Unas merluzas en medio de la vuelta al mundo
El choque con un pesquero vasco arruina las opciones de un navegante alem¨¢n de ganar una hist¨®rica regata
Cuando Josu Zaldunbide regres¨® de la oficina, lo hizo con un golpe en su veh¨ªculo de empresa. Es patr¨®n de un pesquero, el Hermanos Busto, y volvi¨® este s¨¢bado a Ondarroa, el puerto en el que ten¨ªa que descargar la merluza que estuvo pescando durante semanas en el Golfo de Bizkaia. Su barco, que faenaba al palangre a 80 millas de la costa francesa, con miles de anzuelos lanzados al mar, vio c¨®mo se acercaba por su popa, a toda velocidad, un velero. ¡°No dio tiempo a nada. Eran las ocho y media de la noche del mi¨¦rcoles, llev¨¢bamos todas las luces de posici¨®n encendidas. Fue un abordaje¡±,...
Cuando Josu Zaldunbide regres¨® de la oficina, lo hizo con un golpe en su veh¨ªculo de empresa. Es patr¨®n de un pesquero, el Hermanos Busto, y volvi¨® este s¨¢bado a Ondarroa, el puerto en el que ten¨ªa que descargar la merluza que estuvo pescando durante semanas en el Golfo de Bizkaia. Su barco, que faenaba al palangre a 80 millas de la costa francesa, con miles de anzuelos lanzados al mar, vio c¨®mo se acercaba por su popa, a toda velocidad, un velero. ¡°No dio tiempo a nada. Eran las ocho y media de la noche del mi¨¦rcoles, llev¨¢bamos todas las luces de posici¨®n encendidas. Fue un abordaje¡±, recuerda el patr¨®n vasco, de 55 a?os; ¡°nos dio un golpazo de impresi¨®n¡±.
Perplejos, Zaldunbide y los otros pescadores que le acompa?aban en el barco se acercaron a su banda de babor, que hab¨ªa detenido en seco al velero. ¡°Se hab¨ªan quedado enganchados los chicotes de las velas con nuestros focos¡±, explica. Tras el golpe, de la otra embarcaci¨®n sali¨® una persona de la cabina, que arranc¨® los focos, se libr¨® del enganche y sigui¨® su rumbo.
¡°Nos quedamos extra?ados. Llam¨¦ al armador. Pensaba que era un contrabandista que no quer¨ªa que nos acerc¨¢ramos. Para nosotros era chapa y pintura, pero quer¨ªa ver si el otro barco ten¨ªa una v¨ªa de agua. Le llam¨¦ varias veces por el canal 16, el de emergencia, pero no contest¨®¡±, dice Zaldunbide. El armador, Aitor Badiola, se puso en contacto con Salvamento Marino, en Madrid, y les relat¨® a los responsables lo que hab¨ªa sucedido. Mientras, el patr¨®n se lo coment¨® por tel¨¦fono a algunos amigos. Uno de ellos le dio la clave: ¡°Me dijo que se estaba celebrando una regata¡±.
As¨ª era. Y no cualquiera, sino la famos¨ªsima Vend¨¦e Globe, la vuelta al mundo a vela. La cercan¨ªa a Les Sabbles d¡¯Olone, en Francia, era la respuesta. Los veleros que participaban en la hist¨®rica regata estaban llegando a puerto. El barco Seaexplorer, patroneado por el alem¨¢n Boris Herrmann, luchaba por ganar despu¨¦s de 80 d¨ªas y 20 horas de navegaci¨®n. Era tercero por tiempos, pero dispon¨ªa de una bonificaci¨®n de seis horas por haberse desviado para ayudar en el rescate de otro participante, Kevin Escoffier, con una v¨ªa de agua. La victoria se dirim¨ªa por minutos tras casi tres meses de carrera.
As¨ª que, ante la posibilidad de ganar, Herrmann no se detuvo a evaluar los da?os, ni los suyos ni los del barco de merluzas. Tuvo que disminuir la velocidad a siete nudos, y termin¨® quinto (el franc¨¦s Yannick Bestaven gan¨® la competici¨®n), pero sus palabras al llegar a puerto desataron la pol¨¦mica. Sugiri¨® que el Hermanos Busto ten¨ªa apagado su sistema de localizaci¨®n. ¡°Es absurdo. Por supuesto que llev¨¢bamos encendido el AIS¡±, explica Zaldunbide en referencia al sistema de identificaci¨®n autom¨¢tica, que revela la posici¨®n de los barcos. En teor¨ªa, los veleros de la Vend¨¦e Globe utilizan un piloto autom¨¢tico que detecta la presencia de otros barcos y cambia el rumbo para evitar colisiones. ¡°?Lo ten¨ªa funcionando? Porque a nosotros no nos aparec¨ªa su barco en la pantalla¡±, se cuestiona Zaldunbide. ¡°Desde que salimos el 7 de enero llevamos el AIS encendido, se puede comprobar porque todo queda grabado. Es como la caja negra de un avi¨®n¡±, detalla el vasco.
Herrmann acabar¨ªa confesando: ¡°Estaba durmiendo y me despert¨¦. Hab¨ªa chocado contra un barco de pesca¡±. El alem¨¢n reconoc¨ªa que no estaba despierto, aunque despu¨¦s sugiri¨® que la culpa era del pesquero. El viernes a mediod¨ªa habl¨® con Aitor Badiola, el armador. Se disculp¨®. Reconoci¨® que fue un error sugerir que el pesquero llevara el AIS apagado, que fue un momento de calent¨®n. Quedaron en verse. ¡°Est¨¢ todo arreglado¡±, asegura Badiola, ¡°le he invitado a que venga a Ondarroa cuando quiera¡±. Podr¨¢n entonces recordar c¨®mo la vuelta al mundo qued¨® frenada por un pesquero de merluzas.