El foco apunta a ¡®Martintxo¡¯
Odegaard, t¨ªmido en su reestreno con el Madrid, afronta la oportunidad que tanto program¨® desde la adolescencia
Una tarde, durante el confinamiento, cuando ya se pod¨ªa salir a pasear una hora, el presidente de la Real Sociedad, Jokin Aperribay, se sorprendi¨® al cruzarse en la playa de Ondarreta de San Sebasti¨¢n con un Martin Odegaard casi de inc¨®gnito. El noruego hab¨ªa bajado desde su casa, un lugar cercano adonde se hab¨ªa mudado desde las afueras, a airearse la cabeza reci¨¦n cortada. Llevaba una gorra blanca y los pantalones remangados hasta el tobillo para ref...
Una tarde, durante el confinamiento, cuando ya se pod¨ªa salir a pasear una hora, el presidente de la Real Sociedad, Jokin Aperribay, se sorprendi¨® al cruzarse en la playa de Ondarreta de San Sebasti¨¢n con un Martin Odegaard casi de inc¨®gnito. El noruego hab¨ªa bajado desde su casa, un lugar cercano adonde se hab¨ªa mudado desde las afueras, a airearse la cabeza reci¨¦n cortada. Llevaba una gorra blanca y los pantalones remangados hasta el tobillo para refrescarse los pies. Costaba reconocer a Martintxo, como era conocido entre los aficionados, y nadie lo molest¨® en su caminata. De su a?o en Donosti, adem¨¢s de su f¨²tbol, recuerdan el car¨¢cter introvertido, discreto y atento de este joven n¨®rdico que hace unos meses pod¨ªa pasar inadvertido por la arena del Cant¨¢brico y ahora tiene encima todos los focos del Madrid.
Al chico t¨ªmido e imberbe, pero con grandes aspiraciones, que apareci¨® en 2015 en Valdebebas con 16 a?os le ha llegado su hora. La oportunidad que tanto dise?¨® con su padre ya est¨¢ aqu¨ª. No hay mayor novedad en la plantilla que ¨¦l. Zidane, que lo dirigi¨® un a?o en el Castilla, no perdi¨® tiempo en reclamarlo de su cesi¨®n en la Real tras el sopapo del City y no se demor¨® en ponerlo en funcionamiento. Su estreno el pasado domingo en Anoeta, sin embargo, result¨® tan sigiloso como sus paseos por la Concha.
En Valdebebas valoran su madurez con 21 a?os y lo describen como ¡°muy Kroos¡± en la puesta en escena
En el club blanco, cuentan, se han reencontrado con ¡°un veterano¡± de 21 a?os. ¡°Siempre fue un chaval adelantado a su edad y ahora es una persona realmente madura. Muy Kroos en la puesta en escena: serio por fuera, divertido y detallista por dentro¡±, detallan. Y con un avance nada menor para su integraci¨®n en un ecosistema tan complejo: el idioma. ¡°Se fue hablando apenas cuatro palabras y ahora es un chico que se relaciona en espa?ol con una fluidez espectacular. Eso es clave en la conexi¨®n privada con el equipo, especialmente con los jefes¡±, advierten. De ello tambi¨¦n tiene culpa la Real, que le puso clases de apoyo a las que asist¨ªa con su gran amigo Isak, el delantero sueco de origen eritreo que era con quien mejor se entend¨ªa. Los uni¨® su procedencia escandinava.
Una parte de este verano la pas¨® en Sierra Nevada, trabajando en altura y fortaleciendo la rodilla derecha, que acab¨® el curso pasado con una tendinopat¨ªa rotuliana. ¡°Se machacaba mucho y se preocupaba bastante por la alimentaci¨®n¡±, a?aden desde San Sebasti¨¢n. Cuidados que extend¨ªa a la mente, para la que ten¨ªa un psic¨®logo particular adem¨¢s del coach que le adjudicaban de serie los donostiarras.
Cocci¨®n lenta
Ahora ser¨¢ el f¨²tbol el que lo ponga en su sitio. Lo que dice la experiencia reciente es que, si Zidane lo ha pedido expresamente, oportunidades tendr¨¢. ?l ha confesado que le gusta jugar en el centro del campo, un poco m¨¢s adelantado, por la banda derecha. Ah¨ª entiende que es la mejor ubicaci¨®n para lucir regate, disparo y capacidad de pase. A las puertas de una temporada a¨²n m¨¢s apretada que casi se ha unido con la anterior, su participaci¨®n y sus piernas frescas se antojan claves para ventilar una demarcaci¨®n cuyos integrantes acumulan muchos kil¨®metros juntos. Eso y su dureza para lidiar con unas expectativas altas en el volc¨¢n de Madrid, lejos de la bonhom¨ªa de San Sebasti¨¢n.
¡°Se machacaba y cuidaba mucho la alimentaci¨®n¡±, cuentan en la Real, donde ten¨ªa psic¨®logo y ¡®coach¡¯
Su cocci¨®n fue lenta, tanto que algunos ya empezaban a desconfiar seriamente de su retorno al Bernab¨¦u, pero la explosi¨®n result¨® convincente. Su gran incidencia en el juego txuri-urdin, reflejada en los siete goles y nueve asistencias en 36 partidos, unido a un mercado en recesi¨®n por el Covid, aceleraron su vuelta a Valdebebas.
Hace un lustro, la adaptaci¨®n a la Ciudad Deportiva no le result¨® nada sencilla. Una vez recogido el confeti de la presentaci¨®n con Butrague?o, en el vestuario del Castilla despert¨® algunos recelos por el boato de su fichaje (cost¨® 2,8 millones), la frecuencia con la que sub¨ªa a entrenar con el primer equipo y hasta por su sueldo. Y tampoco la brusquedad que se gasta en Segunda B le ayud¨® a su estilo de sal¨®n. Su paso por el filial result¨® discreto (cinco tantos y ocho asistencias en 62 partidos) pese a la titularidad casi fija, incluido el a?o que coincidi¨® con Zidane. Se convirti¨® en el jugador m¨¢s joven (16 a?os y 157 d¨ªas) en debutar con el Madrid, en 2015, sin embargo, a su rendimiento le faltaban las luces que hab¨ªa despertado su desembarco. As¨ª que empez¨® el carrusel de cesiones: al Heerenveen una temporada y media, donde no abandon¨® la discreci¨®n; al Vitesse otra campa?a, clave en el primer estir¨®n; y por ¨²ltimo a la Real Sociedad, que lo lanz¨® definitivamente. Martintxo se march¨® con todos los honores de Donosti, los mismos con los que regresa a Valdebebas, aunque con mucha m¨¢s presi¨®n. Es su hora.