El misterio Bartomeu
Si de Messi se cuenta que agot¨® todos los adjetivos antes de cumplir los treinta, del expresidente blaugrana se dir¨¢ que dej¨® sin existencias a los proveedores de Aladdin
Cualquiera puede hacer algo malo, no hay gran m¨¦rito en equivocarse una sola vez. Subir la apuesta y hacerlo casi todo mal ya ser¨ªa territorio reservado para unos cuantos elegidos entre los cuales me incluyo, por razones obvias. Pero lo que resulta realmente meritorio, lo que eleva a cualquier mortal a la categor¨ªa de mito, es hacerlo todo mal, no dar ni una incluso queriendo, vaciar los pulmones y salir a flote cuando has hecho todo lo humanamente posible por ahogarte. A ese infame cadalso, pues hablar de podio en estas circunstancias podr¨ªa resultar ofensivo para las almas delicadas,...
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Cualquiera puede hacer algo malo, no hay gran m¨¦rito en equivocarse una sola vez. Subir la apuesta y hacerlo casi todo mal ya ser¨ªa territorio reservado para unos cuantos elegidos entre los cuales me incluyo, por razones obvias. Pero lo que resulta realmente meritorio, lo que eleva a cualquier mortal a la categor¨ªa de mito, es hacerlo todo mal, no dar ni una incluso queriendo, vaciar los pulmones y salir a flote cuando has hecho todo lo humanamente posible por ahogarte. A ese infame cadalso, pues hablar de podio en estas circunstancias podr¨ªa resultar ofensivo para las almas delicadas, elev¨® ayer Ferran Reverter, nuevo CEO del F¨²tbol Club Barcelona, la figura de Josep Maria Bartomeu: el gestor m¨¢s elogiado en la historia reciente del club, el hombre que se com¨ªa s¨ªlabas para mantenerse delgado, el responsable ¨²ltimo de la mayor hecatombe financiera que se recuerda en un club profesional del deporte espa?ol.
No son caracter¨ªsticas apiladas a la ligera estas ¨²ltimas. Alg¨²n d¨ªa, cuando el aficionado medio eche la vista atr¨¢s para recordar la figura del expresidente, aparecer¨¢n las tres como el recordatorio m¨¢s fidedigno de lo que fue y supuso su mandato, una tras otra, poco importa el orden en que nuestros cerebros las compilen. Reviviremos, ya sin emoci¨®n alguna, aquel 22 de septiembre de 2015, d¨ªa de San Emeramo de Ratisbona, en el que la p¨¢gina web del club nos cont¨® que Bartomeu explicar¨ªa el modelo de ¨¦xito aplicado en el Bar?a a los cerebritos de Harvard, gente sin ninguna culpa y con altas expectativas, lo mismo en Massachusetts que en Aravaca, donde imparten esos masters de los que tanto gusta presumir a Pablo Casado. Hasta mi padre se enter¨® de aquello, un hombre que, a d¨ªa de hoy, no sabr¨ªa decir d¨®nde curs¨¦ yo mis estudios.
Si de Messi se cuenta que agot¨® todos los adjetivos antes de cumplir los treinta, de Bartomeu se dir¨¢ que dej¨® sin existencias a los proveedores de Aladdin, ese algod¨®n m¨¢gico que se utiliza para dar lustre a los metales. No hab¨ªa dote suya que no se ensalzara, tambi¨¦n una supuesta transparencia que chocaba frontalmente con algunas informaciones aparecidas a cuentagotas y que los creyentes desechaban con alusiones a La Mano Negra -puro Little Italy- y los contubernios de PRISA. Ayer, interpelado por Adri¨¤ Soldevilla, uno de los periodistas que sac¨® a la luz el famoso Bar?agate, Reverter confirm¨® que se hab¨ªan encontrado facturas de pagos a periodistas¡ Y est¨¢ muy bien que as¨ª fuera pues, ya se sabe, nada debilita m¨¢s que el elogio gratuito.
Incluso su dudosa dicci¨®n recib¨ªa alabanzas por doquier. ¡°Comerse unas cuantas s¨ªlabas, aqu¨ª y all¨¢, lo humaniza¡±, se dec¨ªa como si su aura de excelencia necesitara ser diluida para no incurrir en pecado de idolatr¨ªa. Y as¨ª, entre loas al buen gestor y discursos mordisqueados, se fue levantando un altar de madera para honrar su figura que hoy, tras escuchar los resultados arrojados por la Due Dilligence, ha quedado reducido a una suma de carcoma, deudas y sospechas sobre la verdadera naturaleza de su mandato. La pregunta, por tanto, ya no es c¨®mo fue capaz de arruinar la entidad hasta su pr¨¢ctica desaparici¨®n -recuerden lo dicho sobre el milagro de hacerlo todo mal- sino c¨®mo se lo consintieron, en especial una Liga que no pesta?e¨® a la hora de decretar el descenso administrativo del Elche al tiempo que avalaba, a?o tras a?o, las cuentas presentadas por el Bar?a: ese s¨ª es un verdadero misterio y no el de las s¨ªlabas distra¨ªdas -supongo que tambi¨¦n con factura- de Josep Maria Bartomeu.
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