Cielo e infierno de Nadal, entre dos mundos
El fabuloso rendimiento del campe¨®n de 22 grandes, mejor tenista de la temporada a sus 36 a?os, vuelve a encontrar freno en el castigo permanente de las lesiones
Ya de noche, despu¨¦s de que Rafael Nadal anunciase que no iba a poder competir en la semifinal contra Nick Kyrgios, el ambiente en el All England Club era l¨²gubre. El repentino adi¨®s del espa?ol cay¨® como un rayo devastador en el torneo, que perdi¨® de golpe a uno de los grandes alicientes y la posibilidad de enmarcar otro acontecimiento hist¨®rico. La sensaci¨®n que prevalec¨ªa era la de que Nadal hab¨ªa dado un salto cualitativo en las tres ¨²ltimas rondas y la de que sus opciones de atrapar su tercer grande del...
Ya de noche, despu¨¦s de que Rafael Nadal anunciase que no iba a poder competir en la semifinal contra Nick Kyrgios, el ambiente en el All England Club era l¨²gubre. El repentino adi¨®s del espa?ol cay¨® como un rayo devastador en el torneo, que perdi¨® de golpe a uno de los grandes alicientes y la posibilidad de enmarcar otro acontecimiento hist¨®rico. La sensaci¨®n que prevalec¨ªa era la de que Nadal hab¨ªa dado un salto cualitativo en las tres ¨²ltimas rondas y la de que sus opciones de atrapar su tercer grande del a?o, 23? de su carrera y tercero en Londres, se hab¨ªa multiplicado. ¡°S¨ª, se ve¨ªa¡±, transmite una persona cercana al tenista, tocado pero no hundido: ¡°Ten¨ªa opciones reales y buenas sensaciones, pero no se puede luchar contra eso. As¨ª han venido las cosas y en la vida hay que aceptarlo¡±.
Son los dos mundos de Nadal, cielo e infierno. El hombre m¨¢s laureado de la historia del tenis y, a la vez, el h¨¦roe quijotesco que choca una y otra vez contra el molino de las lesiones. Llega esta ¨²ltima, abdomen, en un momento en el que su ¨¢nimo est¨¢ a flor de piel, de un vaiv¨¦n a otro desde hace un a?o y durante este curso de extremos: gloria o nada. ¡°As¨ª no puedo ganar¡±, dice ¨¦l. ¡°Solo me serv¨ªa ganar y yo quiero ganar, pero de esta forma no hay manera. Es imposible ganar dos partidos de este nivel¡±, lamenta el deportista que vive y compite entre una doble realidad de polos, por m¨¢s que se defina como un hombre de grises y responda con serenidad ante las marejadas, que son muchas y variadas, demasiadas ya: ¡°Esto duele y mucho, pero la vida sigue. Se aceptan las cosas como vienen y se sigue hacia adelante. Tengo ilusi¨®n por los objetivos futuros¡±.
Es decir, Nadal no se rinde. ¡°No concibe abandonar¡±, escribe su t¨ªo Toni, seguro de que su sobrino se sobrepondr¨¢ al en¨¦simo ¨®rdago que le lanza su cuerpo. Mal menor, esta vez; ¡°tres o cuatro semanas¡± de baja. Pero sumamente inoportuno. Llegaron los latigazos en el abdominal, otra rotura maldita, cuando estaba a solo dos pasos de elevar otro trofeo mayor y de sacarse esa espinita que tiene con Wimbledon, conquistado durante esa etapa de efervescencia veintea?era, all¨¢ quedan 2008 y 2010, pero todav¨ªa no en esta veteran¨ªa. Lo dice ¨¦l: duele, y mucho.
¡°Es lo que hay¡±, sintetiza.
Hasta ahora, Nadal, de 36 a?os, ha sido el mejor tenista en lo que va de temporada. Se ha hecho con dos de los tres Grand Slams que se han puesto en juego, encabeza la carrera anual ¨Cque determina qui¨¦nes son los mejores del curso y selecciona de cara a la Copa de Maestros¨C, ha ganado m¨¢s t¨ªtulos (4) y ha disputado m¨¢s finales (5) que ning¨²n otro, y tiene el mejor promedio de victorias (35 y 92,1%), por delante de Carlos Alcaraz (35 y 87,1%) y el griego Stefanos Tsitsipas (42 y 75%).
El mallorqu¨ªn iba a abordar las semifinales del grande brit¨¢nico con un registro impoluto, imbatido en este 2022 en los grandes escenarios (19 victorias, 0 derrotas) y a lomos de una din¨¢mica extraordinaria. Solo Taylor Fritz (Indian Wells), Alcaraz (Madrid) y Denis Shapovalov (Roma) han conseguido frenarle, aunque en tres episodios con asterisco: frente al estadounidense compiti¨® en la final de California con una costilla fisurada, ante el murciano apenas comparec¨ªa con un par de partidos en las piernas tras esa lesi¨®n, y contra el canadiense el fantasma de M¨¹ller-Weiss volvi¨® a pisotearle el pie lastimado.
¡°Tengo una lesi¨®n cr¨®nica e incurable. No estoy lesionado, soy un jugador que convive con una lesi¨®n¡±, precis¨® aquella tarde. ¡°Es mi d¨ªa a d¨ªa, y a veces me cuesta aceptarlo. Eso me entristece. Cuando este tipo de problemas aparecen, el resto de las cosas, las positivas, desaparecen¡±, expuso ese d¨ªa de manera cruda, obligado despu¨¦s a un esfuerzo extra (an¨ªmico y f¨ªsico) para llegar a tiempo a Roland Garros. Triunf¨® de nuevo en Par¨ªs, pero la erosi¨®n en el pie durante esas dos semanas ¨C¡°no puedes asumir levantarte cojo todos los d¨ªas¡±, le contaba a este peri¨®dico el d¨ªa despu¨¦s¨C y el reiterado efecto de las infiltraciones le forzaron a una variable m¨¦dica. Todo ello mientras por su cabeza deambulaba una encrucijada: seguir o no seguir. A finales de 2021 ya hab¨ªa sopesado la retirada y la idea volv¨ªa.
La en¨¦sima intersecci¨®n
¡°Hace un par de semanas estaba cercano [a colgar la raqueta, de forma figurada]¡±, admit¨ªa tras vencer a Ricardas Berankis en la segunda ronda de Londres. ¡°Pero ahora no lo siento de esa forma. He sido y soy muy feliz fuera del tenis, y no me preocupa ese d¨ªa; cuando llegue habr¨¢ un cambio, est¨¢ claro¡±, prolong¨® Nadal, que esta dos semanas inglesas hab¨ªa ido elevando el nivel de juego hasta que la desdicha volvi¨® a cruzarse en su camino.
¡°Cuando no es una cosa es otra. He pasado dos horas realmente malas. Estoy preocupado, siento que algo no est¨¢ bien. Si hay algo m¨¢s importante que ganar Wimbledon es la salud¡±, advert¨ªa tras remontar incre¨ªblemente a Fritz en un duelo en el que su padre le inst¨® con vehemencia a abandonar la pista.
Al d¨ªa siguiente, m¨¢s dolor, m¨¢s cl¨ªnica, m¨¢s pruebas. M¨¢s incertidumbre. La en¨¦sima intersecci¨®n. Y esta vez, prudencia: ¡°Tengo una rotura y el riesgo de empeorarla si sigo jugando es grande. Por respeto a m¨ª mismo no quiero salir ah¨ª fuera; estar otros tres meses fuera ser¨ªa duro. No me han convencido, he sido yo. Ha sido una decisi¨®n personal¡±. Habla el legendario Nadal ¨Ceste viernes en Barcelona para revisar el pie otra vez¨C desde la resignaci¨®n, entre esas dos dimensiones que circunscriben su carrera. Cielo e infierno de principio a fin.
OCHO RENUNCIAS Y NUEVE ABANDONOS
El tenista español ha jugado 1.275 partidos individuales en el circuito de élite, de los que ha ganado 1.063 y ha perdido 212. A lo largo de su trayectoria, Nadal ha permanecido 873 semanas en el top-10 y solo en seis ocasiones no pudo saltar a la pista para competir.
A este episodio de Wimbledon se añaden los de Estoril 2004 (rotura del escafoides, antes de cuartos), Miami 2012 (rodilla izquierda, antes de semifinales), Roland Garros 2016 (muñeca, antes de la cuarta ronda), París Bercy 2017 (rodilla derecha, antes de semifinales), Copa de Maestros 2017 (misma dolencia, tras caer en el primer partido de la fase de grupos), Indian Wells 2018 (rodilla derecha, antes de la semifinal) y Bercy 2019 (abdominal, antes de semifinales).
Al margen de estas renuncias, la ficha del mallorquín refleja nueve partidos sin terminar: Auckland 2005 (pecho), Queen’s 2006 (hombro izquierdo), Síndey 2007 (ingle), Cincinnati 2017 (calambre en el brazo izquierdo y mareos), París-Bercy 2008 (muslo derecho), Australia 2010 (rodillas), Miami 2016 (mareos), Australia 2018 (psoas ilíaco) y US Open 2018 (tendón rotuliano).
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