Ver en su campo, en una misma jornada, a los cuatro equipos vascos de LaLiga Santander hab¨ªa sido imposible hasta el pasado fin de semana. Los cuatro jugaban en casa y a diferentes horas. El dise?o del calendario permiti¨® lanzar un reto: presenciar todos los partidos en una ruta que abarcar¨ªa 214 kil¨®metros: el viernes en el Reale Arena (San Sebasti¨¢n), el s¨¢bado en Mendizorroza (Vitoria-Gasteiz) e Ipurua (?ibar), y el domingo en San Mam¨¦s (Bilbao). EL PA?S asumi¨® el reto mochila al hombro: cuatro ciudades, cuatro estadios y cuatro aficiones en 40 horas de f¨²tbol total. Un anfitri¨®n en cada rinc¨®n de la expedici¨®n recibi¨® al expedicionario para intentar contagiarle la pasi¨®n que lo une a su equipo.
- La Real de San Sebasti¨¢n, con Ander Izagirre
- El Glorioso Deportivo Alav¨¦s, con Asun Gorospe
- El Eibar, mucho m¨¢s que seis a?os en la ¨¦lite, con Mateo Gilabert
- Athletic, legado y furia vasca, con Manolo Delgado
Etapa 1
Km 0
San Sebasti¨¢n / Donosti
- FECHA
- Viernes 8 de noviembre
- ESTADIO
- Reale Arena (Anoeta)
- HORA
- 21:00
En la Parte Vieja de Donostia una mujer resiste la lluvia, el viento y los 10 grados con el ¨²nico abrigo de una camiseta blanquiazul de mangas cortas. Es viernes. La zamarra de la Real Sociedad. Los vecinos que pasan le gritan, con esfuerzo bajo el temporal, que a qu¨¦ hora es el partido de esta noche. Arantxa Aristizabal, donostiarra, est¨¢ abriendo su tienda de calcetines y ropa interior despu¨¦s de comer. Estar¨¢ all¨ª hasta las ocho de la noche y despu¨¦s subir¨¢, con prisa, al Reale Arena. ¡°Vamos juntas unas 12 amigas a uno de los fondos desde hace 30 a?os. Desde los tiempos del viejo Atotxa¡±, cuenta Aristizabal. Esta noche es especial para los aficionados de la Real porque, como informan en su portada la mayor¨ªa de los peri¨®dicos locales, el equipo puede pernoctar en la cima de LaLiga Santander si al menos empata contra el CD Legan¨¦s. ¡°Y ma?ana por la ma?ana vendr¨¢n mis clientas de 85 a?os a conversar sobre el partido conmigo¡±, dice Aristizabal.
El primer gu¨ªa de nuestro viaje, el escritor Ander Izagirre, seguidor ac¨¦rrimo de la Real, explica, sin querer esta primera escena: "Una de las cosas m¨¢s compartidas de la ciudad es la Real Sociedad. He intentado representar eso con mi libro Mi abuela y diez m¨¢s. Aqu¨ª a la gente le importa lo que haga el equipo aunque no le guste el f¨²tbol. Hay un amor transversal m¨¢s por el club que por la afici¨®n al bal¨®n".
A media tarde ya hay ambiente en el Casco Viejo, alrededor de los famosos pintxos de la calle Pescader¨ªa o la 31 de agosto, y tambi¨¦n ante la tienda de la Real Sociedad, que se levanta discreta cerca y ante cuya puerta crece una cola interminable. Un centenar de aficionados aguarda su apertura para hacerse con la nueva camiseta: una edici¨®n limitada, azul, con un dibujo del estadio y de la ciudad, que se usar¨¢ ¨²nicamente ante el Legan¨¦s y en el Santiago Bernab¨¦u. Solo se vender¨¢n 4.000. Definitivamente, es un d¨ªa especial que Izagirre vive templado: ¡°Me gustar¨ªa decirte que tengo un altar con velas a Arconada, pero la realidad es otra: salgo de casa, compro un bocata, llego apurado al estadio y ya¡±, confiesa. ¡°El f¨²tbol no deber¨ªa ser tan sagrado¡±, agrega.
Camino del Reale Arena, se puede rendir antes un homenaje a la historia txuri-urdin y atravesar la peculiar plaza del Campo de Atotxa. Tiene la forma del rect¨¢ngulo que hac¨ªa el terreno de juego, pero ahora las gradas son edificios. ¡°En realidad estaba todo un poco m¨¢s hacia aquel lado¡±, desmonta Izagirre. Los bares de la zona mantienen viva la leyenda. Las paredes del Tribuna Norte, por ejemplo, est¨¢n empapeladas con enormes p¨®steres de la afici¨®n del antiguo Atotxa. La lluvia y los rel¨¢mpagos recrean el escenario perfecto para invocar esp¨ªritus. ¡°Ah¨ª est¨¢ Maradona, ah¨ª est¨¢ Arconada¡±, se?ala Izagirre. ¡°Pero sobre todo, ah¨ª est¨¢ mi abuela. ?Est¨¢ mi familia!¡±, remata. El primer recuerdo s¨®lido de su vida ¡°tiene fecha¡±. Estaba en casa de sus abuelos, cuando todo el mundo empez¨® a saltar y a gritar y a ¨¦l le revoleaban por los aires. ¡°S¨¦ que fue el gol de Zamora con el que la Real gana el primer campeonato liguero de su historia: el 26 de abril de 1981. Yo ten¨ªa cinco a?os¡±, cuenta. En San Sebasti¨¢n, todos saben qu¨¦ estaban haciendo aquel d¨ªa.
Fue el t¨ªo de su madre, ¡°el Patxi Alkorta¡±, quien comenz¨® con una tradici¨®n txuri-urdin que todav¨ªa se mantiene. Cada vez que la Real Sociedad marca se lanzan dos cohetes. Si lo hace el visitante, uno. ¡°Se hac¨ªa para que los marineros pudieran enterarse de c¨®mo iba el partido. Todo el mundo se quedaba esperando a que sonara el segundo. A veces no pasaba¡±, explica el escritor. El hermano de Patxi, Juan Alkorta, fue el primer empresario que public¨® una carta abierta a ETA diciendo que ¨¦l no iba a pagar el impuesto revolucionario. ¡°En el texto pon¨ªa que no se iba a marchar de aqu¨ª y que si quer¨ªan matarlo que no hac¨ªa falta que lo buscaran porque iba a estar todos los domingos en Atotxa viendo a la Real¡±, dice Izagirre.
Pero, ?qu¨¦ es ser de la Real Sociedad? ¡°El club es una encarnaci¨®n de Gipuzkoa. Se dice que somos m¨¢s serios, m¨¢s callados, m¨¢s sosos, m¨¢s fr¨ªos. Se lleva a gala que debemos ser serios, formales, trabajadores. Somos discretos. No tenemos que ir por ah¨ª gritando que somos el mejor club del mundo. Eso es una tonter¨ªa¡±. Un poco as¨ª es el recientemente reformado Reale Arena, que ya no huele a selva, como escribi¨® en un art¨ªculo en Panenka Izagirre. Ya no se mezclan "el tufo fermentado del mercado de frutas" con el olor de la hierba reci¨¦n regada y el humo de los puros. Est¨¢ nuevo y huele a nuevo. Y la lluvia retumba en la nueva cubierta de pl¨¢stico que ti?e la ciudad de azul. Ahora, sin la pista de atletismo, la grada est¨¢ m¨¢s cerca del campo, como en Atotxa, y la gente est¨¢ encantada porque siente que est¨¢ volviendo a aquel para¨ªso de los a?os 80. Y m¨¢s, el pasado viernes, cuando tras el empate a uno con el Legan¨¦s, el equipo fue, como aquel de los 80, l¨ªder.
El anfitri¨®n en San Sebasti¨¢n
Premio Euskadi de Literatura en 2017 (ensayo) por el libro Potos¨ª. En Mi abuela y diez m¨¢s recopila hitos de la Real Sociedad para contarlos ¡°desde un punto de vista muy autobiogr¨¢fico¡±.
Etapa 2
Km 0
Vitoria / Gasteiz
- FECHA
- S¨¢bado 9 de noviembre
- ESTADIO
- Mendizorrotza
- HORA
- 13:00
Para ir de San Sebasti¨¢n a Vitoria-Gasteiz hay que coger el autob¨²s de Madrid. Sale cada 45 minutos y tarda un poco m¨¢s de una hora. Como es s¨¢bado y no hay tr¨¢nsito, llega antes de lo previsto. Los soportales de la plaza Nueva de Vitoria-Gasteiz, donde se erige su Ayuntamiento, esconden una perla nada m¨¢s comenzar la ruta futbolera. Son las nueve de la ma?ana, el Glorioso juega en Mendizorroza a la una de la tarde, y todav¨ªa no hay ni una sola persona dando vueltas. Est¨¢ encendida, s¨ª, la luz de la cafeter¨ªa que homenajea al club, el bar Deportivo Alav¨¦s. Su encargado, Roberto S¨¢ez de Lafuente, dispone ya en la barra lo que ofrecer¨¢ durante el d¨ªa. El local, seg¨²n S¨¢ez de Lafuente, es ¡°famoso internacionalmente¡± por su tortilla de patatas. Prepara una, la sirve, pero no permite probarla porque le falta el ingrediente secreto, dice, y la mancha con el jugo del chorizo cocido que la acompa?a. Hoy no acudir¨¢ al campo porque no libra, pero anticipa ¡°un ambiente brutal¡± que hace que cualquiera ¡°se ponga a cantar con ellos¡±, con los j¨®venes de Mendi. Es un buen sitio para conocer qu¨¦ es el Alav¨¦s.
Asun Gorospe sabe d¨®nde encontrarlos. Esta se?ora nacida en Maestu, un pueblo de 400 habitantes a 30 kil¨®metros de Vitoria-Gasteiz, es la segunda referencia en esta ruta vasca. Tiene 82 a?os y va al campo desde los siete. Esta ma?ana ha madrugado para ir a la peluquer¨ªa antes del partido. ¡°Todas las pe?as bajan por all¨ª, por la plaza de la Virgen Blanca¡±, dice. ¡°Yo me suelo quedar mir¨¢ndoles. Me dan una envidia... Cuando yo iba as¨ª ¨¦ramos cuatro. Ahora somos muchos m¨¢s¡±. Gorospe mantiene un ritual, que su difunto marido pon¨ªa en duda: ¡°Toco los pies de la Virgen, nuestra patrona, antes de cada partido. ¡®?Te crees que va a meter los goles?¡¯, me dec¨ªa ¨¦l. Por ah¨ª empuja un poquito. Entonces paso por al lado y le digo: ¡°Que ma?ana jugamos, ?eh?¡±. Nada m¨¢s¡±.
La procesi¨®n arranca antes, en la calle Cuchiller¨ªa, donde se debe parar cada cinco metros entre desordenados bares para degustar el pr¨®ximo pintxo, un elemento presente (y necesario) en toda la expedici¨®n. ¡°No s¨¦ si hoy habr¨¢ mucha gente porque los j¨®venes salieron de fiesta ayer. Muchos ir¨¢n gaupasa [de empalmada]¡±, dice Asun. Al principio de la calle, el bar El Siete, tambi¨¦n con fotos y dibujos del Alav¨¦s es un buen punto de partida. A mitad de camino entre el centro y el estadio, en la calle de El Prado es imprescindible recargar energ¨ªas en Sagartoki, uno de los sitios gastron¨®micos m¨¢s famosos de Vitoria, y pedir el pintxo de huevo frito con patatas, que gan¨® varios premios culinarios.
La anfitriona en Vitoria
Es, posiblemente, la aficionada m¨¢s famosa del Deportivo Alav¨¦s. Va al campo desde los siete a?os, hace 75. Es premio Celed¨®n de Oro de Vitoria, la distinci¨®n m¨¢s importante que otorga el Ayuntamiento.
Llegando a Mendizorrotza se debe atravesar el parque de El Prado, colorido como nunca en oto?o. Es una caminata de 10 minutos que sirve para despejarse antes de involucrarse con todo lo que supone un d¨ªa de partido del Glorioso. El bar The Corner tiene much¨ªsimo ambiente para los minutos previos al partido. Una vez dentro hay que dejarse llevar por la afici¨®n del conjunto de Vitoria, que adorna los fondos flameando incesantemente banderas blancas, azules y celestes. Es algo que destaca Gorospe: ¡°Lo que m¨¢s ha evolucionado es nuestra afici¨®n. Esto est¨¢ lleno de gente joven. Antes era una afici¨®n envejecida¡±. El estadio est¨¢ rodeado de parques y al fondo incluso se pueden ver algunas monta?as que lo hacen todo a¨²n m¨¢s verde. Es la zona ideal para probar, en el descanso, el bocata de lomo y queso. De lo mejor que ofrece un estadio de LaLiga Santander.
En la segunda parte, con el triunfo y la fiesta, se cumple lo que hab¨ªa vaticinado el encargado del bar de la ma?ana. Las canciones de la afici¨®n contagian a cualquiera. Como esa que dice: ¡°No me importan esos malos resultados; al Glorioso lo llevo en el coraz¨®n. Hoy so?amos que alg¨²n d¨ªa nuestros hijos, orgullos canten siempre esta canci¨®n. (¡) Y al jugador: ?Que deje la vida por estos colores! ?Esta es, como siempre, la banda del Alav¨¦s¡±. En la grada la escucha y la canta tambi¨¦n Asun, quien desde los siete iba al campo con su padre. ?C¨®mo tiene que jugar un futbolista del equipo? ¡°Extra?o la ¨¦poca en la que el que corr¨ªa era el bal¨®n y no los jugadores. Pero hoy: ?Intensidad! ?Que trabajen! No todos van a hacer el gran pase¡±.
Hay que apurar el paso para llegar a la estaci¨®n de Vitoria y coger el pr¨®ximo autob¨²s a Eibar. No tienen tanta frecuencia y tardan, como m¨ªnimo, una hora y media. Va frenando en todos los pueblos del valle que cambia de nombre a lo largo del camino, pero que se extiende por varios kil¨®metros: Eskoriatza, Arretxabaleta, Arrasate, Bergara y Soraluze. El bus se va llenando y los amigos que se encuentran de casualidad se preguntan, ret¨®ricamente, lo mismo: ¡°Vas para Eibar, ?no?¡±. Esta tarde viene a la ciudad m¨¢s peque?a de LaLiga Santander el Real Madrid CF.
Etapa 3
Km 106
?ibar / Eibar
- FECHA
- S¨¢bado 9 de noviembre
- ESTADIO
- Ipurua
- HORA
- 18:30
Se debe bajar r¨¢pido en la parada de la plaza Untzaga, la principal, porque el trayecto termina en Ermua. Bajo los soportales, porque sigue lloviendo, una banda hace retumbar en directo Ritmo del garaje de Loquillo y Trogloditas. La ac¨²stica debajo de las columnas improvisa una discoteca y todos bailan con la camiseta blaugrana de la SD Eibar. ¡°Tu madre no lo dice, pero me mira mal. ?Qui¨¦n es el chico tan raro con el que vas?¡±, cantan tambi¨¦n todos. Y quien recibe a EL PA?S, Mateo Gilabert (Barcelona, 1929), un periodista de 90 a?os que a¨²n cubre los partidos del equipo armero, da en la tecla: ¡°Aqu¨ª nos gusta mucho disfrutar. Es lo que mejor sabemos hacer¡±. El presente de un equipo que alcanz¨® por primera vez la ¨¦lite hace cinco a?os y que parece decidido a no soltarla lo justifica.
Desde la plaza a Ipurua hay que subir en escaleras mec¨¢nicas, las cuestas son muy pronunciadas. Desde una de ellas se ve la antigua plaza de toros, con las gradas ya desconchadas, reconvertida en un polideportivo municipal, con una pista de tenis, una de futsal y una de baloncesto. El estadio ha sido reformado hace muy poco y los bares de alrededor est¨¢n abarrotados. Desde esta temporada tambi¨¦n tiene una gran tienda para comprar la camiseta del equipo y otras cosas. En el bar La Paloma se puede frenar a tomar algo para coger aire antes de la ¨²ltima cuesta. Gilabert, a sus 90, la hace a buen ritmo y sin problemas para andar. Esta misma tarde gan¨® un concurso gastron¨®mico tras cocinar la mejor sopa de ajo con bacalao de la ciudad. Se jacta de ser el ¨²nico tipo que cuenta con un archivo de la SD Eibar. ¡°Escrib¨ªa mis cr¨®nicas y las iba guardando y claro, como est¨¢bamos en categor¨ªas menores nadie llevaba un registro¡±, cuenta. El propio club se lo ha pedido este a?o y, a cambio, lo ha designado miembro de su staff. Por eso tiene una acreditaci¨®n para moverse libremente por Ipurua. Lamentablemente, acierta el resultado de esta tarde: ¡°Espero que no nos hagan cuatro goles¡±, le dice a una joven que le ruega un pron¨®stico.
Ipurua es una caldera. El p¨²blico se viene encima de los jugadores y de los banquillos y todos se mueven apretados. Es un ambiente ¨²nico, cuasi amateur, que refleja que otro f¨²tbol es posible, como reza el lema del club. El escudo iluminado del equipo, sobre una de las esquinas de la cubierta met¨¢lica que recubre al estadio, se ha convertido ya en una imagen m¨ªtica. El clima se va apagando con los goles de uno de los equipos m¨¢s hist¨®ricos de Espa?a. Llueve a c¨¢ntaros pero el c¨¦sped se mantiene intacto, el sistema de drenaje tiene que ser perfecto.
El anfitri¨®n en Eibar
A sus 90 a?os, sigue cubriendo los partidos de la SD Eibar. Comenz¨® a hacerlo en 1970 y es el ¨²nico que posee un archivo con las andanzas del equipo. (Cuando se jubil¨®, el club le concedi¨® la insignia de oro y le asign¨® una cabina de prensa a su nombre).
La ciudad vuelve a bajar de a poco hacia la plaza entre los charcos y el diluvio. Caben m¨¢s de 8.000 almas en Ipurua y Eibar no llega a 30.000 habitantes. La abultada derrota no destroza los ¨¢nimos y los bares del centro vuelven a llenarse. Empiezan a salir otras vez los pintxos y a sonar de nuevo el rock and roll. Puro goce. ¡°Y eso que no has venido un jueves. Hay pintxopote y por aqu¨ª no se puede caminar¡±, dice el periodista m¨¢s viejo de la ciudad, que a los 84 a?os, hace seis, volvi¨® a nacer con su equipo en LaLiga Santander.
El ¨²ltimo punto del viaje es, tal vez, el m¨¢s sagrado. Por algo conoc¨ªan al viejo San Mam¨¦s como la Catedral y, por algo, el nuevo San Mam¨¦s no ha perdido el mote. Aqu¨ª el f¨²tbol s¨ª es una religi¨®n. Y los fieles se congregan a los pies del inmenso campo del Athletic Club en la calle del Licenciado Poza, a la que todos llaman Pozas. ¡°Quitar¨ªa un poco lo de sacro. Yo dir¨ªa una cosa ¨²nica, tuya, que te pertenece¡±, dice Manolo Delgado, el gu¨ªa de la excursi¨®n. Delgado lleg¨® al Athletic en 1975 como preparador f¨ªsico e integr¨® el cuerpo t¨¦cnico del ¨²ltimo equipo campe¨®n liguero en 1984. 47 a?os despu¨¦s de su llegada sigue ligado al club, ahora como asesor deportivo. ¡°La persistencia de m¨¢s de 120 a?os se demuestra. Por aqu¨ª pasaron cientos de miles de socios, eso te da una trazabilidad impresionante en la sociedad. El Athletic est¨¢ vivo porque le pertenecemos y a la vez nos pertenece¡±.
Etapa 4
Km 166
Bilbao / Bilbo
- FECHA
- Domingo 10 de noviembre
- ESTADIO
- San Mam¨¦s
- HORA
- 14:00
Delgado conoce todos los secretos del Athletic. Uno de ellos se esconde detr¨¢s de una discreta puerta de madera en Pozas, donde una escalera conduce a un s¨®tano que alberga a la Pe?a Juvenil, la m¨¢s vieja de Euskadi, fundada en 1966. All¨ª, entre fotograf¨ªas, vidrieras del Athletic, manteles rojiblancos y juegos de vajilla con el escudo del Athletic lo reciben Joseba N¨²?ez, el presidente de la pe?a, y Gonzalo Lara, el chef del restaurante 11 aldeanos, llamado as¨ª en homenaje al equipo que venci¨® al Real Madrid en la final de la Copa del Rey de 1958 en el Santiago Bernab¨¦u. La mesa est¨¢ servida y hay de todo: tortilla con piparras, chistorra, morcilla con pimientos, boquerones, anchoas, croquetas¡ Y la comparten tambi¨¦n con una familia de Pedro Mu?oz (Castilla-La Mancha) que vino a conocer el estadio.
¡°Esta pe?a cuida, dirige y apoya a todos los jugadores juveniles del club. No se dedica al equipo profesional¡±, dice Delgado. Por eso, es el puntapi¨¦ m¨¢s indicado para entender la esencia del Athletic. Una escena lo deja bien claro: hoy aqu¨ª el caf¨¦ lo sirve Andoni Goikoetxea, defensa laureado del equipo bilba¨ªno, y uno de los jugadores m¨¢s duros de la historia, que luego se quedar¨¢ a comer. ¡°Car¨¢cter y convivencia¡±, reflexiona Delgado. ¡°Nuestros jugadores nunca pierden el nexo de uni¨®n con el barrio¡±.
En las paredes est¨¢n escritos los nombres de quienes ganaron los premios que reparte la pe?a, uno a la regularidad y otro a la furia vasca. Algunos de ellos, como Fernando Llorente o I?aki Williams alcanzaron el primer equipo. ¡°Tienes que ser ejemplo para cultivar las caracter¨ªsticas de todas las personas que van pasando por aqu¨ª. Las referencias son nuestro motor. Jugadores antiguos como Telmo Zarra, Piru Gainza, Rafa Iriondo, Andoni Goiko o Aritz Aduriz, que a¨²n juega. Es la maquina tractora. Qu¨¦ han hecho antes, c¨®mo lo han hecho y qui¨¦nes son los ejemplos. Esa es la esencia del Athletic¡±, dice Delgado, que asegura haber formado a ¡°siete u ocho generaciones de futbolistas¡± del club. Invent¨® tambi¨¦n una serie de movimientos, ¡°como una haka¡±, para cantar el himno del equipo y su v¨ªdeo ense?¨¢ndoselo a los ni?os y ni?as se ha hecho viral.
El anfitri¨®n en Bilbao
El preparador f¨ªsico m¨¢s famoso en la historia del Athletic. Integr¨® el cuerpo t¨¦cnico del ¨²ltimo equipo del club campe¨®n de liga. Hace 47 a?os est¨¢ ligado a la instituci¨®n: ahora es asesor deportivo.
Al volver a la calle, Pozas est¨¢ llena de aficionados marchando hacia el nuevo San Mam¨¦s, disfrutando de los ¨²ltimos potes. ¡°El viejo estadio fue una referencia. Logramos construir el nuevo en un a?o y medio sin movernos de la zona¡±, explica Delgado. ¡°Somos capaces de haber mantenido un estadio con un esp¨ªritu como el viejo San Mam¨¦s, alabado por todos los equipos del mundo. Y en la mudanza logramos seguir aqu¨ª. Es un club en el que permanentemente nos preguntamos: ?Qu¨¦? ?C¨®mo? ?D¨®nde? ?Qui¨¦n? ?Cu¨¢ndo?¡±, dice. La marea lleva al viajero, hipnotizado, hasta San Mam¨¦s. Es imposible detenerse.
Una vez dentro, unos minutos antes del partido, empieza a sonar la txalaparta, un instrumento de percusi¨®n, de madera, acompa?ada de un cuerno, que se sopla, y que crea un ambiente de tensi¨®n y de preparaci¨®n sobrecogedor. San Mam¨¦s es puro sonido. El p¨²blico enloquece, y uno de los aficionados lanza el irrintzi, un grito estridente que parece tener un ¨²nico mensaje: estamos listos. Despu¨¦s, s¨ª, ya se entona el himno del club y la afici¨®n se dispone a vivir una aut¨¦ntica fiesta, consumada con la victoria por 2-1 ante la UD Levante y el equipo en puestos europeos. ¡°No hemos dejado de ir al mismo lugar desde que tenemos uso de raz¨®n¡±, remata Delgado. Todo el periplo se resume luego en un grito que retumba en la cabeza durante d¨ªas: ¡°Athleeeeeeeeeeeeeeeeeeeti. ?Eup!¡±.
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