La ¨²ltima cuenta atr¨¢s de Rafa Nadal
¡°Quiz¨¢ si hubiera jugado con la derecha habr¨ªa jugado mejor, no lo s¨¦¡±, reconoci¨® hace tiempo Toni Nadal sobre un tenista que s¨®lo empez¨® a pegarle a una mano a los diez a?os
Una semana antes de la final de Wimbledon 2008, el mejor partido de la historia del tenis, Rafa Nadal y su entonces entrenador, Toni Nadal, grabaron un anuncio para Nike en el que recordaban una feliz anomal¨ªa: lo ¨²nico que sabe hacer Nadal con la izquierda es jugar al tenis y jugar al f¨²tbol. La marca lo pon¨ªa a escribir, a tirar dardos, a lavarse los dientes con las dos manos; Nadal es diestro, y tambi¨¦n lo era cuando empez¨® a jugar al tenis: le pegaba todo a dos manos para golpear con m¨¢s ...
Una semana antes de la final de Wimbledon 2008, el mejor partido de la historia del tenis, Rafa Nadal y su entonces entrenador, Toni Nadal, grabaron un anuncio para Nike en el que recordaban una feliz anomal¨ªa: lo ¨²nico que sabe hacer Nadal con la izquierda es jugar al tenis y jugar al f¨²tbol. La marca lo pon¨ªa a escribir, a tirar dardos, a lavarse los dientes con las dos manos; Nadal es diestro, y tambi¨¦n lo era cuando empez¨® a jugar al tenis: le pegaba todo a dos manos para golpear con m¨¢s fuerza. En el libro Sin red (Debate, 2015) del periodista argentino Sebastian Fest, Toni Nadal desmiente el mito de que ¨¦l oblig¨® a su pupilo a jugar con la zurda. ¡°Yo pens¨¦ que era zurdo¡±, dijo, porque dio por hecho que, al ser zurdo de pie (de esto no hay dudas), tambi¨¦n lo era de mano. Jugar al f¨²tbol con la zurda lo hace de forma natural; jugar al tenis, se desconoce. ¡°Quiz¨¢ si hubiera jugado con la derecha habr¨ªa jugado mejor, no lo s¨¦¡±. Al golpear siempre con dos manos, ?qu¨¦ era Nadal con la raqueta? ¡°Cuando ten¨ªa diez a?os le hice jugar con una mano. Con la izquierda, porque era el pie con el que disparaba m¨¢s fuerte. ?l dudaba, y entonces le dije: ¡°Oye, cu¨¢ntos conoces del top ten que jueguen con las dos manos de ambos lados?¡±. ¡°Ninguno¡±, me dijo. ¡°Pues no vas a ser t¨² el primero¡±.
Record¨¦ esta historia en la rueda de prensa que Nadal dio esta semana (una rueda de prensa para el recuerdo, por lo que dijo y por c¨®mo lo dijo) para anunciar su retirada el pr¨®ximo a?o, para recordar que se ha ganado el derecho a irse de las pistas como ¨¦l d¨¦ la gana, no obligado por las lesiones, y para decir que, como en la vida, la salud mental en el deporte de ¨¦lite hay que cuidarla y curarla cuando se debilita, tambi¨¦n entrenarla. Y que para eso hacen falta profesionales. Nadal sufre una enfermedad degenerativa en su pie izquierdo que se llama s¨ªndrome de M¨¹ller-Weiss. La padece desde 2005. Debilita el hueso escafoides tarsiano, deforma la extremidad y provoca dolor hasta para caminar; se trata de un hueso esencial para mover el pie. Ha jugado anestesiado; ha ganado anestesiado. Y pens¨¦: ¡°?Y si adem¨¢s es diestro?¡±. Una idea disparatada: Nadal ya es zurdo, pero ?y si lo fuera s¨®lo desde los diez a?os por pura pr¨¢ctica, por puro entrenamiento, no de nacimiento? ?Y si adem¨¢s de pelear contra Federer y Djokovic, dos tenistas fuera de categor¨ªa, Nadal ¨Cel pie de Nadal, las articulaciones castigadas de Nadal¨C fuese el primer rival de s¨ª mismo, el ¨²ltimo monstruo de la pantalla final al que hay que batir?
Volvamos a Nike. Se ha estrenado Air, una pel¨ªcula dirigida por Ben Affleck y protagonizada por Matt Damon. Una historia sensacional: la historia de c¨®mo Nike a trav¨¦s de un hombre, Sonny (Damon), cambia la relaci¨®n de las marcas con los deportistas. Convierte a uno de ellos, una joven promesa llamada Michael Jordan, en unas zapatillas: ¡°?l no llevar¨¢ nuestras zapatillas: ser¨¢ nuestras zapatillas¡±. Air Jordan. La decisi¨®n de Sonny de apostar todo o nada por Jordan, pretendido por Converse y Adidas, por entonces muy por encima de Nike, se produce cuando ve repetido una y otra vez el tiro de Jordan, a los 18 a?os, en el ¨²ltimo segundo del campeonato universitario. Su paz, la seguridad en s¨ª mismo, la tranquilidad de saber que est¨¢s hecho de la pasta en la que los genios resuelven sin pesta?ear partidos en el ¨²ltimo segundo.
Cuenta Carlos Moy¨¢ en De Rafael a Nadal (Roca Editorial), de ?ngel Garc¨ªa Mu?iz y Javier M¨¦ndez Vega, que uno se convirti¨® en otro en 2004, cuando Nadal jug¨® el segundo partido de la final de la Copa Davis contra Estados Unidos. El rival era Roddick, que le hab¨ªa pegado una paliza semanas antes en el Open USA: (6-0, 6-3, 6-4). Le gan¨® tambi¨¦n el primer set en Sevilla: 7-6. Entonces sali¨® Jordan. O como dijo Moy¨¢, ¡°la bestia¡±. El momento decisivo y el tenista decisivo; la super¨¦lite, los que juegan a¨²n mejor en los momentos m¨¢s sensibles. Pas¨® como una hormigonera por encima de Roddick. Y eso, la capacidad de mantener la calma y golpear m¨¢s fuerte cuando m¨¢s falta hace, la cabeza m¨¢s blindada del circuito y su tolerancia al sufrimiento (contra Federer, contra Djokovic, contra su f¨ªsico torturado), es lo que est¨¢ llegando al final. Se acaba.
El reinado de Nadal empieza la ¨²ltima cuenta atr¨¢s, la definitiva de una carrera amenazada por ellas y que han sido desbaratadas, una y otra vez, por un t¨ªtulo. Su anuncio se produce en la v¨ªspera de Roland Garros; el tenista que ha sido en la arcilla una plaga de langostas. El m¨¢s dominador en una superficie que el mundo recuerde, un terror que lo devolv¨ªa todo de tal manera que se propone ahora devolverle al destino la fecha final de su carrera: la dir¨¢ ¨¦l y con el brazo que considere.
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