El Atl¨¦tico muere de pie
El equipo de Simeone logra someter al City con un f¨²tbol visceral bajo un ambiente infernal en el que no logra el gol que hubiera forzado la pr¨®rroga
Bajo un ambiente inflamado de decibelios, un Atl¨¦tico guerrero y pasional cay¨® ante un desfigurado Manchester City. No gan¨® el equipo de Simeone, pero someti¨® al equipo de Guardiola en un segundo tiempo visceral tras maniatarlo en el primero. Celebr¨® el City la clasificaci¨®n, pero tambi¨¦n lo hizo la hinchada rojiblanca, orgullosa de un equipo m¨¢s ambicioso y peliagudo que en la ida. Sufri¨® el campe¨®n ingl¨¦s, incapaz de imponer su juego y de contener el vendaval que se le vino encima en el tramo final.
Frente al f¨²tbol espasm¨®dico con el que quiso imponerse el Atl¨¦tico en el arranque, el...
Bajo un ambiente inflamado de decibelios, un Atl¨¦tico guerrero y pasional cay¨® ante un desfigurado Manchester City. No gan¨® el equipo de Simeone, pero someti¨® al equipo de Guardiola en un segundo tiempo visceral tras maniatarlo en el primero. Celebr¨® el City la clasificaci¨®n, pero tambi¨¦n lo hizo la hinchada rojiblanca, orgullosa de un equipo m¨¢s ambicioso y peliagudo que en la ida. Sufri¨® el campe¨®n ingl¨¦s, incapaz de imponer su juego y de contener el vendaval que se le vino encima en el tramo final.
Frente al f¨²tbol espasm¨®dico con el que quiso imponerse el Atl¨¦tico en el arranque, el City se prest¨® a jugar un partido a dos tiempos. Pretendi¨® domar la atm¨®sfera y a los revolucionados futbolistas de Simeone jugando su f¨²tbol de sal¨®n al pie. Y cuando en los arrebatos ofensivos locales se quedaban descolgados los centrocampistas rojiblancos trataban de acelerar las transiciones. Cuando iniciaba desde Ederson, el City bailaba un vals en una caldera en la que una mala entrega por un cruce de Savic era nitroglicerina an¨ªmica que levantaba e incendiaba a las tribunas. El central montenegrino estuvo imperial y oportuno en los cortes. Hizo el partido que demandaba la cita. Marc¨® la raya con los quites en algunos uno contra uno cuando a su espalda ya solo quedaba Oblak.
Jug¨® mucho el equipo de Guardiola con el gol de ventaja logrado en la ida atornillado en sus botas y en su cabeza. Destilaban temor a ser castigados en una p¨¦rdida, a quemarse en el infierno ambiental que generaba cada amago de contra del Atl¨¦tico. No estuvieron ni finos ni afilados en los pases. Por segunda vez en una semana, Simeone atasc¨® durante muchos minutos al equipo con uno de los libretos ofensivos m¨¢s sofisticados del f¨²tbol europeo. No aparec¨ªa De Bruyne, ni Bernardo Silva ni el revoltoso Foden, que se llev¨® una embestida de Felipe en una disputa a¨¦rea. El vendaje en la cabeza fue el rastro de la batalla que se libraba por cada bal¨®n.
Fue Mahrez el que por fin arriesg¨® con un pase raso de lujo con el exterior que revent¨® el flanco defendido por Lodi y Reinildo con la irrupci¨®n de Walker por la l¨ªnea de fondo. Su centro atr¨¢s acab¨® en las botas de Gundogan tras un resbal¨®n de Savic. El volante alem¨¢n ajust¨® tanto su remate que lo estrell¨® en la base del poste. Esa fue la jugada m¨¢s amenazante que pudo elaborar el City en todo el primer acto. Como en el Etihad, el Atl¨¦tico se fue al descanso con la sensaci¨®n de seguir vivo. Incluso firm¨® un disparo entre los tres palos, obra de Kondogbia, tras 125 minutos de eliminatoria. Y reapareci¨® bravo para repetir su estruendosa salida inicial. Esta vez fue m¨¢s duradera en tiempo y forma porque Simeone se envalenton¨®. Orden¨® defensa de cuatro y tir¨® la l¨ªnea m¨¢s arriba. La maniobra embot¨® al City, al que Griezmann, ya m¨¢s liberado para correr al espacio, le provoc¨® dos sudores fr¨ªos. Primero con una cabalgada que termin¨® estrellando en el lateral de la red de Ederson y despu¨¦s con una volea desde la frontal del ¨¢rea que se le fue por poco.
La ¨²ltima, para Correa
Marc¨® tanto territorio el Atl¨¦tico que hasta se vio a Ederson sacar en largo. Guardiola ya era un manojo de nervios viendo a un equipo que no deb¨ªa reconocer. Sometido por el f¨²tbol el¨¦ctrico que desplegaban los rojiblancos. Con Kondogbia ocupando y mandando en mucho campo. Con Llorente desatado por el carril diestro. Ante la carga de su equipo, Simeone apur¨® m¨¢s los cambios que en M¨¢nchester. A falta de 20 minutos introdujo a Correa, Carrasco y De Paul por Lodi, Griezmann y Koke. Guardiola, por su parte, sent¨® a De Bruyne, tocado, para dale vuelo a Sterling. No verse en la primera rueda de cambios agit¨® a Jo?o F¨¦lix, que se limpi¨® un par de jugadores en la frontal del ¨¢rea para habilitar a Llorente. Este le cedi¨® un pase atr¨¢s a De Paul que el argentino pretendi¨® reventar en la escuadra y se le fue un palmo alto. El City sufr¨ªa, descamisado y desclasado. Sin encontrar un futbolista que pudiera volver a marcar los tiempos. Se atrincher¨® m¨¢s que defenderse con la pelota.
La entrada de Fernandinho no hizo m¨¢s que delatar los temores del City, abrumado ya por el volc¨¢nico Metropolitano. Una dejada con el pecho de Correa en el ¨¢rea que no encontr¨® un llegador y un centro raso de Carrasco al que tampoco hubo rojiblanco que acertara a rematarlo hizo palidecer a Ederson. En plena vor¨¢gine, una carrera de Foden interceptada por Felipe deriv¨® en una tangana macarr¨®nica por el intento de sacar al ingl¨¦s fuera del campo. De la trifulca sali¨® expulsado Felipe por segunda amarilla y el Atl¨¦tico tuvo que afrontar la prolongaci¨®n con diez. Aun as¨ª, bajo ese ambiente caldeado le dio para volcarse sobre la meta del City y morir de pie, con Correa a punto de forzar la pr¨®rroga en un ¨²ltimo disparo que no acert¨® a esquinar.
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