?Puxa Shakespeare!
Cuando era ni?o, el dramaturgo y actor Maxi Rodr¨ªguez llevaba en la mochila las botas de tacos y las zapatillas de ballet: ten¨ªa que elegir bando: ?Shakespeare o Quini?
Para vivir entre dos mundos y poder disfrutarlo sin mucha contradicci¨®n interior, hay que tom¨¢rselo con sentido del humor. M¨¢s a¨²n si esos dos mundos son el teatro y el f¨²tbol, que tienen todo y nada que ver. Se parecen, por ejemplo, en que ambos se juegan en vivo, sin red (de seguridad, se entiende); o en que los dos representan dramas. Se diferencian en que la gente va (o iba) mucho m¨¢s al f¨²tbol que al teatro o en el tipo de comentarios que llegan desde el p¨²blico.
Cuando era ni?o, el dramaturgo y actor Maxi Rodr¨ªguez ll...
Para vivir entre dos mundos y poder disfrutarlo sin mucha contradicci¨®n interior, hay que tom¨¢rselo con sentido del humor. M¨¢s a¨²n si esos dos mundos son el teatro y el f¨²tbol, que tienen todo y nada que ver. Se parecen, por ejemplo, en que ambos se juegan en vivo, sin red (de seguridad, se entiende); o en que los dos representan dramas. Se diferencian en que la gente va (o iba) mucho m¨¢s al f¨²tbol que al teatro o en el tipo de comentarios que llegan desde el p¨²blico.
Cuando era ni?o, el dramaturgo y actor Maxi Rodr¨ªguez llevaba en la mochila las botas de tacos y las zapatillas de ballet. Pasaba de escuchar un ¡°?qu¨¦ pasa, que t¨² corres con los cojones?¡± como argumento definitivo para defender un ejercicio en un entrenamiento a recitar textos de Oscar Wilde o de Lorca en los ensayos del grupo de teatro. Y sent¨ªa que hab¨ªa que elegir bando. Lear o el deporte rey (Libros del K.O.) es la historia de ese di¨¢logo permanente entre Shakespeare y Quini ¡ª?a qu¨¦ padre quieres m¨¢s?¡ª que tiene en las tablas de c¨¦sped de El Molin¨®n y en los jugadores que defienden la camiseta del Sporting de Gij¨®n los elementos para representar un drama diferente e inesperado cada fin de semana.
¡°Cuando llevas toda la vida entre Lear y el deporte rey, te quedas con la categor¨ªa humana de los personajes, los puntos de giro en el balc¨®n del ¨¢rea, el paso fulgurante del drama a la comedia, tu grada llorando en coro griego, la po¨¦tica de emociones desbocadas sobre un terreno de juego. El texto de Maxi Rodr¨ªguez ¡ªal que habitualmente confunden con el ex futbolista del mismo nombre¡ª bebe de la experiencia de haber jugado en los campos de tierra de Asturias.
De saber lo que es que en un Ujo-Figaredo celebrado en un campo embarrado, perdiendo por cinco goles a uno, le asignen a uno el marcaje del jugador m¨¢s fuerte del rival y que te calce dos mandobles despu¨¦s de ofrecerle un chicle para romper el silencio. Mejora eso, Stanisvlaski.