Nueva York, la espina de Muguruza

Ten¨ªa Garbi?e Muguruza cuentas pendientes con Andrea Petkovic, la alemana que dej¨® atr¨¢s sus d¨ªas felices ya hace tiempo, pero que le hab¨ªa derrotado en los tres enfrentamientos previos entre ambas y se le atragantaba. No esta vez, resuelto el segundo compromiso del torneo sin fisuras: 6-4 y 6-2, en 1h 29m. Ten¨ªa la espa?ola ganas de sacarse la espina, del mismo modo que ans¨ªa llegar a un entendimiento con Nueva York, territorio que por uno u otro motivo se le resiste y al que no termina de cogerle el pulso, resumido su paso en...

Ten¨ªa Garbi?e Muguruza cuentas pendientes con Andrea Petkovic, la alemana que dej¨® atr¨¢s sus d¨ªas felices ya hace tiempo, pero que le hab¨ªa derrotado en los tres enfrentamientos previos entre ambas y se le atragantaba. No esta vez, resuelto el segundo compromiso del torneo sin fisuras: 6-4 y 6-2, en 1h 29m. Ten¨ªa la espa?ola ganas de sacarse la espina, del mismo modo que ans¨ªa llegar a un entendimiento con Nueva York, territorio que por uno u otro motivo se le resiste y al que no termina de cogerle el pulso, resumido su paso en tres primeras rondas, cuatro segundas y unos octavos. Es decir, muy poquita cosa para una jugadora de su entidad y que, precisamente, consigui¨® tocar el cielo en esta misma ¨¦poca del a?o.

Fue un 7 de septiembre, 2017. Pero, c¨®mo no, la culminaci¨®n lleg¨® en circunstancias extra?as. No pod¨ªa ser de otra forma. Lo dicho: ella y Nueva York. Para entonces, Petra Kvitova ya la hab¨ªa apeado del grande neoyorquino, as¨ª que tuvo que aguardar tres d¨ªas hasta que cedieron Svitolina y Pliskova, y la calculadora hizo el resto: sumados y restados los puntos correspondientes, la espa?ola celebr¨® desde casa el ascenso al n¨²mero uno. Se convert¨ªa as¨ª en la quinta tenista nacional que alcanzaba la cima del circuito, formando parte de un club selecto en el que solo figuran ella, Aranxta S¨¢nchez Vicario, Carlos Moy¨¤, Juan Carlos Ferrero y Rafael Nadal. Tras haber hollado las cimas de Roland Garros y Wimbledon, lleg¨® el c¨¦nit.

¡°Cada vez que soplaba las velas, el deseo siempre era el mismo: ser la mejor. Y ahora ha llegado¡±, dec¨ªa entonces Muguruza, capaz de dominar el registro terr¨¢queo de Par¨ªs, el vertiginoso c¨®digo de Wimbledon y tambi¨¦n los requisitos de un paisaje tan hostil como el de Australia, donde el curso pasado se qued¨® a un tris de elevar su tercer Grand Slam. Aqu¨ª y all¨¢ ha brillado, pero no en Queens. Sobre el asfalto neoyorquino, su casillero refleja casi tantas victorias como derrotas (9-8) y el hist¨®rico se?ala derrotas contra algunas rivales que te¨®ricamente no deber¨ªan haberle zancadilleado, caso de Muchova (202?), Riske (36?) o Pironkova (sin ranking) en las tres ¨²ltimas ediciones.

¡°Creo que hay un aprendizaje. Siento que ahora disfruto m¨¢s aqu¨ª y que conozco mejor la superficie, s¨¦ gestionar las cosas mejor. Cada vez que vengo intento ser m¨¢s positiva. Siempre hay algo que te afecta cuando vas a un sitio en el que por una cosa u otra no te sientes del todo c¨®moda, pero creo que ya he demostrado otras veces que puedo romper el muro de aquellos torneos que al principio no fueron bien¡±, argument¨® tras vencer a Petkovic, ante la que cometi¨® solo 14 errores, s¨®lida en el peloteo e inspirada con el golpe paralelo, especialmente con la derecha.

Cambiar para cambiar

¡°Creo que tengo que cambiar algo para que tambi¨¦n cambien los resultados aqu¨ª¡±, continu¨® la espa?ola, que esta temporada logr¨® en Dub¨¢i su primer trofeo en dos a?os y que arranc¨® como un tiro, pero que despu¨¦s, perjudicada por varias lesiones, se desinfl¨®. El pinchazo primaveral en Roland Garros (primera ronda) y el posterior en el All England Club (tercera) refuerzan su deseo de lucirse por fin en Nueva York.

¡°Me siento animada, intentando quitarle hierro al torneo porque intento hacer todo a la perfecci¨®n, y eso ha hecho que muchas veces me obsesione un poco, y que en los partidos no saque lo mejor de m¨ª. Creo que este a?o, mi equipo y yo estamos gestion¨¢ndolo bien, con buena energ¨ªa. F¨ªsicamente tambi¨¦n me encuentro bien¡±, precis¨® antes de retirarse a sus aposentos de Manhattan y centrarse en el cruce con Victoria Azarenka, finalista el a?o pasado.

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