Mot¨ªn por confusi¨®n onom¨¢stica en el Schalke 04
El tercer club m¨¢s rico de Alemania destituye a su entrenador y a su director deportivo despu¨¦s de que los jugadores protestaran porque el t¨¦cnico se equivocaba con sus nombres de forma reiterada
No ser¨¢ la primera vez que un mot¨ªn de jugadores provoca la destituci¨®n de un entrenador. Lo que result¨® ins¨®lito fueron las razones que esgrimieron Sead Kolasinac, Shkodran Mustafi y Klaas-Jan Huntelaar, los l¨ªderes del vestuario del Schalke 04, cuando la semana pasada trasladaron a la directiva su deseo de destituir a Christian Gross ya que, se justificaron, el t¨¦cnico ignoraba o confund¨ªa sistem¨¢ticamente los nombres propios y el origen de sus subordinados. A Can Bozdogan lo interpelaba como ¡°Kaan Erdogan¡±, a Alessandro Sch...
No ser¨¢ la primera vez que un mot¨ªn de jugadores provoca la destituci¨®n de un entrenador. Lo que result¨® ins¨®lito fueron las razones que esgrimieron Sead Kolasinac, Shkodran Mustafi y Klaas-Jan Huntelaar, los l¨ªderes del vestuario del Schalke 04, cuando la semana pasada trasladaron a la directiva su deseo de destituir a Christian Gross ya que, se justificaron, el t¨¦cnico ignoraba o confund¨ªa sistem¨¢ticamente los nombres propios y el origen de sus subordinados. A Can Bozdogan lo interpelaba como ¡°Kaan Erdogan¡±, a Alessandro Sch?pf le llamaba ¡°Massimo Sch¨¹pp¡±, y as¨ª sucesivamente, tanto en los entrenamientos como en las conferencias de prensa. Los futbolistas tambi¨¦n expresaron su indignaci¨®n ya que, trat¨¢ndose de un pol¨ªglota que hablaba con fluidez alem¨¢n, franc¨¦s e ingl¨¦s, Gross, de 66 a?os, se dirig¨ªa en ingl¨¦s a los franc¨®fonos, en franc¨¦s a los angloparlantes y en alem¨¢n a quienes no dominaban la lengua de Goethe, generando as¨ª la inc¨®moda sensaci¨®n de que todo le importaba muy poco, e hiriendo de paso el amor propio de la plantilla.
Cuando diversos medios alemanes publicaron esta informaci¨®n, el viernes pasado, la junta de supervisi¨®n del Schalke se apresur¨® a desmentirlo todo. Pero este domingo, tras la aparatosa derrota en Stuttgart (5-1), los dirigentes del club ejecutaron la mayor serie de despidos que se recuerda en la Bundesliga.
Coherentes con su enfado, en Stuttgart los jugadores del Schalke hicieron la estatua en los tantos a bal¨®n parado que abrieron la goleada este s¨¢bado. El 5-1 constat¨® el malestar y hundi¨® un poco m¨¢s en el fondo de la tabla al que ya es, por estad¨ªstica, el peor equipo de los ¨²ltimos 50 a?os de la Primera Divisi¨®n alemana con un saldo de nueve puntos logrados tras una victoria, seis empates y 16 derrotas esta temporada. El descenso a Segunda est¨¢ asegurado para el tercer club con m¨¢s ingresos de Alemania y el 15? del mundo, con una facturaci¨®n de 324 millones de euros en el curso 2018-19, seg¨²n Deloitte.
¡°La decisi¨®n que hemos tomado es inevitable tras los decepcionantes resultados contra el Dortmund y el Stuttgart¡±, afirm¨® la junta de supervisi¨®n del Schalke este domingo, en el mismo comunicado en que inform¨® de la destituci¨®n de Gross, junto con Jochen Schneider, el director deportivo; Sascha Riether, el delegado del equipo; y Werner Leuthard, el preparador f¨ªsico.
Tras el despido de David Wagner, Manuel Baum, Huub Stevens y Christian Gross, el Schalke se convirti¨® en el primer club en la historia de la Bundesliga en destituir a cuatro entrenadores antes de que acabe la temporada. Lo que tambi¨¦n resulta in¨¦dito es el barrido de cargos de responsabilidad en un ¨¢rea deportiva tan depauperada que el entrenamiento del domingo fue dirigido por los ayudantes del preparador f¨ªsico fulminado.
Erwin y Jobst
Maniatado por una deuda que supera los 200 millones de euros, el Schalke se asoma al abismo envuelto en una crisis ininterrumpida desde hace un a?o. La pandemia solo a?ade m¨¢s lastre a una instituci¨®n descabezada desde que la facci¨®n m¨¢s elocuente de su hinchada pidi¨® la dimisi¨®n de Clemens T?nnies, el presidente de la junta, en abril de 2020. A los aficionados, muy arraigados en sus or¨ªgenes mineros, no les gust¨® la deriva racista de T?nnies, propietario del matadero m¨¢s grande del pa¨ªs, que proclam¨® en un discurso que en lugar de subir los impuestos a las empresas que contaminaban, el Gobierno deber¨ªa preocuparse por controlar la natalidad de ?frica, seg¨²n ¨¦l, origen del calentamiento global.
T?nnies present¨® la dimisi¨®n cuando la tormenta no era todav¨ªa tif¨®n. Ahora, a falta de que despidan a la mascota Erwin, en las oficinas del club permanece el director general, Alexander Jobst, como m¨¢ximo responsable administrativo. Encargado de firmar altas y bajas a ritmo de r¨¦cord, Jobst recuerda tiempos mejores. El hombre fue empleado del Real Madrid, en cuyo departamento de marketing trabaj¨® a las ¨®rdenes de Jos¨¦ ?ngel S¨¢nchez entre 2005 y 2007.