La monta?a y las palabras

La leyenda cuenta que a la primera persona que se atrevi¨® a subir al Nanga Parbat no le fue bien, pero tampoco todo lo mal que le pod¨ªa haber ido. A la monta?a no le hizo gracia que alguien intentara escalarla y decidi¨® enviarle una tormenta. Cuando ya lo ten¨ªa acorralado contra unas rocas y estaba a punto de darle el toque de gracia, repar¨® en lo peque?o e insignificante que era. Decidi¨® que con uno de los dedos de la mano tendr¨ªa suficiente. ¡°Vuelve por aqu¨ª cuando quieras. Cuando tenga tus otros cuatro dedos podr¨¦ hacerme una mano de verdad¡±, le espet¨® mientras o¨ªa c¨®mo el alpinista gritaba...

La leyenda cuenta que a la primera persona que se atrevi¨® a subir al Nanga Parbat no le fue bien, pero tampoco todo lo mal que le pod¨ªa haber ido. A la monta?a no le hizo gracia que alguien intentara escalarla y decidi¨® enviarle una tormenta. Cuando ya lo ten¨ªa acorralado contra unas rocas y estaba a punto de darle el toque de gracia, repar¨® en lo peque?o e insignificante que era. Decidi¨® que con uno de los dedos de la mano tendr¨ªa suficiente. ¡°Vuelve por aqu¨ª cuando quieras. Cuando tenga tus otros cuatro dedos podr¨¦ hacerme una mano de verdad¡±, le espet¨® mientras o¨ªa c¨®mo el alpinista gritaba.

?Guardan las monta?as recuerdos? Esa es la pregunta que se hacen los protagonistas de Nanga Parbat (Desnivel), una novela de David Torres que tiene como escenario la m¨ªtica monta?a de la cordillera del Karakorum. Con 8.125 metros de altitud ¡ªes la novena cima m¨¢s alta del planeta¡ª es conocida como La monta?a desnuda. Tambi¨¦n como La monta?a asesina, por las decenas de vidas que se ha cobrado. Pero una monta?a no se mide en metros ni en muertos. Al menos, no solo. La fuerza y el magnetismo de las monta?as transforma a las personas que tratan de conquistarlas. Torres va entrelazando las historias personales con el ascenso. Para narrarlo, se document¨® con experiencias reales en el Nanga Parbat.

Una aproximaci¨®n diferente al mundo del alpinismo, que busca explicar sus porqu¨¦s. ¡°Porque no es un lugar f¨ªsico, no es hielo y piedra, no es cielo y nubes solamente, sino algo¡­ Nanga Parbat. Todo empez¨® con unas palabras. Si lo piensas bien cualquier monta?a empieza siendo unas palabras, un anhelo materializado en unos cuantos sonidos cifrados en una lengua remota y un nombre trazado sobre un mapa. Y cuando regresas de ella (si es que regresas, si es que no te quedas all¨ª para siempre), la monta?a volver¨¢ a ser un nombre, unas palabras, el contrabando de unos pocos recuerdos¡±.

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