El fallido intento de una NBA europea
Cinco pa¨ªses intentaron crear una Superliga de baloncesto en 1975
En 1975 el baloncesto europeo vivi¨® un intento fallido de nueva competici¨®n europea, al estilo del de ahora el f¨²tbol con la Superliga. Aquello se llam¨® European Professional Basket League (EPBL) e implic¨®, en su primera y ¨²nica edici¨®n, a cinco pa¨ªses europeos, entre ellos Espa?a.
El promotor fue Mike Storen, presidente de la American Basket Association, una pretendida competidora de la NBA que qued¨® en un segundo escal¨®n hasta desaparecer. Su contacto en Europa fue Guy...
En 1975 el baloncesto europeo vivi¨® un intento fallido de nueva competici¨®n europea, al estilo del de ahora el f¨²tbol con la Superliga. Aquello se llam¨® European Professional Basket League (EPBL) e implic¨®, en su primera y ¨²nica edici¨®n, a cinco pa¨ªses europeos, entre ellos Espa?a.
El promotor fue Mike Storen, presidente de la American Basket Association, una pretendida competidora de la NBA que qued¨® en un segundo escal¨®n hasta desaparecer. Su contacto en Europa fue Guy Van Den Broeck, seleccionador belga, que a su vez reclut¨® en Francia a Marcel Leclerc, propietario del diario deportivo But! y expresidente del Olympique de Marsella, con claroscuros en su gesti¨®n (lo elev¨® de Segunda a campe¨®n de Copa, pero fue perseguido judicialmente por pasar dinero del club a sus empresas).
En Espa?a la idea encontr¨® eco en Carlos Pardo, reputado periodista barcelon¨¦s muy abierto a la organizaci¨®n de eventos deportivos venidos de fuera. Fue promotor de giras de los Harlem Globetrotters y de los Seis D¨ªas Ciclistas de Madrid, entre otras iniciativas. En el verano de 1974 los organizadores eran optimistas: ten¨ªan en marcha franquicias en Inglaterra, Francia, Espa?a (dos), Suiza, Alemania, Holanda, B¨¦lgica, Israel e Italia y contaban con empezar en noviembre. No se surtir¨ªan de jugadores de la NBA ni de la ABA, para no crear una competencia de salarios, sino de los que no llegaran a esas categor¨ªas.
El baloncesto era amateur en Europa. Amateur marr¨®n, pero oficialmente amateur. La FIBA se opuso frontalmente amenazando con suspensiones a todo el que interviniera, fuera jugador, dirigente o entrenador (Van den Broeck se sali¨® por miedo a perder su puesto de seleccionador en B¨¦lgica) y a cualquier club que cediera su instalaci¨®n.
Eso oblig¨® a los organizadores, constituidos en asociaci¨®n llamada International Basket Association (IBA), a negociar. La FIBA encarg¨® la tarea a Saporta y Stankovic, dur¨ªsimos de roer. En esa lucha abandon¨® quien para entonces era la voz cantante, John Coburn, aglutinador de fuertes inversores americanos. Se adopt¨® el nombre final de European Professional Basket League (EPBL), bajo disciplina FIBA, cuyas exigencias fueron:
1. Cada franquicia pagar¨ªa 1.000 d¨®lares por partido a la Federaci¨®n del pa¨ªs.
2. Las federaciones decidir¨ªan qu¨¦ instalaciones pod¨ªan ser utilizadas, para no interferir en sus campeonatos en curso.
3. Los jugadores ser¨ªan estadounidenses en su mayor¨ªa, s¨®lo podr¨ªan incorporarse europeos de m¨¢s de 30 a?os autorizados por su federaci¨®n respectiva, se entend¨ªa que porque no los consideraban ¨²tiles para la selecci¨®n.
4. El n¨²mero de partidos, inicialmente previsto en 62, se reducir¨ªa a 40.
Para entonces se cre¨ªa contar con ocho inscripciones firmes entre Inglaterra, Francia, B¨¦lgica, Israel, Suiza, Alemania y las dos de Espa?a, que deber¨ªan jugar cada uno 60 partidos, con enfrentamientos muy repetidos entre ellos. El presupuesto de cada franquicia ser¨ªa 500.000 d¨®lares. Cada una contaba con 10 jugadores. Con 6.000 espectadores por partido se entrar¨ªa en rentabilidad.
En eso se descolg¨® Londres. Para mantener la paridad, las dos franquicias espa?olas de principio (Catalan Estels y Madrid Superstars) se fundieron en una, Iberian Superstars, que alternar¨ªa en las dos ciudades. A la hora de la verdad s¨®lo jugar¨ªa en Catalu?a, porque Saporta puso dificultades insalvables para que jugaran en Madrid. La nueva paridad se estrope¨® cuando se retir¨® Francia, pero los promotores siguieron adelante.
El 17 de enero de 1975 se disput¨® en M¨²nich el primer partido entre Munich Eagles e Israel Sabras (Sabras es la palabra que designaba a los jud¨ªos nacidos en Palestina antes de la creaci¨®n del Estado de Israel; hoy se extiende a todos los jud¨ªos nacidos all¨ª). El bal¨®n al aire lo lanz¨® el presidente de la FIBA, William Jones, otra exigencia a los organizadores. Los restantes equipos eran los Belgium Lions, los Swiss Alpes y el citado Iberian Superstars. Cinco en total. Cada uno deb¨ªa jugar 10 veces contra todos los dem¨¢s, cinco en casa y cinco fuera. Se utilizaron las reglas NBA.
Aunque llamativo por la potencia y estatura de los jugadores (m¨¢s de la mitad pasaban de dos metros, estatura que aqu¨ª apenas se ve¨ªa), el p¨²blico europeo lo vio un juego deslavazado y confuso. Y tampoco hab¨ªa mentalidad para mantener la atenci¨®n hacia tantos partidos repetidos. Las entradas apenas pasaron de 1.000 espectadores al principio y pronto bajaron de 500. En marzo se anunci¨® que se recortaba el calendario en 10 partidos dando paso a unos playoff entre los tres primeros por un sistema de doble K.O. Ni eso sali¨®. Los Lions y los Alpes se negaron en su turno a viajar a Israel, pretextando problemas de seguridad. Israel Sabras fue declarado vencedor.
Antes de disolverse, los Iberian Superstars desafiaron al Madrid y al Barcelona, que no contestaron. El campe¨®n de Copa de Alemania, SSV Hage, s¨ª acept¨® jugar contra los Eagles de Munich, que ganaron.
Fue el ¨²nico consuelo de los organizadores, cuyo fracaso arrastr¨® a la ABA, que muri¨® el a?o siguiente.
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