El Real Madrid se parte la cara
Un gol sangriento de R¨¹diger en el ¨²ltimo suspiro da el empate al equipo de Ancelotti ante un admirable Shakhtar (1-1) y garantiza la clasificaci¨®n blanca, pero no el primer puesto
Antonio R¨¹diger, madridista reciente, se parti¨® literalmente la cara para que el Real no saliera peor parado ante el Shakhtar. En el ¨²ltimo parpadeo, el alem¨¢n, un jabato con un chasis herc¨²leo, cabece¨® un centro de Kroos una mil¨¦sima antes de estrellarse con el portero Trubin. Un impacto aflictivo, alarmante, cabeza contra cabeza. Un topetazo tremendo, sangriento. La cara de R¨¹diger, retirado sin vuelta, era pugil¨ªstica. Necesit¨® veinte puntos de sutura. Trubin resisti¨® los segundos restantes con el cr¨¢neo vendado.
Un gol teme...
Antonio R¨¹diger, madridista reciente, se parti¨® literalmente la cara para que el Real no saliera peor parado ante el Shakhtar. En el ¨²ltimo parpadeo, el alem¨¢n, un jabato con un chasis herc¨²leo, cabece¨® un centro de Kroos una mil¨¦sima antes de estrellarse con el portero Trubin. Un impacto aflictivo, alarmante, cabeza contra cabeza. Un topetazo tremendo, sangriento. La cara de R¨¹diger, retirado sin vuelta, era pugil¨ªstica. Necesit¨® veinte puntos de sutura. Trubin resisti¨® los segundos restantes con el cr¨¢neo vendado.
Un gol temerario para un empate que hizo resoplar al Madrid. No porque llegara angustiado a Varsovia, pero sus cuentas eran otras. El campe¨®n preve¨ªa un horizonte despejado, con unos cuantos reservistas en busca de una victoria polaca que permitiera abanicarse a varios titulares ante el cl¨¢sico que se avecina. De paso, en una temporada tan extenuante, procurarse que las dos jornadas restantes de la fase de grupos de la Copa de Europa fueran dos fechas para un p¨ªcnic. No fue as¨ª. Pero R¨¹diger no se asust¨® y puso un remiendo. El Real, ya clasificado, tendr¨¢ que remar en Leipzig el pr¨®ximo d¨ªa 25 para ser primero de grupo. El equipo alem¨¢n tiene boletos. Incluso el Shakhtar.
El partido de Varsovia, exilio del admirable conjunto ucranio, nada tuvo que ver con el de Chamart¨ªn. En La Castellana, el Madrid fue una ametralladora con hasta 36 remates. Esta vez, el cuadro de Igor Jovicevic fue menos jubiloso, m¨¢s taxativo, mejor abrochado. En Madrid se libr¨® de milagro de una zurra de a¨²pa. Una semana despu¨¦s puso mucho de su parte para evitar una tunda.
Parti¨® Carlo Ancelotti con una alineaci¨®n condicionada por el cl¨¢sico del domingo y los apretones de este inaudito curso mundialista. Desde el cami¨®n escoba se alistaron Nacho, Lucas y Hazard. Los dos canteranos siempre al grito de ?presentes! El belga, m¨¢s mustio, no tanto, ni mucho menos. Y eso que el t¨¦cnico italiano le procur¨® el ecosistema que, ya con pocas piernas, mejor le va. Rodrygo se fue al costado de Vinicius ¡ªde reposo¡ª, Valverde se mantuvo en la derecha y Kroos sum¨® en el eje cerca de Tchouameni.
Con tanto ensayo, al Real le cost¨® rimar. Tuvo la tutela del juego, pero sin Vinicius solo encontr¨® una v¨ªa hacia Trubin, el embudo central. Un pasillo por el que hay que enhebrar fino, muy fino. En dos ocasiones lo consigui¨® el campe¨®n. En ambas oportunidades dos jugadas corales, arm¨®nicas, precisas y con v¨¦rtigo. Incluso con Hazard, al que le falta lubricante en las botas, por el medio. El portero local hizo de muro ante Benzema y Rodrygo.
Mientras trataba de hilar el Madrid, poco a poco se solt¨® el Shakhtar, guiado por tres juveniles distinguidos: Mudryk, Sudakov y Zubkov. De la necesidad, virtud. Liberado por la invasi¨®n rusa el pelot¨®n de brasile?os, el cuadro ucranio no tuvo m¨¢s opci¨®n que tirar del vivero propio, una anomal¨ªa hist¨®rica en el club de Donetsk. Ante las se?ales de Mudryk, Sudakov y Zubkov respondieron bien Nacho y R¨¹diger, exigidos m¨¢s de una vez, siempre aplicados, siempre con mordida. El Shakhtar no cerraba los ataques ¡ªmucho m¨¢s fluidos que los del Bernab¨¦u¡ª ante Lunin, sino frente a los dos centrales reclutados por Ancelotti, que no son precisamente dos aprendices.
Al Madrid le faltaba veneno y el encuentro se inclin¨® del lado local en el primer parpadeo del segundo acto. Mykhaylichenko enrosc¨® la pelota desde la derecha de Lunin y Zubkov cabece¨® de forma terminal con Mendy en otro planeta.
El 1-0 tuvo una doble sacudida. Un subid¨®n para el Shakhtar, tan necesitada su gente de alg¨²n entusiasmo. Un equipo obligado a una conjura permanente, en el campo y en su penoso d¨ªa a d¨ªa. Tan ambulante que lleva cuatro a?os sin jugar al calor del hogar. M¨¢s que un gol, un do de pecho. El hero¨ªsmo de la debilidad. Una inyecci¨®n de optimismo que hizo crecer al conjunto ucranio. De hecho, Traor¨¦, a¨²n fuera de forma tras una larga lesi¨®n, no supo definir tras un duelo esgrimista con Lunin, que primero le cerr¨® el paso, y acab¨® por rematar al larguero. De inmediato, Zubkov tambi¨¦n puso el foco en su compatriota Lunin.
Para el Real Madrid, el azote de Zubkov supuso un trastorno. Ancelotti confiaba en acunar bien al calor de la chimenea a Modric, Vinicius, Alaba... Titular¨ªsimos para el cl¨¢sico a la vista. Pero con el Shakhtar en la cumbre y un Hazard deshuesado, a todos, m¨¢s Camavinga y Asensio, tuvo que recurrir en busca de un remedio que solo encontr¨® con el tel¨®n en ca¨ªda. Sin la ruta de Vinicius, bien bloqueado cuando ya el Madrid se precipitaba con cargas al ¨¢rea poco sutiles, m¨¢s bien pedestres. Vinicius y R¨¹diger cazaron dos cabezazos premonitorios. El juego a¨¦reo no es la suerte que mejor domina el brasile?o, pero s¨ª el alem¨¢n. Con un gol de otra ¨¦poca, de esos que remiten a Sabino y Belauste, en Varsovia no hubo remontada total y el Real Madrid a¨²n tendr¨¢ que sudar para llegar l¨ªder a octavos.
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