El Liverpool de Darwin se impone al City de Haaland en la Charity Shield
El equipo de Klopp levanta el trofeo m¨¢s importante del verano en Inglaterra ante un rival mermado por la incompetencia defensiva de su costado izquierdo
Darwin N¨²?ez hizo de Divock Origi ¡ªde nueve palomero, de recurso de segunda parte, de revulsivo de partidos sin due?o¡ª para sentenciar en el descuento una final que el Liverpool gan¨® mucho antes de que se cumpliera el tiempo reglamentario. La Charity Shield, la Supercopa de Inglaterra, la cita m¨¢s importante del verano futbol¨ªstico brit¨¢nico, se inclin¨® hacia el Mersey. Lo pag¨® el City, conquistador de la ¨²ltima Premier gracias a una consistencia defensiv...
Darwin N¨²?ez hizo de Divock Origi ¡ªde nueve palomero, de recurso de segunda parte, de revulsivo de partidos sin due?o¡ª para sentenciar en el descuento una final que el Liverpool gan¨® mucho antes de que se cumpliera el tiempo reglamentario. La Charity Shield, la Supercopa de Inglaterra, la cita m¨¢s importante del verano futbol¨ªstico brit¨¢nico, se inclin¨® hacia el Mersey. Lo pag¨® el City, conquistador de la ¨²ltima Premier gracias a una consistencia defensiva que se disolvi¨® en Leicester para disgusto del impotente Haaland.
Dos semanas de pretemporada tard¨® J¨¹rgen Klopp en resolver que N¨²?ez no vale un Firmino. El entrenador del Liverpool dej¨® en el banquillo al fichaje m¨¢s caro de la historia del club ¡ª100 millones de euros pagaron al Benfica¡ª para restituir al brasile?o en la posici¨®n del nueve. No le falt¨® raz¨®n a Klopp, que se pas¨® el verano dudando entre vender a Firmino a la Juventus o conservarlo, y parece despejar su incertidumbre. A sus 30 a?os, Firmino piensa m¨¢s r¨¢pido y mejor que el emprendedor uruguayo a sus 23. Sus decisiones galvanizaron el juego del Liverpool con el bal¨®n, nunca tan brillante como el de su rival, pero m¨¢s que suficiente para desorientar a la oposici¨®n en las ¨¢giles transiciones que se sucedieron a cada robo.
El Liverpool, que ven¨ªa de una pretemporada de inestabilidad, se reequilibr¨® con el viejo Firmino. Del otro lado, la puesta en escena del City reflej¨® el modo de vivir ¡ªde trabajar¡ª de Guardiola. Siempre al l¨ªmite. El t¨¦cnico espa?ol oscil¨® entra la genialidad de asociar a Haaland con Bernardo Silva, y la extravagancia de situar en una misma banda a Nathan Ak¨¦, Joao Cancelo y Jack Grealish, tres jugadores c¨¦lebres por su car¨¢cter err¨¢tico y sus lagunas de concentraci¨®n. Por ah¨ª se le quebr¨® el partido al City.
La banda izquierda del City no tard¨® en convertirse en feraz territorio de caza de Thiago Silva, Firmino y Mo Salah. Durante la primera hora de partido hubo momentos en los que dio la impresi¨®n de que Salah jugaba solo. Recib¨ªa, se giraba, driblaba, se luc¨ªa con un slalon, disparaba... Grealish la perd¨ªa, Cancelo rara vez estaba en su sitio, y al auxilio jam¨¢s acud¨ªa el contemplativo Ak¨¦, tan elegante para desplazar la pelota como incompetente para hacer lo que se supone debe ser la prioridad de un defensa central. Ak¨¦, que estuvo a punto de ir traspasado al Chelsea por 50 millones de euros este verano hasta que Guardiola se percat¨® de que el banquillo se le quedar¨ªa desierto de tanto transfuguismo, sencillamente no siente la marca. El contacto directo no es vocaci¨®n de Ak¨¦.
Con semejante reparto defensivo, al City le pes¨® una tonelada cada p¨¦rdida de bal¨®n. De poco le valieron sus posesiones elaboradas sin una presi¨®n consistente, frente a un adversario que compens¨® sus carencias t¨¦cnicas haciendo del trabajo sin pelota un factor invariable. Obligados a correr sin pausa, De Bruyne, Grealish, Rodri y Haaland terminaron por desconectarse y sin una cobertura puntual el equipo se acul¨® contra su porter¨ªa. As¨ª estaba cuando entre Thiago, Luis D¨ªaz y Salah le fabricaron el espacio a Alexander-Arnold. El lateral lleg¨® desde su zona y envi¨® el bal¨®n a la red.
Juli¨¢n ?lvarez, al rechace
El partido no resisti¨® el paso del descanso sin descontrolarse poco a poco. Ninguno de los equipos dominaba al contrario y el City goz¨® de sus ocasiones. Adri¨¢n hab¨ªa parado un tiro a Haaland y tres a Mahrez cuando, tras un centro de De Bruyne, Juli¨¢n ?lvarez empuj¨® el rechace del portero. El goleador que vino de River entr¨® al cabo de una hora y exhibi¨® su condici¨®n de oportunista para igualar un partido que por juego su equipo no hab¨ªa conseguido encauzar.
Agotada la tarde sin que nadie se adue?ara de la situaci¨®n, una mano de Dias en el ¨¢rea sentenci¨® al City. El VAR decret¨® penalti, Salah lo ejecut¨®, y la Charity Shield se fue hacia el lado rojo de la cancha, en donde Darwin pesc¨® un centro haciendo gala de su mejor instrumento ofensivo: el hueso parietal. Cabezazo, 3-1, y a celebrar.
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