El Chelsea de Lampard y el Dortmund de Haaland se alejan de la lucha por el t¨ªtulo
Los equipos que comenzaron la temporada como aspirantes a la Premier y a la Bundesliga pierden contra el Leicester (2-0) y el Bayer (2-1) respectivamente sin poder frenar el deterioro de su f¨²tbol
El Chelsea y el Borussia Dortmund contin¨²an transitando su oscura senda de degradaci¨®n. Sin que casi nadie los viera en los estadios, y, probablemente, con una audiencia exigua en televisi¨®n, trat¨¢ndose de partidos nocturnos disputados un martes de mediados de enero, en pleno invierno septentrional y en lo m¨¢s cruento de la pandemia. El Chelsea perdi¨® 2-0 en su visita a Leicester; y el Dortmund cay¨® por 2-1 en Leverkusen, tras interpretar el pat¨¦tico papel que se reserva a los equipos que aspiraban orgullosamente al t¨ªtulo hasta que el mal juego convenci¨® a sus futbolistas de que la liga es una quimera. No hab¨ªa m¨¢s que ver las caras. La cara de Haaland, la cara de Lampard, o la cara de Edin Terzic, contemplando desencajados la superioridad invencible de unos adversarios que hace un par de meses parec¨ªan inferiores. Y resulta que son superiores. No porque hayan gastado m¨¢s, ni porque tengan m¨¢s prestigio y cuenten con planillas m¨¢s competentes, sino porque que juegan mejor.
El Chelsea invirti¨® 247 millones de euros en fichajes el pasado verano. Fue el equipo que m¨¢s gast¨® en reforzarse en todo el mundo. El empe?o, dadas las condiciones sanitarias y econ¨®micas que atraviesa la industria, result¨® llamativo. Frank Lampard, el entrenador que la afici¨®n inglesa esperaba como a un predestinado, se encarg¨® de gestionar el patrimonio. Al cabo de 19 jornadas el resultado adquiere forma de chasco. Lampard pretende desarrollar un 4-3-3, pero el artefacto parece explosivo y por m¨¢s que pita no sabe qu¨¦ cable cortar.
Centrocampista llegador, riguroso y profesional, Lampard era un jugador ingl¨¦s ejemplar. Ofrec¨ªa m¨¢s trabajo que ingenio. Como entrenador se comporta de manera parecida. Elige a los futbolistas en virtud de su estampa, de sus cualidades t¨¦cnicas, y de su compromiso marcial, pero no parece distinguir al que decide con claridad del que no piensa hasta que no recibe la pelota. Adem¨¢s de insistir en depositar sobre Mason Mount la responsabilidad de conducir el equipo, frente al Leicester cometi¨® otros errores de bulto relacionados con el ojo cl¨ªnico. Puesto a buscar un mediocentro, dej¨® a Jorginho en el banquillo y apost¨® por Kovacic. Metido a elegir un punta, se?al¨® a Abraham y posterg¨® a Werner. La cosa se agrav¨® por la baja de Kant¨¦ a quien, incomprensiblemente, Lampard tampoco valora demasiado. El resultado fue un juego progresivamente r¨ªgido. Sin imaginaci¨®n ni lucidez en los metros finales. El Chelsea fue pasto del Leicester, que tiene en Brendan Rodgers a un muy buen estratega.
La victoria elev¨® al Leicester al liderato con 38 puntos y precipit¨® al Chelsea, con 29, al octavo puesto de la clasificaci¨®n. A falta de un mes para el cruce de Champions con el Atl¨¦tico, la crisis en Stamford Bridge est¨¢ declarada. Ante una deriva que, seg¨²n se deduce del juego, no tiene freno, los medios ingleses indican que Roman Abramovich, el propietario, ya busca un sustituto. Avram Grant, exentrenador del equipo londinense, o Thomas Tuchel, son algunos de los nombres que aparecen en la baraja.
El Chelsea es una potencia econ¨®mica del f¨²tbol. El Dortmund no. Los est¨¢ndares son diferentes. Pero el equipo del Ruhr cuenta con una plantilla notable, suficientemente armada como para desafiar al Bayern en la Bundesliga, a pesar de que el mal juego exhibido le haya ido alejando de esas ambiciones hasta deformarlo como se deforman los grupos de jugadores que alcanzan el convencimiento de que no son lo suficientemente buenos. Result¨® inequ¨ªvoca la expresi¨®n desasosegada de Erling Haaland, el goleador, mientras sus compa?eros intentaban avanzar sin ning¨²n orden, siempre presionados y anticipados por un adversario que ocup¨® mejor el campo y decidi¨® con m¨¢s serenidad cuando tuvo el bal¨®n. El t¨¦cnico que en diciembre sustituy¨® al despedido Lucien Favre, el biso?o Edin Terzic, entrenador de cantera, prudente, temeroso, contempl¨® el apelmazamiento de brazos cruzados. Perplejo. Su hom¨®nimo en el banquillo adyacente, Peter Bosz, le dio un repaso demasiado evidente para todos. Tambi¨¦n para sus jugadores.
El Dortmund es cuarto clasificado en la Bundesliga con 29 puntos tras 17 partidos. Lo superan el Leipzig con 32 puntos y 16 partidos, el Leverkusen con 32 puntos y 17 partidos, y el Bayern con 36 y 16 partidos. La aritm¨¦tica determina una distancia considerable, especialmente si se considera la evoluci¨®n del juego. Cada jornada que le resta al calendario el Dortmund sufre m¨¢s para encadenar tres pases seguidos. Noticia inmejorable para el Sevilla, que le espera en los octavos de la Champions.
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