El Tenerife exige al Madrid m¨¢s competitivo
Los blancos remontan 18 puntos de desventaja para vencer por 85-79 y alcanzar su octava final consecutiva en la Copa
El Real Madrid disputar¨¢ este domingo su octava final de consecutiva de la Copa del Rey, la 28? de 38 posibles entre todas las competiciones en los 736 partidos de la era Laso, a una media de una final cada 26 encuentros. Los blancos tuvieron que remontar 18 puntos de desventaja para rendir a un orgulloso CB Canarias (85-79), que estir¨® su rendici¨®n hasta el ¨²ltimo suspiro sostenido por la brillante direcci¨®n de Marcelinho Huertas y la pujanza de Fran Guerra. Pero se impuso la m¨¢quina de competir madridista, liderada ...
El Real Madrid disputar¨¢ este domingo su octava final de consecutiva de la Copa del Rey, la 28? de 38 posibles entre todas las competiciones en los 736 partidos de la era Laso, a una media de una final cada 26 encuentros. Los blancos tuvieron que remontar 18 puntos de desventaja para rendir a un orgulloso CB Canarias (85-79), que estir¨® su rendici¨®n hasta el ¨²ltimo suspiro sostenido por la brillante direcci¨®n de Marcelinho Huertas y la pujanza de Fran Guerra. Pero se impuso la m¨¢quina de competir madridista, liderada esta vez por Gabriel Deck y Fabien Causeur, con apariciones determinantes de Sergio Llull y Walter Tavares. Se agarr¨® el Madrid a la defensa para poder defender el t¨ªtulo, sabiendo sufrir, esperando su momento para imponer su experiencia ante un Tenerife intr¨¦pido. Antes de la llegada de Laso al banquillo el conjunto blanco estuvo 19 a?os sin ganar la Copa, y este domingo buscar¨¢ su s¨¦ptima corona en 10 a?os.
El Tenerife exigi¨® al Madrid que se ganara la final a pulso. Los dos equipos se lanzaron a por la final sumando de tres en tres. Vidorreta se guard¨® de inicio a sus cabezas de cartel, Marcelinho y Shermadini, y fueron Fitipaldo y Fran Guerra los que ejercieron de dobles de acci¨®n en una puesta en escena en la que los contendientes mezclaron intensidad y aplicaci¨®n. A los triples del Tenerife, respondieron consecutivamente Deck, Causeur y Aloc¨¦n tambi¨¦n desde el per¨ªmetro. Pero, en el vaiv¨¦n de transiciones, se distrajo el Madrid y se perdi¨® Tavares. El caboverdiano no consigui¨® gobernar la pintura, solo lanz¨® una vez a canasta en la primera mitad, y los de Vidorreta comenzaron a hacer camino a base de rebotes ofensivos.
El tiempo muerto de Laso que lleg¨® a continuaci¨®n no atendi¨® a matices t¨¦cnicos, fue una mezcla de lectura de cartilla y lecci¨®n competitiva. ¡°La diferencia est¨¢ siendo los rebotes de ataque que nos han cogido y los tiros libres que hemos fallado. Esto son fallos de concentraci¨®n. Parece que no pasa nada, ?pero s¨ª pasa! Ah¨ª est¨¢ la diferencia. O nos concentramos en las peque?as cosas que hay que hacer para ganar un partido de baloncesto o no podremos jugar¡ Estamos demasiado est¨¢ticos. Necesitamos crear movimiento¡±, reclam¨® el entrenador madridista a los suyos. La lasina no tuvo efecto y el Tenerife cerr¨® el primer cuarto por delante en el marcador y las sensaciones, ya con Huertas al mando (19-23, m. 10).
Con el resabiado manejo de Marcelinho y la punter¨ªa de Cavanaugh (dos triples consecutivos en ese tramo), el Tenerife consolid¨® su optimismo y su ventaja. El banquillo aurinegro retroaliment¨® las revoluciones de su equipo jaleando constantemente cada acci¨®n, jugando otro partido desde la banda. Una coreograf¨ªa que remiti¨® a las palabras de Vidorreta tras la victoria madridista el mes pasado en La Laguna en la liga. ¡°Es complicado jugar contra el Madrid, en el banquillo contrario est¨¢n retransmitiendo el partido continuamente. Sin p¨²blico, jugamos aqu¨ª como si estuvi¨¦ramos fuera de casa¡ como son treinta y la madre ellos tienen muchas ventajas adem¨¢s de su calidad¡±, protest¨® aquel d¨ªa el entrenador del Tenerife. Y, con su banquillo en plena ebullici¨®n, el CB Canarias cogi¨® carrerilla en la pista (22-40, m. 15).
Ah¨ª explot¨® de nuevo Laso y su ¡°?ya vale!¡±, dirigido a los ¨¢rbitros tras una falta en ataque, fue interpretado por sus jugadores como el toque de corneta definitivo para salir de la galbana. El primero en dar un paso al frente fue Llull, que pareci¨® cuando m¨¢s arreciaba la tormenta rival. Con seis puntos del menorqu¨ªn, a base de penetraciones corajudas, y una canasta m¨¢s de Carroll, el Madrid comenz¨® a achicar agua. Y con el refuerzo de Deck en la intendencia y un triple de Causeur logr¨® completar un parcial de 18-6 que le permiti¨® llegar a descanso con una desventaja abarcable (40-46, m. 20). ¡°Lo mejor es el resultado. Con todo lo que hemos hecho mal, solo perdemos por seis. Ellos han sido superiores. El primer tiempo no ha sido el nuestro y tenemos que buscar el momento¡±, constat¨® Laso en el entreacto.
El Madrid tard¨® en consolidar su prop¨®sito de enmienda en la reanudaci¨®n, pero su defensa fue dando vueltas de tuerca sin cesar. Fran Guerra apuntal¨® el plan tinerfe?o, Deck, que estaba siendo el mejor madridista en la pista, tuvo que retirarse tras un golpe, y Marcelinho volvi¨® a coger la br¨²jula. Pero se defendi¨® el conjunto de Laso con la mejor versi¨®n de Tavares en el partido y, de nuevo, con Llull tensando la cuerda del car¨¢cter. La retaguardia blanca comenz¨® a marcar diferencias. Shermadini se qued¨® en un punto. Remando a contracorriente, con m¨¢s abnegaci¨®n que lucidez, los blancos lograron la remontada con dos tiros libres de Caroll y cinco puntos de Causeur antes de entrar en la recta de meta (64-59, m. 29). El ataque del Tenerife, que hab¨ªa anotado 23 puntos en el primer y segundo cuarto, se qued¨® achatado con apenas 13 en ese tramo. Un viaje del 51-59 al 64-59 que solo fue capaz de interrumpir Marcelinho con un dos m¨¢s uno que alivi¨® a los de Vidorreta en su peor momento. El doble motor Marcelinho-Fitipaldo recarg¨® el dep¨®sito tinerfe?o en defensa y en ataque y, coincidiendo con el viaje de Llull al banquillo, el Madrid perdi¨® empuje. Pero la solidez de Tavares y un par de triples providenciales de Deck y Causeur otorgaron a los de Laso un margen de siete puntos para afrontar el desenlace (79-72, m. 37). El martilleo silencioso de Deck pes¨® m¨¢s que el orgullo de Marcelinho. Una asistencia chachista de Llull a Thompkins asegur¨® el triunfo. El Madrid defender¨¢ su trono copero.