De Australia a Par¨ªs, el creyente Nadal: ¡°Si no confiara en ganar, no estar¨ªa aqu¨ª¡±
El espa?ol, que debutar¨¢ el lunes contra Thompson, cree que el pie lesionado no le va a molestar y dice no estar ¡°tan, tan lejos¡± de brindarse una nueva oportunidad
Despu¨¦s de dos a?os de silencio e intimidad, forzada en realidad porque la pandemia redujo la presencia de los periodistas a la m¨ªnima expresi¨®n, la sala de conferencias de Roland Garros recupera el ajetreo y los sonidos, el ir y venir de la gran familia del tenis. Por ah¨ª se escucha el susurro de Naomi Osaka mientras atiende a una televisi¨®n, con los cascos gigantescos que le envuelven las sienes y la abstraen a ratos del mundo; en otro costado de la zona subterr¨¢nea, Paula Badosa departe y bromea en ingl¨¦s durante una videollamada; tambi¨¦n sonr¨ªe en otro butac¨®n Dominic Thiem, pese al martir...
Despu¨¦s de dos a?os de silencio e intimidad, forzada en realidad porque la pandemia redujo la presencia de los periodistas a la m¨ªnima expresi¨®n, la sala de conferencias de Roland Garros recupera el ajetreo y los sonidos, el ir y venir de la gran familia del tenis. Por ah¨ª se escucha el susurro de Naomi Osaka mientras atiende a una televisi¨®n, con los cascos gigantescos que le envuelven las sienes y la abstraen a ratos del mundo; en otro costado de la zona subterr¨¢nea, Paula Badosa departe y bromea en ingl¨¦s durante una videollamada; tambi¨¦n sonr¨ªe en otro butac¨®n Dominic Thiem, pese al martirio f¨ªsico de los ¨²ltimos tiempos; y a eso de mediod¨ªa, despu¨¦s de completar el entrenamiento matinal en la pista central, irrumpe el amo y se?or de la casa: ¡°Viene Rafa¡±. Nadal, el Rey de Par¨ªs, o el Rey del Humor, como le describe el torneo.
¡°Durante un tiempo fui el mejor aqu¨ª, pero ya no creo¡¡±, dice entre risas el mallorqu¨ªn, que al mal tiempo ¨Clluvia, cielo gris, d¨ªa desapacible¨C reacciona con buena cara. Luce tejanos y un polo blanco que resalta el moreno, ajusta los botellines que rodean al micr¨®fono, saluda a la mujer que se encarga de las transcripciones, que devuelve la cortes¨ªa desde un habit¨¢culo de cristal, y contesta de buen humor. ¡°Si no estamos bien an¨ªmicamente, todo lo dem¨¢s es imposible y m¨¢s si llegamos con una preparaci¨®n justa y sin los resultados ideales, ya sea por culpa de las lesiones o por lo que sea, pero esta la realidad. Yo no soy muy de especular: lo que hay es lo que hay¡±, concede ante la pregunta de este peri¨®dico.
Y lo que hay por delante, dicen los ¨²ltimos acontecimientos, la adversidad, el mal del pie izquierdo, ese escafoides pu?etero, es otro de esos desaf¨ªos al alcance de muy pocos. No para ¨¦l, que ya lo hizo el pasado mes de enero en Australia y, por qu¨¦ no, sue?a con volver a tumbar al monstruo de las lesiones y repetir la haza?a. ¡°Si no creyera que puede suceder, probablemente no estar¨ªa aqu¨ª¡±.
Es decir, Nadal no pierde la fe. Por mucho que su cuerpo le obligue a echar el freno una y otra vez, por mucho que su dolor se traduzca demasiado a menudo en un sinvivir y por mucho que la candidatura de otros jugadores cotice hoy d¨ªa al alza, ll¨¢mense Novak Djokovic, ll¨¢mense Carlos Alcaraz, ¨¦l no se rinde ni escatima. ¡°Veamos qu¨¦ puede pasar¡±. Hay vida, luego hay esperanza. Al fin y al cabo, dice, ¡°voy a cumplir 36 a?os y no s¨¦ cu¨¢ntos Roland Garros me quedan por jugar, porque uno no es tonto y sabe que las oportunidades son finitas, as¨ª que quiero darme las m¨¢ximas opciones posibles¡±.
La esperanza del doctor Cotorro
De entrada, Nadal conf¨ªa en que su pie pueda soportar la carga que se avecina gracias a la presencia del doctor. ¡°Tengo la confianza en que aqu¨ª no me va a molestar. El hecho de que ?ngel [Ruiz-Cotorro] est¨¦ aqu¨ª puede ayudarme de forma decisiva¡±, precisa. Esgrime a continuaci¨®n el argumento de la l¨®gica, as¨ª como el de la amplitud de espaldas: ¡°He ganado 13 veces aqu¨ª y s¨¦ lo que hay. No hay ning¨²n escrito en prensa ni ninguna opini¨®n de ning¨²n aficionado que me a?ada un 0,5% de presi¨®n, porque al final la que yo me genero a m¨ª mismo supera a cualquiera que llegue de fuera¡±. Y se agarra el balear a la imprevisibilidad del deporte, reincidentemente a su favor: ¡°Lo que hoy parece imposible, pasados unos d¨ªas deja de parecer imposible, e incluso puede empezar a parecer muy posible¡±.
Conf¨ªa Nadal en el trabajo diario ¨Csesiones dobles desde que aterrizara en el torneo, el pasado mi¨¦rcoles¨C y en que, si logra superar las trampas de las primeras rondas y recuperar el punto de ritmo, llegue el clic. ¡°Ocurri¨® en Australia, donde me puse en condiciones de tener una oportunidad. Y aqu¨ª no es diferente. Debo ser positivo y creer, ir construyendo poco a poco mis opciones. Debo estar preparado porque si ocurre, no creo que est¨¦ tan, tan lejos¡±, responde con optimismo.
Pero, ?cu¨¢les son las diferencias entre la situaci¨®n de enero, cuando triunf¨® en Melbourne tras m¨¢s de medio a?o de ausencia (de nuevo por el pie) y contagiarse de covid a las puertas del primer major, y la circunstancia actual? ¡°Si comparamos ambos casos, hay cosas mejores y peores¡±, contesta a EL PA?S; ¡°a nivel de entrenos, llegu¨¦ all¨ª con muy poca preparaci¨®n, aunque debo decir que el pie estaba mejor de lo que est¨¢ ahora, y eso es una ventaja muy importante. Es verdad que hab¨ªa estado con el pie muy mal durante meses, pero al llegar all¨ª estaba mejor y eso me permit¨ªa estar con un poquito m¨¢s de tranquilidad. Aparte, este es un torneo con el que estoy muy familiarizado y en el que he tenido ¨¦xito, as¨ª que si estoy jugando bien, es verdad que mis opciones son m¨¢s altas que en Australia. La historia lo dice¡±.
Cuatro ensayos en enero, cinco ahora
En cualquier caso, dice Nadal que no es un hombre que se replantee demasiado las cosas ni que especule, que sencillamente acepta las cosas tal y como vienen y que, hoy por hoy, no siente que ocupe la pole position pese al idilio con Par¨ªs. ¡°Los resultados dicen que no soy favorito, en absoluto, pero eso es algo que nunca me preocup¨® mucho; de hecho, cuando probablemente era el favorito, nunca me consider¨¦ as¨ª. Por supuesto, soy uno de los candidatos¡±, matiza, a la vez que subraya la dureza del cuadro; eso s¨ª, no le quita el sue?o: ¡°Pueden ocurrir muchas cosas antes de llegar a los partidos que est¨¢is suponiendo¡±. Esto es, un hipot¨¦tico cruce en los cuartos con Djokovic y otro en semifinales con Alcaraz, que debutar¨¢ el domingo contra Juan Ignacio Londero.
Nadal lo har¨¢ lunes, frente al australiano Jordan Thompson (82?). Y lo har¨¢ de nuevo contra viento y marea. El campe¨®n de 21 grandes aterriz¨® hace cinco meses en Melbourne sobre la bocina, habiendo disputado solo cuatro partidos preparatorios; ahora llegar¨¢ al estreno parisino despu¨¦s de fisurarse una costilla y de volver a sufrir del pie, con solo cinco encuentros sobre arcilla y, por primera vez, sin levantar ning¨²n trofeo antes de Roland Garros en la superficie en la que tradicionalmente ha arrasado.
¡°En Australia se gan¨® algo que parec¨ªa imposible, teniendo en cuenta de d¨®nde ven¨ªamos, y aqu¨ª estamos ante otra oportunidad. Ganar no es una obligaci¨®n ni nada parecido, como a veces ha parecido en a?os pasados, pero voy a esforzarme al m¨¢ximo para generarme otra oportunidad¡±, cierra el discurso. Toda una declaraci¨®n de fe.
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