El ardor de Valverde el d¨ªa del abandono de Landa
El ciclista alav¨¦s, octavo de la general, se retira del Giro v¨ªctima de una gastroenteritis v¨ªrica
Cuidado con el d¨ªa de descanso, que es muy traicionero, les dicen a los ciclistas j¨®venes los veteranos que han sufrido p¨¢jaras, s¨²bita p¨¦rdida de fuerzas, abandonos, el d¨ªa siguiente al de uno de descanso, como si el cuerpo, acostumbrado a seis horas de faena y sudor cotidianos quisiera castigarse a s¨ª mismo por haber dejado de hacer el burro con sus l¨ªmites por un d¨ªa. Mikel Landa pod¨ªa presumir de inmunidad a la enfermedad del d¨ªa de descanso, y hasta pod¨ªa re¨ªrse de las man¨ªas de los veteranos que, tambi¨¦n en un equipo tan cient¨ªfico como su Sky, se f¨ªan m¨¢s de lo que saben por viejos que por lo que les quieren ense?ar. El d¨ªa de descanso, su aprovechaba las horas tumbado en la cama para recuperar energ¨ªas dispendiadas, para volver a ser fuerte. El a?o pasado, su mejor d¨ªa en el Giro, el del Mortirolo terrible, fue un martes consecutivo a un lunes de descanso y a un domingo en el que hab¨ªa triunfado en Madonna di Campiglio. Este martes, le esperaba a Landa el Pian di Falco, el primer puerto de primera del Giro del que se sent¨ªa m¨¢ximo favorito. Llegaba, por fin, su terreno. Lleg¨® su terreno. Lleg¨® el Pian di Falco, el puerto al pie de M¨®dena y del monte Cimone que en su primera aparici¨®n en la carrera italiana, en 1971, dio al mejor escalador espa?ol de nunca, Jos¨¦ Manuel Fuente, su primera victoria italiana, pero Landa no lleg¨® para demostrar que como ¨¦l no sube nadie. El alav¨¦s, octavo en la general, se hab¨ªa bajado de la bicicleta m¨¢s de 100 kil¨®metros antes abandonando a mitad de camino, en la d¨¦cima de las 21 etapas, el Giro prometido.
Jungels, un luxemburgu¨¦s de rosa 60 a?os despu¨¦s de Gaul
Que nadie se olvide de Jungels, dicen los que saben, y hablan del tenaz, duro y resistente luxemburgu¨¦s con respeto y temor.
Jungels, que no es un escalador sino un corredor completo, tiene 23 a?os, la misma edad que ten¨ªa cuando lleg¨® por primera vez al Giro el otro luxemburgu¨¦s que ha vestido la maglia rosa, y que no es ni uno de los hermanos Schleck, Andy o Franck, ni siquiera su padre, Johnny, sino el gran Charly Gaul. Ocurri¨® hace 60 a?os, tras la ascensi¨®n bajo la nieve al Bondone. Gaul gan¨® aquel Giro y el del 59 tambi¨¦n.
Nada m¨¢s comenzar una de las etapas m¨¢s pesadas y largas, ni un kil¨®metro llano en el que aprovechar la inercia del pelot¨®n en masa, el cuerpo le dijo no a Mikel Landa en forma de dolor de tripa y diarrea, s¨ªntomas de una gastroenteritis v¨ªrica contra¨ªda la v¨ªspera, seg¨²n explic¨® ??igo Sarriegui, el m¨¦dico del Sky, un vasco de Bilbao con formaci¨®n brit¨¢nica. El ciclista intent¨® lo imposible: en el kil¨®metro 40, y solo hab¨ªan tenido un tercera del men¨², perd¨ªa seis minutos. Acompa?ado por sus fieles David L¨®pez y Mikel Nieve, Landa se arrastr¨® lento, cada vez m¨¢s lejano de un pelot¨®n lanzado por el agresivo impulso guerrero del Movistar, que no para. Pasados unos kil¨®metros m¨¢s, se convenci¨® de lo in¨²til de su esfuerzo y se subi¨® al Jaguar de su equipo, donde pudo maldecir.
El Giro sigue sin Landa y con Valverde a¨²n atacado por el virus de la impaciencia, con un asalto de j¨®venes tiernos al podio y con una limpia notable entre los 10 primeros de la general, de donde, junto a Landa, desaparece tambi¨¦n definitivamente Tom Dumoulin, que abandon¨® todo deseo de lucha y perdi¨® 13 minutos.
El ritmo generado por el ardor del Movistar, que infiltr¨® al vivaz Visconti en la fuga, provoc¨® la maceraci¨®n de un pelot¨®n ya cansado que, al pie del Pian di Falco levant¨® bandera blanca. En la cima atac¨® lanzado en el descenso Andrey Amador, el movimiento de la pinza Movistar, fatal para el l¨ªder, el contable Brambilla, quien, en un rasgo ¨²nico de grandeza, decidi¨® emplear sus ¨²ltimas fuerzas para tirar tras el costarricense del grupo y de su compa?ero de equipo Bob Jungels, heredero as¨ª, luxemburgu¨¦s feliz, agradecido y joven, 22 a?os, de su maglia rosa. Fatal para el ataque de Amador, que se qued¨® a 26s del l¨ªderato, fue tanto la generosidad de Brambilla como la lentitud de su compa?ero Visconti, tardo a la hora de esperarle.
Del trabajo del siciliano de Palermo en la vanguardia del ataque, solo disfrut¨® Amador en los ¨²ltimos 500 metros de la ascensi¨®n final a Sestola. Un esfuerzo casi in¨²til que provoc¨® tal rabia en Valverde que en el sprint furioso fue capaz de sacar 4s a Nibali, Kruijswijk y dem¨¢s seguidores. A Visconti, tan italiano, quiz¨¢s contagiado por el mal ambiente de una fuga de una docena en la que el ataque del ganador de la etapa, el jovencito escalador Giulio Ciccone (21 a?os), lo propici¨® su compa?ero veterano Pirazzi, sacando de una curva en el descenso del Falco al m¨¢s peligroso de sus rivales, el viejo ilusionado Damiano Cunego.
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