Verratti ilumina a Messi en la victoria del PSG
La reaparici¨®n del volante desatasca el juego del equipo franc¨¦s y conecta a sus estrellas frente a un City que domin¨® sin rematar. ¡°Hemos logrado algo importante¡±, dice el argentino
Lionel Messi hizo estallar este martes al Parque de los Pr¨ªncipes en un grito un¨¢nime. Tembl¨® el hormig¨®n bajo la vibraci¨®n de la multitud que llenaba el viejo estadio de Par¨ªs, rendida por fin al diez, que marc¨® su primer gol para el Paris Saint-Germain, el gol definitivo del partido que todos esperaban como la prueba irrefutable de que el proyecto m¨¢s desaforado de la d¨¦cada funcionaba. La victoria sobre e...
Lionel Messi hizo estallar este martes al Parque de los Pr¨ªncipes en un grito un¨¢nime. Tembl¨® el hormig¨®n bajo la vibraci¨®n de la multitud que llenaba el viejo estadio de Par¨ªs, rendida por fin al diez, que marc¨® su primer gol para el Paris Saint-Germain, el gol definitivo del partido que todos esperaban como la prueba irrefutable de que el proyecto m¨¢s desaforado de la d¨¦cada funcionaba. La victoria sobre el Manchester City por 2-0 no fue el triunfo de la posesi¨®n, ni de la armon¨ªa perfecta, ni siquiera fue un ¨¦xito rotundo de Messi ante un adversario valeroso. La figura del mejor partido del PSG en lo que va de campa?a fue Verratti, gestor de los dos goles de su equipo y personaje central de la celebraci¨®n de Messi, que tras anotar corri¨® a abrazarlo como se?al¨¢ndole a los hinchas y a los jeques que ah¨ª estaba su gran c¨®mplice.
¡°Estoy enamorado de Verratti¡±, proclam¨® Guardiola, en la sala de conferencias, al acabar la jornada. ¡°Bajo presi¨®n ¨¦l siempre tiene un toque m¨¢s si necesita encontrar a su compa?ero libre. Me gusta su car¨¢cter. No es un jugador de pases largos pero a la hora de construir el juego siempre puedes contar con ¨¦l. En la segunda mitad Kevin [de Bruyne] lo ha controlado, pero en la primera ha estado un poco blando¡±.
Como los reactivos que revelan la presencia de sustancias qu¨ªmicas de otro modo invisibles, Marco Verratti levant¨® el velo y la hinchada del PSG descubri¨® el esplendor de Neymar, Mbapp¨¦ y Messi, repentinamente iluminados por el pase limpio del peque?o mediocentro italiano. Lesionado desde el 5 de septiembre, Verratti reapareci¨® en la noche m¨¢s se?alada y el equipo se transform¨® a su dictado. Este martes contra el City en el Parque de los Pr¨ªncipes como en marzo contra el Barcelona en el Camp Nou, el proceso result¨® parecido.
No es ning¨²n secreto insondable. La f¨®rmula remite a las leyes m¨¢s viejas del juego. Ning¨²n equipo ha sido grande sin un centrocampista grande. Este PSG se?alado por los particularismos y dise?ado por lejanos pr¨ªncipes que sue?an con lambrettas tampoco puede eludir el peso de la norma. Por m¨¢s que lo habite una colecci¨®n de los mejores atacantes imaginables, la m¨¢quina nunca funcion¨® bien sin la intervenci¨®n sencilla de este peque?o futbolista que no hace goles, ni dribla, ni integra el cat¨¢logo adorado de los iconos cuya imagen anhelan los fabricantes multinacionales de bienes de consumo.
Verratti no ha sido ajeno a distracciones mundanas. Es responsable de haber conducido una carrera irregular. Las lesiones han hecho el resto. Pero le sobra talento. Lo supieron los jugadores del City, que saltaron a la hierba de Par¨ªs alentados por las ¨®rdenes atrevidas que suele impartirles Guardiola en la Premier. Avanzaron todos como una falange a hostigar a sus contrincantes hasta meterlos en su ¨¢rea en base a esfuerzo, tes¨®n, y disciplina. El acorde¨®n se movi¨® uniforme de banda a banda y de raya a raya, pulsado por un Rodri espl¨¦ndido. Puestos a salir jugando con la intenci¨®n de no desperdiciar la pelota, Marquinhos, Kimpembe, Herrera y Gueye se vieron ahogados por el asalto mano a mano de sus oponentes Sterling, Silva, Mahrez o Grealish, seg¨²n qui¨¦n ocupara la zona. Los duelos se sucedieron con gran frecuencia en el arranque del encuentro, cuando todos ten¨ªan m¨¢s energ¨ªa. Contra su costumbre, entusiasmados por la trascendencia del cartel, hasta Neymar, Messi y Mbapp¨¦ se implicaron generosos en tareas de mantenimiento. El mediocampo se superpobl¨®.
Pochettino les hab¨ªa exigido coraje a sus jugadores. Valor para evitar la salida f¨¢cil del bal¨®n largo y para buscar al compa?ero con pases cuidados, porque as¨ª, si lograban romper el primer anillo de presi¨®n, encontrar¨ªan huecos en el segundo para avanzar con m¨¢s holgura. La teor¨ªa habr¨ªa sido impracticable de no aparecer Verratti. Su duelo con De Bruyne tuvo un perdedor inapelable. Cada vez que el belga lleg¨® medio segundo tarde a presionarlo, Verratti le escondi¨® la pelota, a ¨¦l y a quien hiciera falta. Nadie dio m¨¢s problemas al City, obligado con cada uno de sus pases rompedores a replegarse m¨¢s de lo que deseaba.
Cuando se hizo con la pelota, Verratti la protegi¨® con un repertorio de giros que le hizo indetectable. Su entrega a Mbapp¨¦ antes de los diez minutos descubri¨® para el punta un abanico de posibilidades en el sector derecho, en donde sus combinaciones con Hakimi fueron demasiado r¨¢pido para Rodri y Cancelo. El centro fue a Neymar, que enga?¨® a Dias con un taconazo en el punto de penalti. Por detr¨¢s lleg¨® Gueye, definidor inesperado en una noche que premi¨® a los volantes.
El Manchester City se rebel¨® contra el 1-0 que reflejaba el marcador repitiendo su programa. Lanzado al asedio durante 80 minutos sin tregua, el equipo de Guardiola llev¨® el partido a la garganta del ¨¢rea rival. Hasta ah¨ª dispuso de campo y tiempo para manejar todos los tr¨¢mites que conducen al gol, menos el ¨²ltimo. Porque salvo en dos tiros al palo consecutivos de Sterling y Silva, a este ej¨¦rcito de mediapuntas les falt¨® un rematador que acertara en la red alguno de los 17 disparos que produjo aprovechando que a Verratti se le acababa el combustible, igual que a Messi, que daba la impresi¨®n de llegar tarde a todas las jugadas, sin forma ni ritmo, hasta que en el punto m¨¢s incierto de la noche, cuando el PSG se pon¨ªa en manos del reparto que ordenaba Donnaruma, el mediocampista y su nuevo socio provocaron un contragolpe.
Verratti, Messi, Mbapp¨¦ de tac¨®n y Messi, trazaron la secuencia en la trayectoria de la pelota. El ¨²ltimo toque, un zurdazo retorcido, envi¨® el proyectil lejos del portero. El gol hizo temblar a la multitud, atronadora en su ¡°?Meeeeesiiii, Meeeesiiii, Meeeesiiiiii¡!¡±.
Pochettino: ¡°Este gol lo he celebrado¡±
Messi levant¨® el pu?o en direcci¨®n al sector m¨¢s bullicioso de la hinchada, apostado en la Curva Auteuil, en se?al de correspondencia. La fiesta fue total. Cuando el ¨¢rbitro pit¨® el final hizo una de sus declaraciones lac¨®nicas. ¡°Hemos ganado un partido importante ante un gran rival¡±, se?al¨®. ¡°Ahora debemos seguir creciendo¡±.
En la banda Pochettino grit¨® el 2-0 como cuando era jugador. ¡°No soy de celebrar goles¡±, dijo el argentino, ¡°pero hoy lo celebr¨¦. He pasado muchos a?os viendo c¨®mo Messi marcaba los goles en la acera de enfrente. El primero de nuestro lado ten¨ªa que celebrarlo¡±.
Pochettino reconoci¨® que el partido le gust¨® por la solidaridad que mostraron sus jugadores menos que por el desarrollo del juego. ¡°Nos gusta dominar al contrario y tener el control del bal¨®n¡±, dijo, ¡°pero contra el City es dif¨ªcil porque tiene unos automatismos trabajados desde a?os bajo las ¨®rdenes de Pep. Esto me ha dejado insatisfecho. Pero, mientras nosotros conseguimos crear nuestros propios automatismos, es importante saber ganar de otra forma¡±.
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