Van der Hoorn, un neerland¨¦s en fuga, derrota al pelot¨®n del Giro de Italia
Filippo Ganna prev¨¦ perder la maglia rosa el martes en Sestola, el primer final de monta?a, donde, advierte, habr¨¢ que tener mucho cuidado con el fort¨ªsimo Remco Evenepoel
En la salida, cuando empezaba a llover en Biella, al pie de la subida pantaniana al santuario de Oropa, unas colombianas en Italia, madre e hija, se colocan ante el autob¨²s del UAE, el equipo de Molano y Gaviria, y muestran su bandera tricolor, de doble franja amarilla, como le gustaba a Goethe, y un cartel¨®n en papel de estraza con un mensaje claro en grandes letras may¨²sculas escritas con rotuladores de colores: ¡°S.O.S. Colombia. No a la represi¨®n del gobierno paramilitar. Protestar es un derecho. Resistencia...
En la salida, cuando empezaba a llover en Biella, al pie de la subida pantaniana al santuario de Oropa, unas colombianas en Italia, madre e hija, se colocan ante el autob¨²s del UAE, el equipo de Molano y Gaviria, y muestran su bandera tricolor, de doble franja amarilla, como le gustaba a Goethe, y un cartel¨®n en papel de estraza con un mensaje claro en grandes letras may¨²sculas escritas con rotuladores de colores: ¡°S.O.S. Colombia. No a la represi¨®n del gobierno paramilitar. Protestar es un derecho. Resistencia¡±.
El Giro se acerca a las primeras monta?as ¨Cel martes, Sestola, donde Alberto Tomba aprendi¨® a esquiar, como todos los bolo?eses¡ªpero antes pasa por Alba y las ub¨¦rrimas colinas de las Langhe y Roero, territorio de Beppe Fenoglio y la Resistencia, de partisanos, guerrillas y emboscadas, de sangre y lucha, donde no llueve. Se podr¨ªa reescribir a Marx y precisar que la historia no se repite como una farsa, como ¨¦l postul¨®, sino como una carrera ciclista, y la agon¨ªa de un corredor perseguido, un neerland¨¦s en fuga, Taco van der Hoorn, que emociona y hace felices a los que siempre creen que la verdadera belleza, tan fugaz y extra?a, para por la victoria de lo improbable, porque Van der Hoorn lucha, aprieta los dientes y derrota a la ciencia del pelot¨®n desatado en caza. Las mujeres colombianas quiz¨¢s no lo sepan, pero, seguro, lo intuyen, y se lo recuerdan a sus ciclistas, al mundo.
Al pelot¨®n le pierde su soberbia y, como a los grandes ej¨¦rcitos, la necesidad de reagruparse y esperar a los rezagados que no aguantaban el ritmo en las sucesivas subiditas de tercera y cuarta a las colinas con tantos vi?edos. Tampoco las estrellas m¨¢s esperadas se deciden a emprender un golpe de mano fulgurante que la afici¨®n desea en la subida a Guarene, un muro a la salida de Alba con un par de hect¨®metros finales al 15%.
No Sagan, el m¨¢s favorito por el tipo de terreno, que se esconde detr¨¢s de su equipo, a ritmo Bora; tampoco los escaladores de largo aliento, que son de monta?as largas, ni Almeida, el portugu¨¦s pimpante del 2020. No el m¨¢s deseado, Remco, tan ni?o que para ¨¦l Alba, la ciudad de la trufa blanca tambi¨¦n, no suena para nada como emblema de la Resistencia contra los invasores nazis sino, en todo caso, como el lugar en el que los chocolateros Ferrero inventaron el huevo Kinder que tanto alegr¨® su infancia cercana aunque no tanto como la de Andr¨¦i Ponomar, un ucraniano con mofletes y una cara de ni?o muy apropiada para sus 18 a?os ¨Cel m¨¢s joven del Giro en los ¨²ltimos 75 a?os, por lo menos--, quien se cuela en la fuga de Van der Hoorn en el kil¨®metro cero y se queda p¨¢lido y sin ganas de seguir jugando cuando en un descenso est¨¢ a un cent¨ªmetro de chocar con una moto que se le cruza en una curva.
Terminada la etapa, Filippo Ganna, tan querido por todos, anuncia que Sestola significar¨¢ el final de su f¨¢bula rosa de 2021 (tres d¨ªas, uno m¨¢s que en 2020), y que en su lugar vestir¨¢ el overol de currante para su querido l¨ªder Egan Bernal, en quien tanto cree y de quien tanto espera. Y tambi¨¦n cuenta que el que Remco no se haya movido no significa que no est¨¦ bien, al contrario, el belga de 21 a?os que vuelve al ciclismo nueve meses despu¨¦s de romperse la cadera es, para Ganna, el m¨¢s fuerte del Giro. ¡°C¨®mo vienen los j¨®venes, qu¨¦ descaro¡±, dice el gigante italiano que a¨²n no ha cumplido los 25 y ya se siente viejo. ¡°Yo estaba ya un poco empanado en la ¨²ltima subida, pero le he visto subir como un rayo moviendo el plato grande en la parte m¨¢s dura. Jop¨¦¡±.
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