Los jugadores se saludan en el t¨²nel de vestuarios. Saltan al c¨¦sped. Se colocan en fila, firmes. Suena el himno de la Champions y a todos, los protagonistas y los espectadores, se les dispara la emoci¨®n. Pero sobre el terreno de juego hay otras personas para las que ese momento es a¨²n m¨¢s especial porque nunca, hasta ese instante, han vivido nada igual. Son una treintena de ni?os que escuchan el himno junto a jugadores y ¨¢rbitros tan firmes como ellos. Pero quiz¨¢ m¨¢s emocionados. Para muchos es la primera vez y est¨¢n acu?ando un recuerdo que les durar¨¢ toda la vida. Pero, ?qu¨¦ le pasa al coraz¨®n de los ni?os de la Champions en esos minutos irrepetibles? ?Hasta d¨®nde puede llegar el ritmo card¨ªaco? ?Cu¨¢l es el segundo m¨¢s intenso? Un experimento, llamado Kit Beats, puesto en marcha este a?o por el patrocinador de la Liga de Campeones responsable de esta experiencia, Mastercard, tiene la respuesta.
"Fue como escuchar por primera vez su latido", explica Laura Buitrago, una de las madres que disfrutaron de la experiencia. El mismo sentimiento en el c¨¦sped y las gradas. Los hijos saltan al campo de la mano de sus ¨ªdolos y los padres en la grada notan su latido como si fuera suyo. Kit Beats transmite a los padres el grado exacto de emoci¨®n de sus hijos, latido a latido. Literalmente. Se trata de un dispositivo dividido en dos partes. Una mide las pulsaciones de los chicos y chicas que toman parte en la ceremonia inicial de cada partido de Champions y env¨ªa esa frecuencia card¨ªaca al otro extremo, una chaqueta que visten los padres y que late tal y como lo est¨¢n haciendo los ni?os en cada momento.
¡°Ha sido una de las mejores experiencias de mi vida, junto con el nacimiento de mi hijo¡±, asegura Buitrago, la madre del peque?o Alejandro, de nueve a?os. ¡°Es muy especial poder notar c¨®mo se aceleran, averiguar sin verlo en qu¨¦ momento se han encontrado con los jugadores. Ver c¨®mo reaccionan cuando saltan al campo. Te hace sentir mucho m¨¢s cerca, es impagable¡±, relata Soraya Garc¨ªa, madre de David, de ocho a?os.
Alejandro es del Atl¨¦tico de Madrid, pero eso no le impide sentir simpat¨ªa tambi¨¦n por el Real Madrid. Juega de defensa en benjamines en el CD Canillas madrile?o. Su sue?o es ser profesional: ¡°Quiero jugar la Champions y ser yo el que lleve a un ni?o cuando salte al campo¡±. ?l ya lo ha hecho varias veces tras participar en la experiencia ofrecida por Mastercard para ni?os de entre siete y nueve a?os en la pasada temporada y la actual: ¡°He estado con Modric, con Koke, y Griezmann [su ¨ªdolo, porque Alejandro tambi¨¦n es zurdo] me choc¨® la mano en el t¨²nel de vestuarios¡±. Su ¨²ltima oportunidad de estar junto a sus referentes fue el pasado 12 de diciembre, cuando el Real Madrid se enfrent¨® al CSKA de Mosc¨² en el Bernab¨¦u. Un sorteo decide, justo antes de que suene el himno de la competici¨®n, qu¨¦ jugador ir¨¢ con cada ni?o. ¡°Ese d¨ªa me toc¨® con Magnusson, del CSKA¡±. No lo conoc¨ªa. Y sin embargo su coraz¨®n, como el de los 21 ni?os y ni?as restantes que utilizaron Kit Beats ese d¨ªa, increment¨® sus pulsaciones en un 85% de media.
Si Alejandro estaba a 79 pulsaciones por minuto antes de ver a los jugadores, en el momento de saltar al campo y empezar a escuchar el himno de la Champions, se puso a 146. Lo mismo le ocurri¨® a David, que pis¨® el c¨¦sped del Wanda Metropolitano de la mano de Filipe Luis en el encuentro que enfrent¨® al Atl¨¦tico con el Borussia Dortmund, el pasado 6 de noviembre. La muestra recogida ese d¨ªa refleja un aumento del 67% en el ritmo card¨ªaco de los 22 chicos, llegando a una media de 151 pulsaciones por minuto.
¡°No me pod¨ªa creer c¨®mo iba el coraz¨®n de mi hijo, ?al sentirlo encima del m¨ªo casi se me saltan las l¨¢grimas!¡±, recuerda Soraya Garc¨ªa. Ella y David tambi¨¦n hab¨ªan vivido la experiencia antes, pero no as¨ª: ¡°Fue muy ¨²til para saber c¨®mo estaba mi hijo. Los dejas de ver una hora y media antes de que empiece el partido y te vas a la grada. Y a veces hasta te cuesta distinguirlos por la lejan¨ªa. Pero con el dispositivo los padres podemos sentirnos m¨¢s cerca, estoy muy agradecida¡±.
The Lion es la empresa espa?ola encargada de desarrollar Kit Beats, que ahora se utilizar¨¢ en todos los partidos de Champions que se jueguen en Espa?a. Su director de tecnolog¨ªa, Hugo de Le¨®n, explica los retos que planteaba el dise?o del dispositivo: ¡°Ten¨ªa que ser ergon¨®mico, para que a los ni?os no les pareciese inc¨®modo, as¨ª que lo incrustamos en una camiseta interior. Al estar en un estadio con miles de personas, radios e inhibidores de frecuencia de las fuerzas de seguridad, tuvimos que pensar muy bien c¨®mo ¨ªbamos a transmitir la se?al de un extremo a otro para que cada padre recibiese constantemente la evoluci¨®n de las pulsaciones de su hijo¡±. La se?al se transmite por ondas con una longitud baja, y salta de repetidor en repetidor por todo el estadio hasta la grada en la que se encuentran los padres.
Los datos del latido de cada ni?o son recogidos por un monitor que captura todas las se?ales emitidas. En los dos partidos analizados (el del Atl¨¦tico contra el Borussia y el del Real Madrid contra el CSKA, donde estuvieron David y Alejandro, respectivamente) se recogieron datos similares. Uno de los 15 ni?os y siete ni?as del partido en el Metropolitano alcanz¨® el pico de 162 latidos por minuto, mientras que en el Bernab¨¦u el m¨¢s acelerado lleg¨® a las 160. Esos momentos ¨¢lgidos llegan al saltar al c¨¦sped junto a los jugadores y al abandonarlo a la carrera para volver a los vestuarios.
¡°Todo fue perfecto. Todos los padres notamos por primera vez c¨®mo nuestros hijos disfrutaban de la experiencia. A m¨ª me record¨® a la primera ecograf¨ªa de Alejandro¡±, explica Laura Buitrago, que, como Soraya Garc¨ªa y su hijo David, solo piensan en repetir la experiencia.
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