Espa?a golea a Islas Feroe con la defensa
Ramos, Jes¨²s Navas y Gay¨¤ anotan en la c¨®moda victoria de la selecci¨®n en su visita a Islas Feroe
Con sus defensas como principales estiletes goleadores, Espa?a se sac¨® de encima el engorro de su visita a las Islas Feroe. Ramos, Jes¨²s Navas y Gay¨¤ firmaron tres de los cuatro goles en uno de esos partidos en los que todo lo que no fuera ganar supon¨ªa un cataclismo. Hubo m¨¢s intenciones que juego, m¨¢s academia que f¨²tbol afilado, pero le dio a la Roja para embucharse los tres puntos con cuatro soplidos de contundencia y calidad. No marcaron los delanteros, en lo que sigue siendo una sequ¨ªa casi cr¨®nica desde la desaparici¨®n de David Villa. Una tara que rebaja el perfil de una selecci¨®n que aspira al menos a volver a estar en las rondas finales de los grandes campeonatos.
De alguna manera el escenario, el modesto rival y el piso de hierba artificial invitaban a un ejercicio de regreso a la necesidad infantil de ser mejor sobre cualquier superficie, al amateurismo puro y duro. El mismo que destilaba un grupo de ni?os que jugaban en un campo anexo, ajenos al que se jugaba unos metros m¨¢s arriba. La misma inocencia de la charanga festiva que manten¨ªan un centenar de hinchas locales tratando de animar a los suyos al ritmo de Boniem y Abba.
No fue casualidad que los que mejor se integraron de inicio en ese contexto fueran Cazorla y? Navas. Los dos han vuelto a subirse a un tren del que llegaron a pensar que se bajaron definitivamente. Ambos se aplicaron con el empuje de dos pipiolos que acabaron de estrenar internacionalidad. Cazorla juega en un radio de acci¨®n reducido, al trote a veces, pero su conocimiento del juego le dio para entender que los agujeros de los esforzados feroeses estaban en las bandas. Sus cambios de orientaci¨®n alimentaron las carreras de Navas. De una de esas conexiones de la pareja de reenganchados sali¨® el c¨®rner del primer gol. Un remate blando de cabeza de Ramos, que viaj¨® manso hasta la red. La par¨¢lisis del meta fue una evidencia m¨¢s de la distancia entre ambas selecciones. La voracidad de Ramos en su cruzada por batir todos los r¨¦cords posibles le hizo celebrar su condici¨®n de jugador con m¨¢s victorias internacionales (122) con un gol m¨¢s en su zurr¨®n con la Roja. La ambici¨®n de Ramos y el desempe?o como meritorios de Navas y Cazorla fueron el fuego de Espa?a.
En cinco minutos, la Roja ya se hab¨ªa quitado de encima la pesadez de tener que aguantar a un rival encerrado en su ¨¢rea sin encajar. Con el partido ya enfilado en un pesta?eo, la cuesti¨®n ya estaba m¨¢s en medir el alcance de la tunda. Sobre todo cuando pasado el cuarto de hora, Espa?a dibuj¨® otra jugada inalcanzable para su entusiasta contrincante. Rodrigo le filtr¨® un pase interior a Isco, este se olvid¨® del hedonismo con el que empez¨® y habilit¨® a Aspas. A la derecha emergi¨® la locomotora de Navas silbando. Su disparo se lo comi¨® Gestsson por el palo que tapaba. Si se le supon¨ªa un nivel ¨ªnfimo a la selecci¨®n de las Islas Feroe, donde menos ten¨ªa para mostrarlo pareci¨® ser en la porter¨ªa.
Debate en la porter¨ªa
La honra competitiva local apareci¨® en ciertos amagos de ejercer una presi¨®n adelantada y en la velocidad de Rolantsson, su lateral derecho, que apur¨® a Gay¨¤ en un par de ocasiones. En una de ellas forz¨® el saque de esquina que le dio vidilla a su selecci¨®n. Kepa emul¨® a su hom¨®logo fero¨¦s petrific¨¢ndose y permitiendo la peinada de Olsen en el primer palo. El debate de la porter¨ªa en Espa?a se aventura de larga duraci¨®n. El tanto dispar¨® la autoestima de las gradas. Pero se apag¨® tras otro ejercicio mir¨®n y contemplativo de su portero. Esta vez fue a una rosca cruzada de Isco. La par¨¢bola del madridista se estrell¨® en el palo antes de rebotar en el cuerpo del desafortunado cancerbero fero¨¦s.
Con el partido resuelto, Robert Moreno entendi¨® que deb¨ªa meter en reposo a Ramos de cara a la cita del lunes con Suecia. Al poco el que fue al banco fue Iago Aspas, condenado como Morata a vivir encerrado en la marabunta defensiva de los locales. Su lugar lo ocup¨® Asensio, que en la melancol¨ªa y en su oscuro curso? en el Madrid, dej¨® un par de buenos detalles. Su mejor acci¨®n fue un disparo lejano que al menos sirvi¨® para descartar que Gestsson era una estatua.
Que el socav¨®n estaba en los costados lo volvi¨® a descubrir, asistido por Asensio, Gay¨¤. Impecable y fino para resolver con el exterior de su pierna izquierda su aparici¨®n por sorpresa en el ¨¢rea. Otro defensa m¨¢s ejerciendo de goleador para cerrar un partido que a¨²n dio para el debut de Fabi¨¢n. El casting contin¨²a. Mientras, los defensas ejercen de goleadores.
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