Unai Emery, apoteosis del prudente
El t¨¦cnico vasco lidera a un Villarreal admirable en Europa al que ha inculcado una gran capacidad de sufrimiento
Juan Foyth era el primero que saltaba para celebrar los goles que hac¨ªan sus compa?eros en el campo. En el banquillo del Tottenham, su aposento habitual, no hab¨ªa un jugador m¨¢s disciplinado ni generoso que este argentino rubicundo de aire juvenil. Cuando le traspasaron al Villarreal, en 2020, el club que preside Daniel Levy llevaba mucho tiempo busc¨¢ndole una salida. En Inglaterra no tuvo mercado. All¨ª nunca funcionaron los centrales de corte indefinido, que ni se imponen por sus condiciones f¨ªsicas ni aportan nada en ataque. Unai Emery, sin embargo, le se?al¨® como a uno de sus pilares. Puest...
Juan Foyth era el primero que saltaba para celebrar los goles que hac¨ªan sus compa?eros en el campo. En el banquillo del Tottenham, su aposento habitual, no hab¨ªa un jugador m¨¢s disciplinado ni generoso que este argentino rubicundo de aire juvenil. Cuando le traspasaron al Villarreal, en 2020, el club que preside Daniel Levy llevaba mucho tiempo busc¨¢ndole una salida. En Inglaterra no tuvo mercado. All¨ª nunca funcionaron los centrales de corte indefinido, que ni se imponen por sus condiciones f¨ªsicas ni aportan nada en ataque. Unai Emery, sin embargo, le se?al¨® como a uno de sus pilares. Puesto a construir el Villarreal que se agitaba en su imaginaci¨®n el entrenador de Ondarribia posterg¨® a Aurier, Rub¨¦n Pe?a y Mario Gaspar, los tres especialistas de la plantilla en el lateral derecho, todos con buenas condiciones de manejo y asociaci¨®n. En su lugar, vio la soluci¨®n en Foyth, un futbolista que lleg¨® a confesar que nunca se sinti¨® del todo c¨®modo tirado a la banda, en donde tem¨ªa que afloraran sus dificultades innatas para conducir la pelota. ¡°Yo soy central¡±, dec¨ªa, como nost¨¢lgico de una inocencia perdida.
La elecci¨®n de su lateral derecho explica el principio elemental que ha seguido Emery en la construcci¨®n minuciosa de este Villarreal que el martes en M¨²nich alcanz¨® las segundas semifinales de su historia en la Champions. Ante todo, se impone no cometer fallos. Puesto a elegir entre agredir al rival y contemporizar para mantenerse con vida el m¨¢ximo tiempo posible en los partidos, Emery no duda. El mensaje de prudencia fue impl¨ªcito en cada una de sus decisiones, comenzando por la composici¨®n de una l¨ªnea de medios con Capoue, Parejo, Lo Celso y Coquelin, jugadores que nunca se caracterizaron por ganarle segundos a las jugadas sino por imponer pausas suplementarias a las transiciones en ataque.
Exasperado por la lentitud del juego del Villarreal, el presidente del Bayern, el legendario Oliver Khan, no pudo contener la frustraci¨®n cuando tras el 1-1 le preguntaron por la eliminaci¨®n. ¡°?Ellos han perdido el tiempo!¡±, protest¨®.
El desconcierto de Khan contrast¨® con la imperturbabilidad de Emery, que, sea cual sea el resultado, nunca pierde el entusiasmo que se agita en su mundo interior, poblado de circunstancias t¨¢cticas que muchas veces s¨®lo ¨¦l percibe. ¡°No estamos aqu¨ª para que nos digan que somos muy simp¨¢ticos, ni que venimos de un pue?55blo peque?o¡±, dijo. ¡°Queremos pasar a la final. Y queremos jugarla¡±.
Casi dos d¨¦cadas despu¨¦s de irrumpir en Primera Divisi¨®n con el Almer¨ªa, y tras dilatar una trayectoria de banquillos sometidos a grandes presiones sociales e hist¨®ricas en el Valencia, el Sevilla, el Paris Saint-Germain y el Arsenal, el hombre ha encontrado en la buc¨®lica Villarreal el ecosistema m¨¢s receptivo a ideas que siempre arraigaron en ¨¦l. En el Villarreal la exigencia de t¨ªtulos no es imperativa como lo fue en el PSG, en donde Emery se convirti¨® en el primer t¨¦cnico de la era de propiedad catar¨ª que perdi¨® la Ligue 1, en favor del M¨®naco, en 2017. Tampoco aqu¨ª se le demand¨® el respeto a un estilo de f¨²tbol elaborado, como sucedi¨® en el Arsenal, al que tampoco logr¨® clasificar para Champions.
Por no exigir, la familia Roig, los due?os del club, no le han protestado ni la falta de regularidad en la Liga, en donde el equipo acab¨® s¨¦ptimo el a?o pasado y marcha s¨¦ptimo ahora. Los dirigentes han pasado por alto el hecho de disponer, como indican los directores deportivos de media Espa?a, de la plantilla de la Liga m¨¢s rica en variantes, tras la del Atl¨¦tico. Los empresarios del club de Castell¨®n se han conformado con comprobar que estaban ante un hombre trabajador, alguien que no generaba animadversi¨®n ni tensiones innecesarias entre los futbolistas, y que, para felicidad de toda la hinchada, se manejaba con soltura en los torneos eliminatorios. Para un club necesitado de un trofeo que coronara su prestigio, la Liga Europa de 2021 fue un hito. Para Emery supuso una reivindicaci¨®n personal y profesional, adem¨¢s de una suerte de liberaci¨®n.
El ganador menos rematador de la historia
Cuando tras salir del Arsenal dijo ¡°me equivoqu¨¦¡±, Emery reconoci¨® una herida en su orgullo y un sentido de la humildad que le permiti¨® aprender, aceptar sus debilidades y concentrarse en aquello que le brindaba certezas. No muchos entrenadores consiguen salir de un pozo como el que por poco se traga su carrera en 2019. Su v¨ªa de escape adquiri¨® un marcado marchamo que, por identificaci¨®n, ha causado furor en el sector m¨¢s tradicionalista del f¨²tbol italiano. Como dijo un agente: ¡°El d¨ªa que Emery deje el Villarreal tendr¨¢ un contrato asegurado en un grade de la Serie A¡±.
El grito de guerra de Rulli, Albiol, Pau Torres y Parejo, la columna vertebral de equipo que tortur¨® a la Juventus y al Bayern, remite a los a?os de plomo del ¡®calcio¡¯. Todos repet¨ªan la frase m¨¢gica que les inculc¨® Emery: ¡°Tenemos que saber sufrir¡±.
Sufrieron como sufren los jugadores: sin la pelota. No solo renunciaron a tenerla: apenas un 35% del tiempo de acci¨®n. Cuando se apropiaron de ella, renunciaron tambi¨¦n a moverla con alegr¨ªa en b¨²squeda del gol. Lo hicieron con una capacidad de inhibici¨®n admirables. Frente al Bayern, en 180 minutos de eliminatoria, el Villarreal solo permiti¨® ocho remates contra su porter¨ªa. A cambio solo tir¨® dos veces. Nunca, desde que se registran los remates en 2004, el ganador de una eliminatoria de Champions consigui¨® el pase chutando tan pocas veces a puerta. Esta proeza de la dosificaci¨®n se sald¨® con otra haza?a del acierto: dos goles. Cien por ciento de acierto camino de una clasificaci¨®n que premia la prudencia de Emery.
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