Un empate escaso de juego entre Eibar y Athletic
El derbi vasco se salda con un penalti por bando y pocas ideas
El partido a partido que ya es un cl¨¢sico en el argumentario de los entrenadores, est¨¢ cambiando con la pandemia. La acumulaci¨®n de minutos empuja a pasar p¨¢gina y a pensar en el partido siguiente cuando el anterior no ha comenzado. As¨ª act¨²an muchos equipos, que montan las alineaciones pendientes del futuro; por eso hay cambios radicales en la fisonom¨ªa del Eibar y del Athletic, aunque no en su talante. Los d¨ªas en los que un once se recitaba de memoria ya han pasado. Del Eibar de Valdebebas al de Ipurua hay mucha diferencia; del Athletic que jug¨® en San Mam¨¦s al que viaj¨® ¨Cen dos autobuses, ...
El partido a partido que ya es un cl¨¢sico en el argumentario de los entrenadores, est¨¢ cambiando con la pandemia. La acumulaci¨®n de minutos empuja a pasar p¨¢gina y a pensar en el partido siguiente cuando el anterior no ha comenzado. As¨ª act¨²an muchos equipos, que montan las alineaciones pendientes del futuro; por eso hay cambios radicales en la fisonom¨ªa del Eibar y del Athletic, aunque no en su talante. Los d¨ªas en los que un once se recitaba de memoria ya han pasado. Del Eibar de Valdebebas al de Ipurua hay mucha diferencia; del Athletic que jug¨® en San Mam¨¦s al que viaj¨® ¨Cen dos autobuses, eso s¨ª¨C, al l¨ªmite con Gipuzkoa, cambiaron muchas cosas.
Pero muchas veces, esos cambios sirven para poco. El Athletic de la primera parte se apag¨® con su gol y s¨®lo revivi¨® cuando el Eibar se puso por delante. Hasta ese instante hab¨ªa funcionado de manera razonable. Pudo marcar C¨®rdoba en un trallazo que Dmitrovic sac¨® milagrosamente con mano firme, y lo hizo en la jugada siguiente, despu¨¦s de un disparo que iba a porter¨ªa y tropez¨® en el brazo de Escalante. El penalti lo transform¨® Ra¨²l Garc¨ªa. Ah¨ª se fundi¨® un Athletic con buena cara aunque de alineaci¨®n extra?a.
El Eibar, golpeado por la mala fortuna, presion¨® m¨¢s si cabe, y trat¨® de encerrar al equipo de Garitano, tap¨¢ndole los espacios de salida. Lo consigui¨®, y adem¨¢s empat¨® en una acci¨®n brillante entre Orellana y Pedro Le¨®n, que Kike Garc¨ªa culmin¨® de cabeza.
Se anim¨® la grada entonces. Entend¨¢monos: Sin grada oficial, al menos en Eibar queda el recurso de los balcones, la tribuna de los sastres que se dec¨ªa en los tiempos del barrillo y el linimento. Un centenar de aficionados segu¨ªan el juego desde las torres de Ipurua, y aunque las fuerzas no estaban divididas a partes iguales, s¨ª que se pod¨ªan ver bastantes camisetas rojiblancas ¨Cpor eso de que la villa armera est¨¢ en el l¨ªmite con Bizkaia¨C, y se escucharon gritos de ¨¢nimo al Athletic al saltar al campo, o v¨ªtores cuando Ra¨²l Garc¨ªa marc¨® de penalti. Es lo m¨¢s parecido al f¨²tbol de verdad que se puede ver en LaLiga.
Pese a que se desactiv¨® el partido tras el empate, en la televisi¨®n no deb¨ªan estar poniendo nada potable, porque curiosamente, los balcones no se despoblaron en el descanso, ni siquiera a la hora de la cena. Siguieron animados, no como el juego, que fue m¨¢s del Eibar que del Athletic, aunque sin demasiado sentido. Apretaron los armeros porque la clasificaci¨®n obliga, y se pusieron por delante con un penalti que pas¨® desapercibido para el ojo humano, pero que el VAR, despu¨¦s de cinco minutos de incertidumbre. Orellana atin¨® a convertirlo. Unos minutos despu¨¦s, sin embargo, aunque fue pr¨¢cticamente en la siguiente jugada, con la pausa de hidrataci¨®n de por medio, empat¨® Villalibre a un toque, en la primera pelota que tocaba tras saltar al campo. Luego se sucedieron los pelotazos. Hasta desde la calle se pod¨ªa seguir el juego con tanto misil a¨¦reo. Empataron y ninguno cumpli¨® sus objetivos.