti¨® el Madrid por esa ruta de evacuaci¨®n, pese a que en otra contra Cristiano, de puntillas casi toda la noche, remat¨® al palo derecho de Reina tras amagarle.
Lo del camero es prodigioso. No hay rival que no decrete orden de arresto al andaluz en esas jugadas. Lo mismo da, el central no tiene techo
Fruto de la superioridad azulona, a la ocasi¨®n epis¨®dica de CR respondi¨® Mertens con otro disparo al palo, de nuevo infiltrado en otra acci¨®n contra Keylor. Jugaba el N¨¢poles, con el coraz¨®n en los huesos en cada acci¨®n; comparec¨ªan de mala manera los de Zidane. Hasta que de vuelta del intermedio, con los mismos protagonistas y la misma disposici¨®n t¨¢ctica, no se demor¨® Sergio Ramos en acudir al rescate. En poco m¨¢s de cinco minutos, dos saques de esquina de Kroos, un ilustrado en esa suerte futbolera, ya sea ejecutando desde una orilla u otra, y dos cabezazos de ese bucanero que es Sergio Ramos, el segundo tras un rebote en la coronilla de Mertens. Lo del camero es prodigioso. No hay rival que no decrete orden de arresto al andaluz en esas jugadas. Lo mismo da, el central espa?ol no tiene techo.
Con Sergio Ramos por los aires el N¨¢poles sac¨® bandera blanca. Fin del sue?o en dos instant¨¢neas de c¨®rner, m¨¢s que suficiente para sentirse atribulado, desconcertado, deste?ido por completo. Ya en ventaja s¨ª actu¨® Zidane, que retir¨® a Bale en favor de Lucas V¨¢zquez, con lo que el Madrid fue m¨¢s sim¨¦trico. Y a¨²n m¨¢s picante con Morata, que reba?a con goles sus contados minutos. Argumentos de sobra para despejar definitivamente a su opositor, rendido, muerto de realidad. La realidad de Sergio Ramos. Otra vez, el tit¨¢n del Madrid, de un Madrid ya en cuartos de final por la buena cabeza de su capit¨¢n. La que le falt¨® al equipo hasta que el andaluz espant¨® los fantasmas.
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