El golf silencia los micros
Jugadores y ¡®caddies¡¯ se niegan a que se escuchen sus conversaciones en los torneos, como pretende la televisi¨®n
La escena es ¨²nica en el mundo del deporte: el jugador es entrevistado en televisi¨®n en mitad del partido. Sucede en el circuito europeo de golf. El periodista entra en el campo y pregunta al golfista despu¨¦s de que este haya dado un golpe. El ins¨®lito cuestionario es posible siguiendo un estricto protocolo: la entrevista ha de ser pactada de antemano, solo puede realizarse despu¨¦s del primer golpe en un hoyo y el jugador ha de dar de nuevo su consentimiento en ese momento mostrando, por ejemplo, el pulgar hacia arriba (si el golpe ha sido malo se puede negar). ¡°Le da valor a la retransmisi¨®n¡±...
La escena es ¨²nica en el mundo del deporte: el jugador es entrevistado en televisi¨®n en mitad del partido. Sucede en el circuito europeo de golf. El periodista entra en el campo y pregunta al golfista despu¨¦s de que este haya dado un golpe. El ins¨®lito cuestionario es posible siguiendo un estricto protocolo: la entrevista ha de ser pactada de antemano, solo puede realizarse despu¨¦s del primer golpe en un hoyo y el jugador ha de dar de nuevo su consentimiento en ese momento mostrando, por ejemplo, el pulgar hacia arriba (si el golpe ha sido malo se puede negar). ¡°Le da valor a la retransmisi¨®n¡±, explica Jos¨¦ Mar¨ªa Zamora, director de torneos del circuito europeo.
El poder de la televisi¨®n crece. Aunque a veces se tope con algunos l¨ªmites. La cadena estadounidense CBS, que retransmite por ejemplo el Masters de Augusta, ha planteado que los golfistas lleven micr¨®fonos individuales durante los torneos, de modo que cualquier espectador pueda escuchar todo lo que dicen. Y ah¨ª los jugadores y los caddies se han plantado. ¡°Necesitamos una privacidad para poder decir lo que pensamos. Yo s¨¦ c¨®mo soy en el campo¡±, comenta Jon Rahm, n¨²mero tres del mundo. ¡°He perdido la cuenta de los golfistas que juran o maldicen. No es bueno. Seguro que en baloncesto o f¨²tbol americano se escuchan cosas mucho peores que en golf. Si es una conversaci¨®n entre el caddie y el jugador en el tee o en la calle preparando un golpe, me parece bien, pero si es andando por la calle o esperando en un green, deber¨ªamos tener m¨¢s margen. Creo que la gente no es consciente de lo vulnerables que somos por las c¨¢maras y micros que hay en el campo. Es dif¨ªcil estar concentrado en lo que dices en cada momento¡±, argumenta el golfista vasco.
Los micr¨®fonos de ambiente ya han cazado m¨¢s de un improperio en el green, m¨¢s ahora que los torneos se juegan sin p¨²blico o con pocos seguidores y se reduce el ruido alrededor. Al estadounidense Justin Thomas se le escuch¨® el pasado enero, en el Sentry Tournament, decirse a s¨ª mismo Faggot, lo que viene a traducirse como ¡°maric¨®n¡±, cuando fall¨® un putt corto. Cuando acab¨® la ronda pidi¨® perd¨®n, pero uno de sus patrocinadores, Ralph Lauren, rompi¨® su contrato con ¨¦l. No tuvo Thomas ese privilegio del que gozaba Tiger Woods, cuyos golpes se emit¨ªan a menudo con un retraso de varios segundos para censurar alguna palabra malsonante.
¡°El problema de llevar un micro es que el jugador se olvida. Y, adem¨¢s, le creas un estr¨¦s innecesario¡±, comenta Zamora. La postura del caddie la resume Pello Iguar¨¢n, que ahora lleva la bolsa de palos del golfista paraguayo Fabrizio Zanotti: ¡°La gente no se creer¨ªa las cosas que se dicen. No se entender¨ªa porque es muy dif¨ªcil ponerse en la piel del jugador, comprender que a veces est¨¢ fuera de s¨ª. El golf se convertir¨ªa en un reality en el que solo se escuchar¨ªa lo picante, verdaderas burradas. Hay momentos en los que el jugador no se mide¡±.
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