Ricardo Bochini, el hombre que nunca hizo una gambeta de m¨¢s
El ex jugador argentino de Independiente recibe el homenaje del Athletic por los 19 a?os que jug¨® con la misma camiseta
El f¨²tbol de potrero se agota, dicen. Solo quedan resquicios en Argentina. Como los partidos de calle en Espa?a, aunque a veces se encuentra alguna veta, como el viernes en la tarde primaveral de Bilbao. Mientras Ricardo Bochini (Z¨¢rate, Argentina, 68 a?os), que sali¨® de uno de esos descampados de su ciudad, firmaba aut¨®grafos sin parar en una de las salas nobles de San Mam¨¦s, a las puertas del campo, un grupo de chavales, ¨Centre ellos una ni?a que tocaba la pelota de maravilla¨C, jugaba un partido de porter¨ªas con mochila, rodillas con rozaduras y balones que se escapan por la pendiente hacia ...
El f¨²tbol de potrero se agota, dicen. Solo quedan resquicios en Argentina. Como los partidos de calle en Espa?a, aunque a veces se encuentra alguna veta, como el viernes en la tarde primaveral de Bilbao. Mientras Ricardo Bochini (Z¨¢rate, Argentina, 68 a?os), que sali¨® de uno de esos descampados de su ciudad, firmaba aut¨®grafos sin parar en una de las salas nobles de San Mam¨¦s, a las puertas del campo, un grupo de chavales, ¨Centre ellos una ni?a que tocaba la pelota de maravilla¨C, jugaba un partido de porter¨ªas con mochila, rodillas con rozaduras y balones que se escapan por la pendiente hacia la calle Luis Bri?as. La explanada del coliseo rojiblanco se ha convertido en una escuela de futbolistas de calle.
Lleg¨® por la ma?ana el Bocha a Madrid, escala de su viaje a Bilbao, y en el control de pasaportes se le acerc¨® un compatriota: ¡°Yo soy de Racing¡±, le dijo, ¡°pero a usted lo adoro¡±. Ricardo Bochini, leyenda de Independiente, es uno de los pocos personajes del f¨²tbol argentino que despierta unanimidad. Los hinchas de Boca Juniors le entregaron un presente en la Bombonera y los seguidores de todos los equipos de los que fue adversario le ovacionan. ¡°Porque siempre respet¨® al rival¡±, asegura Jorge Barraza, periodista y bi¨®grafo del ex jugador. ¡°Nunca hizo una gambeta de m¨¢s para humillar; si tir¨® un ca?o fue porque era necesario para la jugada de su equipo¡±. El protagonista tambi¨¦n cree que esa puede ser la clave: ¡°El respeto hay que tenerlo con todos los rivales. Yo quer¨ªa ganar todo lo que jugaba, pero cuando ganaba nunca lo hice humillando al rival¡±.
En San Mam¨¦s, Bochini recibe el premio que concede el Athletic a las figuras destacadas del f¨²tbol que nunca cambiaron de camiseta, y su vida ha sido Independiente de Avellaneda, en el que jug¨® 19 temporadas, y que el pasado diciembre le dio su nombre al estadio en el que fue feliz.
La no prueba con San Lorenzo
Toda su vida cambi¨® a los 15 a?os, cuando acudi¨® a una prueba con San Lorenzo. Iba con su padre, le preguntaron al conserje d¨®nde deb¨ªan esperar y este les indic¨® una puerta. All¨ª estuvieron tres horas, hasta que les dijeron que los jugadores se hab¨ªan ido por otra salida. Aburrido y enfadado, se fue a probar con Independiente. ¡°Los hinchas de San Lorenzo dicen que todav¨ªa buscan a aquel conserje¡±, apunta el escritor Eduardo Sacheri. ¡°En Argentina, bochinesco se ha convertido en un adjetivo que equivale a genial e imprevisto¡±, advierte el narrador. Sacheri se sent¨® en las entra?as de la Catedral para una charla junto a Bochini y Barraza, organizada por la Fundaci¨®n Athletic, y a la que acudieron, adem¨¢s de un buen pu?ado de bilba¨ªnos, dos docenas de seguidores del Independiente procedentes de toda Espa?a. Ninguno se quer¨ªa perder la presencia del Bocha. Una pe?a de los diablos rojos lleg¨® de M¨¢laga por la noche para estar en el homenaje de San Mam¨¦s.
¡°Es una persona que vive en Disneylandia¡±, afirma Jorge Barraza. ¡°Si se le pincha una rueda y ven que es ¨¦l, la gente se acerca para cambi¨¢rsela¡±, dice. ¡°Cuando hay que ir a renovar el pasaporte, si vas con Bochini, te lo hacen al momento¡±. Sacheri recuerda que Ricardo tiene dos calles en Argentina, una estatua y un estadio a su nombre. ¡°Es una persona que trasciende m¨¢s all¨¢ de su juego¡±, apunta.
Tal vez por ese sentido de pertenencia. ¡°Ustedes tienen todos los jugadores de ac¨¢¡±, recuerda Bochini. ¡°Yo estuve siempre en Independiente porque siempre quise estar en ese club que me lo dio todo. Los jugadores tenemos que pensar que jugamos por el hincha. El hincha hace mucho sacrificio, va a la cancha cuando llueve torrencialmente, cuando hace fr¨ªo, cuando hace calor... yo siempre pens¨¦ en ellos. Por eso me qued¨¦ en Independiente toda mi carrera¡±. Y apostilla: ¡°No hay dinero que pague el cari?o de la gente despu¨¦s de tantos a?os. Hoy es muy comercial, distinto a nuestra ¨¦poca. Nosotros jug¨¢bamos por la camiseta, por el hincha que sufr¨ªa cuando perd¨ªamos y disfrutaba cuando gan¨¢bamos¡±, dice. ¡°Va a ser imposible que un jugador permanezca 20 a?os en un equipo. Solo se puede dar en un club como el Athletic¡±.
Bochini era un 10 cl¨¢sico, ¡°que solo jugaba para adelante¡±, recuerda Sacheri. ¡°Nunca hac¨ªa un regate y volv¨ªa para atr¨¢s, siempre iba hacia la porter¨ªa contraria porque estaba convencido de que pod¨ªa ganar todos los partidos¡±. Jugaba con el bal¨®n a ras de suelo. ¡°A la pelota no le gusta que la levantes. Le da v¨¦rtigo¡±, dice. Jug¨® s¨®lo unos minutos en el Mundial 86 que gan¨® su pa¨ªs. Cuando entr¨® al campo, en la semifinal ante B¨¦lgica, Diego Maradona le dijo: ¡°Maestro, le estaba esperando¡±.
Sacheri, escritor e hincha, confiesa que, cuando est¨¢ triste, busca en Youtube el v¨ªdeo del gol contra el Olimpia. ¡°El pase que dio entre dos defensas fue brutal¡±. Supuso el 3-2 y la clasificaci¨®n en el minuto 88 para las semifinales de la Copa Libertadores que acabar¨ªan ganando. ¡°Pero yo recuerdo tambi¨¦n alg¨²n gol¡±, dice Bochini. ¡°El que le marqu¨¦ al Talleres de C¨®rdoba, con el que empatamos a dos y ganamos el campeonato¡±. Y lo pone en contexto: ¡°Era en plena dictadura militar, nos la jug¨¢bamos contra ellos, y el Gobernador de C¨®rdoba fue a hablar con el ¨¢rbitro para decirle lo conveniente que era la victoria de Talleres para alegrar a la gente y que no hubiera disturbios¡±. Una coacci¨®n en toda regla. ¡°Un balonazo en el hombro lo convirti¨® en penalti; marcaron un gol con el pu?o y, cuando fuimos a protestar, expuls¨® a tres jugadores de Independiente, pero aun as¨ª, marqu¨¦ ese gol y ganamos el t¨ªtulo¡±.
El 20 de agosto de 1985, Ricardo Bochini jug¨® un partido amistoso en San Mam¨¦s, que no lo fue tanto. El ¨¢rbitro, un desastre, ense?¨® nueve amarillas, dos de ellas a Bocha; la segunda por un rifirrafe con Elgezabal. Fue lo ¨²nico entretenido de un choque aburrido que termin¨® sin goles. Ahora regresa a San Mam¨¦s para ser homenajeado. ¡°Estoy orgulloso de recibir el premio de un club tan grande como es el Athletic. Para m¨ª, tener esta distinci¨®n despu¨¦s de tantos a?os de dejar el f¨²tbol es muy importante, y lo voy a compartir con toda la gente de Independiente¡±, que, como el f¨²tbol de club en Argentina, est¨¢ en horas bajas. ¡°El equipo de 1984 hubiera sido lo mismo ahora. Jugar¨ªamos de t¨² a t¨² a cualquier equipo del mundo; al Real Madrid, al Liverpool, al Manchester. Hoy Independiente est¨¢ muy lejos de aquello. ?Duele? S¨ª, pero son otras las circunstancias¡±.
Acab¨® Bochini mientras los ni?os jugaban al f¨²tbol en la puerta y a la leyenda de Independiente le cantaban los hinchas la melod¨ªa de Le¨®n Gieco que populariz¨® Mercedes Sosa: ¡°S¨®lo le pido a Dios, que Bochini sea para siempre¡±.
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