Mis limitaciones y yo
Viendo lo que le ocurri¨® a Kepa en la final de la Copa de la Liga y antes a De Gea, pienso que a m¨ª solo me criticaban por no parar los penaltis, pero nunca por no marcarlos
Se despej¨® la inc¨®gnita y el Athletic no seguir¨¢ desafiando a las estad¨ªsticas de finalistas de la Copa del Rey para presentarse por tercera vez consecutiva, y ser¨¢ el Valencia quien visite el Estadio de la Cartuja, ese que le va a traer luminosos recuerdos de una final maravillosa ganada al Atl¨¦tico de Madrid con un gol de ensue?o de Gaizka Mendieta y dos magn¨ªficos de un Piojo L¨®pez desatado de aquellos tiempos de felicidad che.
E igual que sab¨ªa que una marea rojibl...
Se despej¨® la inc¨®gnita y el Athletic no seguir¨¢ desafiando a las estad¨ªsticas de finalistas de la Copa del Rey para presentarse por tercera vez consecutiva, y ser¨¢ el Valencia quien visite el Estadio de la Cartuja, ese que le va a traer luminosos recuerdos de una final maravillosa ganada al Atl¨¦tico de Madrid con un gol de ensue?o de Gaizka Mendieta y dos magn¨ªficos de un Piojo L¨®pez desatado de aquellos tiempos de felicidad che.
E igual que sab¨ªa que una marea rojiblanca invadir¨ªa Sevilla si el Athletic llegaba a la final, estoy seguro, segur¨ªsimo, de que el naranja y blanco vestir¨¢ las calles sevillanas en el deseo de que esa afici¨®n valencianista, que tanto sufre y la que tanto le duele su club, se d¨¦ el homenaje de esta final peleada, trabajada, luchada y a la que llega con ese golazo de Gon?alo Guedes, uno de esos jugadores llamados a marcar diferencias en esta clase de retos.
Mientras tanto, el Athletic trabaj¨®, pele¨® y luch¨® tanto como su rival para encontrarse de frente con sus propias limitaciones, esas que se nos aparecen siempre en el momento menos adecuado.
Qu¨¦ les voy a contar yo de esos asuntos de limitaciones cuando me he quedado tantas veces en los cuartos de final, ya sea Eurocopa, ya sea Mundial, muchas veces sintiendo que merec¨ªamos algo m¨¢s, sintiendo que algo grande se escapaba de nuestras manos. Unas veces porque al partido le sobraban minutos, otras porque el agotar esos minutos ganados a la eliminaci¨®n nos llevaban a ese cara y cruz de los penaltis. Y ya saben c¨®mo acababa el asunto: cruz, siempre cruz. Esas limitaciones que se hac¨ªan m¨¢s patentes el d¨ªa que m¨¢s quer¨ªas superarlas.
Alguno de ustedes con buena memoria pensar¨¢ que eso de los penaltis y el que esto escribe eran como el agua y el aceite, vamos, que conviv¨ªamos pero no acabamos de hacernos amigos, casi ni conocidos.
Claro que en aquel f¨²tbol la limitaci¨®n, el bloqueo, te pod¨ªa llegar porque tu maestr¨ªa en detener penas m¨¢ximas era, estad¨ªsticamente, limitada pero en este nuevo f¨²tbol se dir¨ªa que el reto ha superado esa dificultad y la cosa puede tener m¨¢s aristas de las tradicionales. Y si no que se lo digan a Kepa Arrizabalaga, portero del Chelsea, que se hab¨ªa convertido en decisivo para que su equipo llegase a la final de la EFL Cup, nuestra antigua Copa de la Liga, y que vivi¨® todo el partido, y la pr¨®rroga, en el banquillo hasta que su entrenador se gir¨® cuando ya el tiempo a?adido acababa para darle entrada en el ¨²ltimo minuto y dejarle, ah¨ª es nada, solo ante el peligro, delante del reto de las penas m¨¢ximas. Lo que no sab¨ªan Kepa y su entrenador, Thomas Tuchel, es que la tanda iba a consumir a todos sus tiradores sin fallo y que iba a poner al portero del Chelsea en otro lado del punto de penalti, en el del tirador que debe convertir su tiro para que su equipo siga so?ando con la Copa. El tiro de Kepa se fue a las nubes y el Liverpool se proclam¨® campe¨®n.
A m¨ª la memoria me tra¨ªa a De Gea, otra vez De Gea, y la tanda de la final de la Liga Europa contra el Villareal y su penalti detenido por Rulli y c¨®mo se complica esto de ser portero ya que a m¨ª, al menos, solo me criticaban por no pararlos y en m¨ª se quedaba una vocecita dici¨¦ndome que si bien era verdad que yo no los hab¨ªa parado tambi¨¦n era verdad que alguno de mis compa?eros hab¨ªa marrado el suyo y que, en todo caso, era una culpabilidad compartida, pero nunca, nunca, nunca sucedi¨® que se me criticase por no parar y, encima, por no marcar. Eso nunca, eso es el culpable total. Ni Agatha Christie.
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