El recientemente fallecido Rafael S¨¢nchez Ferlosio, con su notoria aversi¨®n al deporte, lamentaba que ya a nadie le enga?aran sino que le ¡°metieran un gol¡±.Ten¨ªa raz¨®n, tanto que es habitual hoy leer en titulares de prensa declaraciones de concejales y hasta ministros a los que han "colado goles por la escuadra". Hace un siglo el f¨²tbol se nutri¨®, para poder ser contado, de un buen n¨²mero de t¨¦rminos preexistentes, dot¨¢ndolos casi siempre de un nuevo sentido. Pero luego, por su influencia e implantaci¨®n, ha sido el lenguaje del f¨²tbol el que lo ha invadido todo. Lo recordamos ahora ante un nuevo D¨ªa del Libro, una efem¨¦ride que naci¨® en 1926, apenas tres a?os antes que LaLiga.
FRASES FUTBOLERAS QUE USAS A DIARIO (I)
A bote pronto: sin meditar. Casarse de penalti: matrimonio a causa de un embarazo. Chupar banquillo: esperar a que llegue la oportunidad. Colgar las botas: retirarse. Cortita y al pie: hacerlo f¨¢cil.
Para ilustrar el autoenga?o voluntario en que cae uno de sus personajes el escritor italiano Luciano Bianciardi dice que ¡°se regatea a s¨ª mismo¡±. El guardameta y premio Nobel de Literatura Albert Camus, que dej¨® por escrito lo mucho que le deb¨ªa al f¨²tbol en 1957 en France Football, para hablar de la imprevisibilidad de la vida dice que ¡°el bal¨®n nunca viene por donde uno quiere¡±. El lexic¨®logo y traductor Eduardo Vallejo da una explicaci¨®n al poder de influjo del f¨²tbol en las palabras: ¡°Las pasiones y obsesiones de cada ¨¦poca siempre modifican el lenguaje, son causa de introducci¨®n de neologismos y expresiones, y el f¨²tbol es la de ahora¡±.
El vocabulario del cual se apropi¨® el f¨²tbol en origen vino en buena medida del ¨¢mbito b¨¦lico: defensa, ataque, contragolpe, ca?onazo, testarazo... Ariete, que en su ra¨ªz latina designaba la cabeza del carnero, devino luego en arma de asedio medieval y, de ah¨ª, pas¨® a convertirse en el delantero centro, el que remataba a puerta. Manuel Seco ya recoge en el a?o 2000 en su Diccionario del espa?ol actual la deportiva como la acepci¨®n m¨¢s popular. Tom¨® incluso t¨¦rminos de la mitolog¨ªa: el cancerbero, el perro de Hades, pasa a ser quien guarece la porter¨ªa.
Portero, guardameta, cancerbero o arquero. ?D¨®nde se usa cada una?
Y en otras ocasiones, es el f¨²tbol el que provee a la sociedad de l¨¦xico nuevo. ¡°Concibo a una t¨ªa de mi mujer, mayor y tan desafecta del f¨²tbol como Ferlosio, diciendo de un pol¨ªtico al que ha visto en un debate que no par¨® de echar balones fuera o de una vecina de un pueblo de Castilla que se cas¨® de penalti. Lo dir¨ªa sin tener idea de qu¨¦ significa eso en f¨²tbol¡±, relata Vallejo.
El lexic¨®logo ofrece inmediatamente pruebas escritas de c¨®mo esas expresiones permearon en la sociedad. En 1951 en Revista de Occidente el arquitecto Fernando Chueca Goitia, cargando contra los que discut¨ªan de f¨²tbol junto a "taberneros de barra de cinc", escribe: ¡°Las clases bajas, y muy especialmente las madrile?as, utilizar¨¢n en su lenguaje, en constante transformaci¨®n, los t¨¦rminos del d¨ªa: para dar a entender lo que hace un hombre que quiere ganar tiempo en un asunto, dicen que est¨¢ tirando balones fuera¡±.
Durante muchos a?os la gente se ha "casado de penalti", una expresi¨®n que nace de una asociaci¨®n de ideas entre la pena m¨¢xima en el f¨²tbol y la por muchos considerada peor falta a la moral p¨²blica de la sociedad de hace un tiempo. Camilo Jos¨¦ Cela en 1962 ya la recoge en su Enciclopedia del erotismo: ¡°Cuando se accede al matrimonio impelido por raz¨®n de embarazo¡±, describe especificando que es v¨¢lida tanto para el futuro esposo como para la mujer encinta.
El f¨²tbol a veces devuelve a la sociedad las palabras que hab¨ªa tomado prestadas, aunque con un nuevo significado. Podemos escuchar por doquier hablar de un piscinazo, cuando alguien simula. Tirarse a la piscina es, casi siempre, atreverse, demostrar arrojo, aunque ese sentido convivi¨® con un uso minoritario que daba idea de fingir. De ah¨ª proviene el piscinazo del f¨²tbol. No es exactamente un neologismo (como en el caso de cantar o cantada, italianismos que fueron adquiriendo matices hasta derivar en chivarse y equivocarse flagrantemente). En varios pa¨ªses de Latinoam¨¦rica era la denominaci¨®n de una fiesta en la piscina. En Espa?a, Francisco Umbral, tal como documenta Emilio de Lorenzo en El espa?ol de hoy, lengua en ebullici¨®n, invent¨® una personal¨ªsima definici¨®n de piscinazo: ¡°acto de tirar los libros indeseados a una piscina¡±. Pero desde que los delanteros empezaron a abusar de sus dotes teatrales, este significado se ha impuesto tambi¨¦n fuera del campo.
FRASES FUTBOLERAS QUE USAS A DIARIO (II)
Dar bola: hacer caso a alguien. Dejarla botando: propiciar algo o poner f¨¢cil la r¨¦plica a alguien. Echar balones fuera: desentenderse. En el descuento: cuando algo ocurre por los pelos. En fuera de juego: cazado en un renuncio o haciendo algo impropio.
La primera vez que se hizo la ola fue en un estadio y es, por tanto, una expresi¨®n surgida en el deporte. Fue en el Mundial de M¨¦xico 1986, de hecho en ingl¨¦s se denomina the mexican wave, la ola mexicana. Sin embargo, en muy pocos a?os puede empezar a leerse en sentido figurado en la prensa, como sin¨®nimo de alabar.
Pero no todos los t¨¦rminos y expresiones vuelven: algunos acaban por restringir su significado y uso al deporte. Gol, sin ir m¨¢s lejos. Aparece ya en el diccionario en 1927. Se adapt¨® del ingl¨¦s para referirse a ¡°meta, t¨¦rmino, hito¡±. Las apariciones en escritos m¨¢s antiguos, normalmente en plural, goles, sol¨ªan se?alar en realidad con graf¨ªa incorrecta a gules, un color her¨¢ldico. No obstante, ya en 1936 gol desaparece con ese sentido y queda ¨²nicamente como: ¡°En el juego del f¨²tbol, suerte de entrar el bal¨®n en la porter¨ªa¡±.
FRASES FUTBOLERAS QUE USAS A DIARIO (III) Estar la pelota en su tejado: depender un asunto de la otra parte implicada. Fuerte y al medio: sin complicaciones. Hacer la ola: alabar, adular a alguien.
Una pachanga es una danza originaria de Cuba y, por extensi¨®n sem¨¢ntica, una juerga. As¨ª la emplea por ejemplo Carlos Fuentes en La regi¨®n m¨¢s transparente: ¡°Con la pachanga en tu casa, Charlotte, ya fue el colmo. Sal¨ª doce veces seguidas en la p¨¢gina social, t¨², y al viejito ese todo despeinado que invent¨® la bomba at¨®mica, ya ves, se muere y ni un lazo¡±. Sin embargo, a fuerza de que periodistas cuestionaran la entrega de los equipos en encuentros poco trascendentes o amistosos d¨¢ndoles ese nombre, "pachanga", en 1992 la palabra se incluy¨® en el diccionario con la acepci¨®n de: ¡°partido informal de f¨²tbol o baloncesto¡±. Los que juega cualquiera con amigos.
El farolillo rojo, el ¨²ltimo de una carrera pero tambi¨¦n de la clasificaci¨®n, en f¨²tbol, podr¨ªa tener, seg¨²n Vallejo, origen en el que los vagones postreros de un convoy ferroviario sol¨ªan llevar. El escritor Jos¨¦ Mar¨ªa Gironella documenta que a los que cerraban la columna militar de Buenaventura Durruti (1896 ¨C 1936) los llamaban justo as¨ª: farolillos rojos.
Las expresiones del f¨²tbol, usadas por los escritores de hoy
En la novela Tres maneras de inducir el coma, el exitoso debut de Alba Carballal (Lugo, 1992), es el ¨²nico lugar que la autora conoce donde el Atl¨¦tico de Madrid gana la Champions de Lisboa. En sus p¨¢ginas nunca llega el minuto 93. "Utilizo much¨ªsimo frases como estar en tiempo de descuento refiri¨¦ndome a que a alguien se le aproxima su hora, o como jugar en casa, con sentido de estar c¨®moda", cuenta Carballal.
El nicarag¨¹ense Sergio Ram¨ªrez (Masatepe, 1942), premio Cervantes 2017, admite que si bien el habla en su pa¨ªs est¨¢ m¨¢s influida por t¨¦rminos del b¨¦isbol, ¨¦l siente debilidad por el "gol de media cancha", referido a la consecuci¨®n de una proeza. Una expresi¨®n que entiende que en su uso figurado carga tambi¨¦n la imagen de "la tribuna enmudecida y luego estallando de j¨²bilo y la larga distancia del pie al arco".
Aixa de la Cruz (Bilbao, 1988) e Iv¨¢n Repila (Bilbao, 1978) hacen memoria y son capaces de compilar varias frases muy propias del f¨²tbol que, sin ser las m¨¢s comunes, s¨ª usan fuera de ese contexto: "Irse lamiendo el palo", cuando se quedaron muy cerca de conseguir un objetivo; "?te aprietan las medias?", para preguntar si a alguien le est¨¢ pudiendo la presi¨®n. Pero destacan una que, siendo muy nueva, parece haber calado ya hondo: "pedir el VAR", para expresar que algo no les cuadra o les genera dudas. Sara Mesa (Madrid, 1976) no ten¨ªa idea de qu¨¦ era el v¨ªdeoarbitraje. "Pensaba que quer¨ªan consultar algo en el bar, con b". Pero a fuerza de escucharlo en su c¨ªrculo lo descubri¨®, a pesar de no ser aficionada al f¨²tbol. "Hay muchas expresiones muy arraigadas y creo que es porque, en general, son muy pl¨¢sticas".
Juan Cruz (Puerto de la Cruz, Tenerife, 1948) est¨¢ de acuerdo con esa capacidad de las met¨¢foras futbol¨ªsticas de aparecerse ante los ojos de quien las lee con viveza. Y da cuenta con otro ejemplo del poder del f¨²tbol para influir en una palabra, en el sentido que esta tiene para nosotros y lo que nos evoca: "No puedo escuchar 'aleda?os' sin verme transportado a extramuros de un estadio". Cruz la relaciona con las retransmisiones de radio de un partido hechas desde las proximidades del antiguo Metropolitano que escuchaba hace a?os y, por mucho que la oiga o lea en un contexto distinto, piensa en f¨²tbol.
La expresi¨®n favorita del f¨²tbol de Andr¨¦s Barba (Madrid, 1975), el premio Herralde de 2017, la escuch¨® en Argentina. "Cuando alguien es algo tontito, dicen de ¨¦l que le faltan un par de jugadores. En los libros de Nicol¨¢s Vidal (Santiago de Chile, 1979) el f¨²tbol lo impregna todo, tanto que unos guerrilleros que parten a actuar contra el dictador Pinochet "saltan a la cancha".
FRASES FUTBOLERAS QUE USAS A DIARIO (IV)
Parar la pelota: calmar los ¨¢nimos. Sacar tarjeta roja: detener o excluir algo intolerable. Ser de VAR: algo susceptible de ser revisado. Ser de tercera divisi¨®n: no estar a la altura necesaria. Sudar la camiseta: comprometerse, esforzarse en lo que uno lleva a cabo.
Dice Manuel Rivas (A Coru?a, 1957) que, como en Galicia todo lleg¨® por mar, tambi¨¦n el primer bal¨®n (¨¦l lo cuenta en Los libros arden mal), las expresiones futboleras est¨¢n muy ligadas a ¨¦l. Cuando un bal¨®n queda encajado o se pierde despu¨¦s de un puntapi¨¦ dicen: "embarcou", "ha embarcado". "Como si la pelota fuera a irse a Am¨¦rica", explica Rivas. Al mar y a la tierra. Encajar una paliza es recibir una "malleira", el verbo que se usa para trillar el grano. Y el juego directo y ofensivo se denomina en gallego "a lume de biqueira". La biqueira era un calzado con un refuerzo met¨¢lico con el que, al dar una patada a una roca, saltaban chispas. De ese sentido pasa al f¨²tbol y, tras su popularizaci¨®n en ¨¦l, vuelve a usarse en otros ¨¢mbitos para expresar que algo se persigue con ah¨ªnco.
Santiago Roncagliolo (Lima, 1975) cree que el f¨²tbol no solo bebi¨® del vocabulario b¨¦lico, que en cierta medida el f¨²tbol es la guerra, el nosotros contra ellos, la vehemencia, despojado, eso s¨ª, de la muerte. ¡°Un penalti es un fusilamiento, con la diferencia de que el portero tiene alguna oportunidad de parar la bala¡±. La rivalidad que mantienen Per¨² y Chile en f¨²tbol se traslada tambi¨¦n al lenguaje, por eso lo que para el resto del mundo es una chilena, en Per¨² se defiende a capa y espada que se invent¨® en la ciudad portuaria del Callao y se conoce por ello con el gentilicio de all¨¢: chalaca.
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