Un Madrid sonado deja grogui al Inter
Un gran gol del resucitado Rodrygo, cuando m¨¢s sufr¨ªan los blancos, alivia al equipo de Zidane tras un partido tremendo frente a un rival italiano muy exigente
Cuando m¨¢s sonado parec¨ªa el Real Madrid apareci¨® Rodrygo desde la sala de espera y fue el Inter el que qued¨® grogui. Gui?os del f¨²tbol en un partido con mucha m¨¦dula. Un duelo vivificante que ambos se tomaron como terminal. Un partido may¨²sculo con curvas para unos y otros del que sali¨® airoso un Madrid salvado por la campana de Rodrygo, que llevaba un tiempo en el cuarto oscuro. Su golpe en la mesa no pudo ser m¨¢s oportuno para un Real al que no le quedaban otras balas. Y el Inter, exigente de principio a fin, no fue un pase¨ªllo. Ni mucho menos.
En el Di St¨¦fano, Real e Inter hicieron...
Cuando m¨¢s sonado parec¨ªa el Real Madrid apareci¨® Rodrygo desde la sala de espera y fue el Inter el que qued¨® grogui. Gui?os del f¨²tbol en un partido con mucha m¨¦dula. Un duelo vivificante que ambos se tomaron como terminal. Un partido may¨²sculo con curvas para unos y otros del que sali¨® airoso un Madrid salvado por la campana de Rodrygo, que llevaba un tiempo en el cuarto oscuro. Su golpe en la mesa no pudo ser m¨¢s oportuno para un Real al que no le quedaban otras balas. Y el Inter, exigente de principio a fin, no fue un pase¨ªllo. Ni mucho menos.
En el Di St¨¦fano, Real e Inter hicieron honor a don Alfredo, que m¨¢s de una batalla libr¨® como blanco frente al centuri¨®n equipo italiano de los sesenta. El conjunto actual contribuy¨® a un partido de cuerpo entero, sin gaitas. Un encuentro de esos solo al alcance de brigadistas de primera. Real Madrid e Inter, dos colosos del f¨²tbol europeo, dos clubes de ayer y hoy, con la nuez apretada por sus cunetas en las primeras jornadas de esta Copa de Europa.
Como resultado, en Valdebebas nadie busc¨® atajos. Desde el inicio, los dos contendientes firmes, dispuestos a todo tipo de duelos. Algunos, tremendos. Como el de Sergio Ramos con el tit¨¢nico Lautaro, un argentino que no se arruga ni a palos. Tiene veinte colmillos y para nada es un piernas. Por un costado, dos cazas: Achraf y Mendy. Nadie estaba a salvo en un reto vibrante, el¨¦ctrico, chisposo.
Para asombro de don Alfredo, este Inter de Conte se ha vuelto amn¨¦sico. Nada que ver con el Inter cabecilla del catenaccio de H.H. Ahora, sin barricadas, es un equipo bizarro, de los que angustian a los suyos por la articulaci¨®n del juego desde su portero. Trenza el Inter desde la cueva. Y no lo desde?a, desde luego, el Madrid. Con tal disposici¨®n de unos y otros, cada cual se fue a por el vecino a su ¨¢rea. Antes de los cinco minutos, Asensio ya puso los focos sobre Handanovic, que desvi¨® su zurdazo desde dentro del ¨¢rea tras una aventura de Hazard. El choque iba golpe a golpe, as¨ª que no tard¨® en devolver el guantazo el cuadro interista. Casi atina Barella, como poco despu¨¦s Vidal con un trallazo que bien pudo reventar un lateral de la red.
En Valdebebas no hab¨ªa respiro. El Inter sal¨ªa a hombros de Lautaro, que balizaba para descargar el juego con Ramos siempre en alerta roja. El Madrid no ced¨ªa, pese a la poca pisada de Asensio, que no acaba de soltarse. A¨²n demasiado pacato. A¨²n se busca tras la lesi¨®n.
Acert¨® Courtois ante el categ¨®rico Lautaro y a Valverde, otro jugador abrasivo, se le fueron dos disparos por una u?a. No hab¨ªa f¨²tbol a granel cuando Mendy confundi¨® a Achraf. El acoso del franc¨¦s provoc¨® que el exmadridista quisiera jugar con su portero de forma muy forzada. Lazarillo, Benzema se interpuso, birl¨® a Handanovic en una baldosa y sopl¨® la pelota a puerta abierta.
El 1-0 rebaj¨® unos minutos al Inter, que not¨® la sacudida. Tan aturdido que nadie reconoci¨® a Sergio Ramos. Como si el capit¨¢n local fuera un forastero que no sale en los cromos. Kroos lanz¨® un c¨®rner, Ramos vol¨® como Ramos y cabece¨® como Ramos. Lo de toda la eternidad. En el Inter, todos espectadores de una pel¨ªcula mil veces vista.
No hubo bandera blanca de los de Conte. Brozovic larg¨® un pase con demasiada p¨®lvora para Barella. Era una bola de fuego, pero el italiano se marc¨® la virguer¨ªa de la noche, la asistencia de la temporada. El chico cit¨® a Lautaro con el gol con un taconazo versallesco sin dejar siquiera que la pelota tocara la hierba. El Inter estaba en el partido.
De vuelta del intermedio sufri¨® el Madrid, m¨¢s desenchufadas sus l¨ªneas, con m¨¢s horizontes para el voraz Inter. El Real se parti¨® por el eje y el cuadro visitante crec¨ªa en la misma medida que menguaban los de Zidane. Intervino el preparador franc¨¦s, que advirti¨® el poco dep¨®sito que le quedaba a Hazard y a Asensio. Poco despu¨¦s del relevo de los extremos ¡ªcon pista para Vinicius y Rodrygo¡ª, Lautaro, con Ramos fuera de lugar, sirvi¨® el 2-2 a Perisic, que defini¨® de maravilla con Lucas en el cogote.
La remontada pudo ser mayor. El revoltoso y eficaz Lautaro se estrell¨® con el larguero tras una pifia de Mendy justo antes de que a Perisic se le fuera un disparo cruzado por un flequillo. Volaba el Inter y resoplaba el Madrid. Pero el f¨²tbol es un lote de imprevistos. En el peor tramo local, Valverde, gladiador, puso en carrera a Vinicius, que no demor¨® su mensaje al camarada Rodrygo. Este, tan de puntillas ¨²ltimamente, arm¨® un disparo fulminante y puso una mueca de alivio en todo el madridismo. Europa ya no queda tan lejos.