La disciplina de Heung-Min Son, el primer asi¨¢tico que se convierte en m¨¢ximo goleador de la liga inglesa
El delantero coreano del Tottenham se corona como m¨¢ximo realizador de la Premier tras una evoluci¨®n que nace de una exigente preparaci¨®n individual de la mano de su padre
¡°Los europeos no lo entienden¡±, advierte Heung-min Son (Chuncheon, Corea del Sur, 29 a?os) cuando le inquieren por su periodo formativo. En el equipo de los infravalorados ser¨ªa indiscutible y lucir¨ªa la bota de oro que le entregaron el pasado domingo tras marcar en Norwich los dos ¨²ltimos goles de una cuenta de 23 para cerrar la Premier League (la misma cifra que Salah, del Liverpool). Los meti¨® con la derecha, que en teor¨ªa es su pierna dominante. Con ella anot¨® 11 dia...
¡°Los europeos no lo entienden¡±, advierte Heung-min Son (Chuncheon, Corea del Sur, 29 a?os) cuando le inquieren por su periodo formativo. En el equipo de los infravalorados ser¨ªa indiscutible y lucir¨ªa la bota de oro que le entregaron el pasado domingo tras marcar en Norwich los dos ¨²ltimos goles de una cuenta de 23 para cerrar la Premier League (la misma cifra que Salah, del Liverpool). Los meti¨® con la derecha, que en teor¨ªa es su pierna dominante. Con ella anot¨® 11 dianas, y con la izquierda otras 12. ¡°Nadie, ni siquiera ¨¦l mismo, sabe si es zurdo o diestro¡±, apuntan varios de sus compa?eros en el Tottenham. Y ah¨ª hay que rebobinar hasta su infancia. En efecto es dif¨ªcil, para la mentalidad occidental, entender el tipo de exigencia y disciplina en la que se forj¨® Son, ahora el primer asi¨¢tico que se corona como m¨¢ximo goleador de la Premier.
Corea del Sur cultiva una cultura deportiva que privilegia la repetici¨®n gestual. Ocurre en el tiro con arco, modalidad en la que tiranizan el medallero ol¨ªmpico. Los entrenadores occidentales que acuden a empaparse de la escuela coreana descubren c¨®mo muchos ni?os pasan meses sin tirar una flecha, apenas moldeando procesos y acciones corporales. Heung-min Son empez¨® a entrenar con cinco a?os, pero no se integr¨® en ning¨²n equipo de f¨²tbol hasta que ten¨ªa 14. Pocos meses despu¨¦s fue reclutado por el Hamburgo y parti¨® hacia Alemania, un destino en el que en los ochenta se hab¨ªa acabado de forjar el pionero Bum-kun Cha, el primer coreano en jugar en Europa.
Woong-Jung Son fue un delantero con una cierta trayectoria en aquel tiempo en Corea. Una lesi¨®n le retir¨® antes de cumplir los treinta y se entreg¨® entonces a cincelar a sus dos hijos (el mayor no logr¨® pasar de las divisiones inferiores germanas) en un obsesivo proceso barnizado por cientos de repeticiones de gestos t¨¦cnicos. El adiestramiento inclu¨ªa la capacidad para salir del regate por cualquier perfil gracias al manejo por igual de ambas piernas.Y el disparo. Los 23 tantos de Son en la ¨²ltima Premier entroncan con ese bagaje. Apenas necesit¨® 86 intentos para lograrlos. Mohamed Salah, con el que empat¨® en la clasificaci¨®n de m¨¢ximo goleador, precis¨® 133. Otro detalle les diferencia: el delantero egipcio anot¨® cinco penaltis. Son no tir¨® ni uno porque esa faceta en su equipo la asume Harry Kane.
Su ¨²ltimo gol lleg¨® con un disparo cruzado que engatill¨® con la diestra, una suerte que ensaya desde ambos perfiles y que trabaj¨® en cientos de repeticiones incluso cuando ya se hab¨ªa incorporado al Tottenham. Lo hizo tras una primera campa?a decepcionante. Los Spurs ya le hab¨ªan echado el ojo cuando estaba en Hamburgo, pero dejaron que se curtiese dos campa?as en Leverkusen antes de afrontar su incorporaci¨®n. Pagaron un sobreprecio por ello. En 2013 Son costaba 9,5 millones de euros y dos a?os despu¨¦s se fue a Londres por casi 30 en un movimiento que caus¨® un cierto estupor en Inglaterra. Ruud Van Nistelrooy, que hab¨ªa jugado con ¨¦l en Hamburgo tras dejar el Real Madrid, ejerci¨® de avalista. ¡°La primera vez que le vi entrenar supe que ten¨ªa algo especial. El Tottenham no se equivoca¡±, explic¨® el delantero holand¨¦s.
Son, que tras el confinamiento firm¨® un contrato que le reporta 12 millones de euros anuales, pas¨® de puntillas en su primer a?o en Inglaterra y fue entonces, en 2016, cuando le lleg¨® una oferta del Wolfsburgo que estuvo a punto de atender. Pero Mauricio Pochettino ya le hab¨ªa querido fichar para el Southampton y le pidi¨® paciencia y trabajo. Nada que Son no pudiese ofrecer. Aquel inicio de temporada el jugador, cuyo padre se hab¨ªa trasladado a Londres para vivir con ¨¦l, le sirvi¨® para pulir su definici¨®n y, sobre todo, los movimientos entre lateral y central. Su explosi¨®n ahora recoge los frutos del trabajo en esas zonas de indefinici¨®n para los zagueros, tambi¨¦n por su capacidad para conectar con Harry Kane, que cada vez acude m¨¢s atr¨¢s a entrar en contacto con la pelota y ahora destaca como asistente: hasta cinco pases de gol le ha regalado a Son esta temporada.
Su padre se mueve entre Londres y Chuncheon, donde mantiene abierta una academia en la que aplica un dictado de cara al hijo menor, que incluye el consejo de no casarse y formar una familia mientras se dedique profesionalmente al f¨²tbol. Y, en efecto, los europeos no lo entienden.
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