Benzema evita un bajonazo
El Madrid, m¨¢s espeso que en su semana cumbre, sufre para doblegar a un orgulloso Athletic lastrado por la expulsi¨®n de Ra¨²l Garc¨ªa antes del cuarto de hora
Un cabezazo poderoso de Benzema seguido de un remate culminante del franc¨¦s evitaron un bajonazo al Real Madrid despu¨¦s de sus tres ¨²ltimas cumbres. Una insensatez de Ra¨²l Garc¨ªa oblig¨® al Athletic a afrontar un himalaya en Valdebebas. Donde estuvo Benzema hac¨ªa una hora que no estaba Ra¨²l Garc¨ªa, sentenciado con una tarjeta roja a los 14 minutos por tres tarascadas sucesivas. Tan irreflexivas que todas sucedieron en zonas templadas. Con todo, al Madrid se le hizo pesadote el partido. Pese al extrav¨ªo de uno de los suyos, el Athletic compiti¨® hasta el final y tuvo al Real en el alambre hasta q...
Un cabezazo poderoso de Benzema seguido de un remate culminante del franc¨¦s evitaron un bajonazo al Real Madrid despu¨¦s de sus tres ¨²ltimas cumbres. Una insensatez de Ra¨²l Garc¨ªa oblig¨® al Athletic a afrontar un himalaya en Valdebebas. Donde estuvo Benzema hac¨ªa una hora que no estaba Ra¨²l Garc¨ªa, sentenciado con una tarjeta roja a los 14 minutos por tres tarascadas sucesivas. Tan irreflexivas que todas sucedieron en zonas templadas. Con todo, al Madrid se le hizo pesadote el partido. Pese al extrav¨ªo de uno de los suyos, el Athletic compiti¨® hasta el final y tuvo al Real en el alambre hasta que Benzema cerr¨® el marcador un pesta?eo despu¨¦s de que Courtois impidiera el empate de Vesga.
No son horas para jugar al f¨²tbol. Valdebebas es una fresquera. O le crepitaban las tripas por hambre. Vaya usted a saber qu¨¦ destempl¨® a Ra¨²l Garc¨ªa. A sus 34 a?os y con 485 partidos de rodaje, el rojiblanco cometi¨® tres imprudencias antes del cuarto de hora. Primero reba?¨® a Modric junto al banquillo de Zidane. Luego raj¨® a Kroos en el c¨ªrculo central ¡ªamarilla a los siete minutos¡ª. Y un pisot¨®n al alem¨¢n cerca del balc¨®n del ¨¢rea madridista fue terminal. Hay ¨¢rbitros de gatillo f¨¢cil, esos que no miran la hora de la temeridad. Lo deb¨ªa saber Ra¨²l Garc¨ªa, con tanto oficio. El navarro dej¨® a su equipo a la intemperie con un mundo por delante.
M¨¢s que reclamar por el enajenamiento de su jugador, el Athletic tuvo m¨¢s motivos de queja justo unos segundos antes. Una pifia de Lucas V¨¢zquez propici¨® una contra de Williams. Cuando el ariete armaba el disparo lleg¨® a su espalda Carvajal, que le carg¨® y desequilibr¨®. Una treta defensiva muy de Carvajal. Una jugada que mereci¨® castigo. Lo mismo que una mano posterior de Capa.
Catorce minutos de enredos causaron otro partido. Rebajado num¨¦ricamente, el Athletic recul¨® hacia la madriguera de Unai Sim¨®n. Hasta el intermedio, el encuentro ya solo tuvo ida: la del Madrid. Bien api?ado el conjunto visitante, al cuadro blanco el choque se le hizo borroso. Algo gripado, desgastado por su triunfal semana alpina, el Real estuvo espeso. No daba puntadas por las alas. Con Kroos de Casemiro ¡ªsancionado¡ª, Valverde no sab¨ªa d¨®nde echar la cometa entre Benzema y los volantes. Todo le resultaba farragoso.
Apenas hab¨ªa picotazos ante Unai Sim¨®n, aliviado por el andamiaje de sus centrales, c¨®modos ante un adversario empecinado en abrir una ruta por el centro de la trinchera vizca¨ªna. Hasta que, casual o no, el Madrid encontr¨® una v¨ªa abierta por el costado izquierdo de su ataque. Por all¨ª cit¨® Modric a Vinicius ¡ªen probable fuera de juego¡ª con el gol. Unai respondi¨® con agilidad. Por all¨ª se gest¨® otra jugada que casi emboca Valverde. Era el tiempo final del primer acto. A unos segundos de la tregua, por all¨ª, por el costado izquierdo, trenzaron Mendy, Vinicius y Valverde, que descarg¨® la pelota para la llegada de Kroos, que tiene metralla en el pie derecho. Su remate, raso, seco y fulminante, no dio opciones a Unai.
Mal lo interpret¨® el Madrid, que reapareci¨® del descanso silbando. Como si diera por liquidada la faena. Como si presumiera antes de tiempo una rendici¨®n de los chicos de Garitano. Al contrario. Emergi¨® otro Athletic, un equipo ya dispuesto a no dejarse condicionar por el cruce de cables de Ra¨²l Garc¨ªa. Otro ¨¢nimo. Un Athletic decidido a rebelarse contra su obligado papel de resistente por la expulsi¨®n. Algo de pachorra en el Madrid. Se lo hizo pagar Capa tras un enlace con De Marcos. Courtois le sac¨® el primer remate, ya no el segundo con m¨¢s de un zaguero momificado.
Al Real le tocaba remar de nuevo. Para ello, Zidane reclut¨® a Isco y Asensio, futbolistas de talento, no tanto de combusti¨®n. Ninguno sacudi¨® al Athletic. Ninguno provoc¨® una polvareda en el conjunto vasco. A Zidane, que necesita cesto que mover, le est¨¢ costando enchufar al malague?o y al balear. El Real de remontada tras estar al borde del abismo no puede eternizarse.
Ya se precipitaba el Madrid, nunca fluido como en los tres duelos precedentes, cuando Asensio sac¨® un c¨®rner hacia atr¨¢s, hacia Carvajal. El centro del defensa lo atac¨® con brav¨ªa Benzema, de repente, con los a?os, un cabeceador de primera. No hubo rojiblanco que le atornillara.
Ni as¨ª se desinfl¨® el Athletic, que puso al Madrid contra las cuerdas. El Real precis¨® de un parad¨®n de Courtois justo antes de que Benzema abrochara la victoria local. Un respiro para un Real justo de piernas.