Anarqu¨ªa en el f¨²tbol
Miguel Fern¨¢ndez Ubir¨ªa recorre en un libro la historia de ambos conceptos y ofrece un mapa de clubes en cuyo esp¨ªritu fundacional estaba la acracia
Al f¨²tbol no le suele gustar mucho el anarquismo. Ni en los despachos ni en el campo. Cuando un jugador no asume su rol y va por libre, genera un desequilibrio en el equipo que desespera a los entrenadores y, a no ser que el futbolista en cuesti¨®n sea realmente ¨²nico, tambi¨¦n a la grada. Al anarquismo tampoco es que el balompi¨¦ le haga especial gracia. En los inicios, lo calific¨® de deporte burgu¨¦s, alarmado por el hecho de que los trabajadores defendieran el nombre de sus f¨¢bricas cuando jugaban para sus equipos. Cuando el negocio comenz¨® a ganar terreno, ahuyent¨® a muchos de los libertarios ...
Al f¨²tbol no le suele gustar mucho el anarquismo. Ni en los despachos ni en el campo. Cuando un jugador no asume su rol y va por libre, genera un desequilibrio en el equipo que desespera a los entrenadores y, a no ser que el futbolista en cuesti¨®n sea realmente ¨²nico, tambi¨¦n a la grada. Al anarquismo tampoco es que el balompi¨¦ le haga especial gracia. En los inicios, lo calific¨® de deporte burgu¨¦s, alarmado por el hecho de que los trabajadores defendieran el nombre de sus f¨¢bricas cuando jugaban para sus equipos. Cuando el negocio comenz¨® a ganar terreno, ahuyent¨® a muchos de los libertarios que ve¨ªan en el f¨²tbol una oportunidad de compartir su visi¨®n del mundo.
En F¨²tbol y anarquismo (Catarata), Miguel Fern¨¢ndez Ubir¨ªa recorre la historia de ambos conceptos y ofrece un mapa de clubes en cuyo esp¨ªritu fundacional estaba la acracia y de otros que la han ido sumando con el tiempo. Principalmente, del continente americano. Argentinos Juniors, el club que vio crecer a Maradona, naci¨® bajo el nombre de M¨¢rtires de Chicago -en homenaje a los obreros ejecutados tras las protestas de 1886 en defensa de la jornada laboral de ocho horas, en recuerdo de los cuales el 1 de mayo se instaur¨® como D¨ªa internacional de los trabajadores. Hoy, aunque maquilla un poco su origen en los documentos oficiales, mantiene en su nombre el ¡°Asociaci¨®n Atl¨¦tica¡± que lo hace diferente.
El Corinthians brasile?o, fundado por obreros en 1910, se convirti¨® en referente en los a?os 80 del siglo pasado, en plena dictadura. Los jugadores del club instauraron un sistema a trav¨¦s del cual decid¨ªan democr¨¢ticamente los sistemas de juego, el tipo de entrenamiento e, incluso, el reparto de dinero. Todo por la llegada como director general de un soci¨®logo que no ten¨ªa ni idea de f¨²tbol, pero que se encontr¨® con S¨®crates en el vestuario. El equipo gan¨® dos a?os seguidos el campeonato Paulista. En las camisetas, en lugar de publicidad, luc¨ªa el lema ¡°Democracia Corinthiana¡±.