Pikes Peak y la carrera que empez¨® como una competici¨®n entre fumadores y no fumadores en 1956
Colorado acoge la celebraci¨®n de una prueba de Trail running que es como una media marat¨®n con 2.400 metros de desnivel positivo
La nieve del fin de semana adorna la cima del Pikes Peak mientras los corredores que este s¨¢bado asaltar¨¢n su cima reconocen el final de su inminente agon¨ªa a 4.302 metros de altitud. Lo que empez¨® en 1956 como un reto sobre los perjuicios del tabaco desemboc¨® en una de las grandes maratones de EEUU, engrandeciendo la magia de una monta?a conocida por su peligrosa carrera de rally. Las Golden Trail Series desembarcan en Colorado para la pen¨²ltima prueba del calendario, 21 kil¨®metros de ascensi¨®n sin ...
La nieve del fin de semana adorna la cima del Pikes Peak mientras los corredores que este s¨¢bado asaltar¨¢n su cima reconocen el final de su inminente agon¨ªa a 4.302 metros de altitud. Lo que empez¨® en 1956 como un reto sobre los perjuicios del tabaco desemboc¨® en una de las grandes maratones de EEUU, engrandeciendo la magia de una monta?a conocida por su peligrosa carrera de rally. Las Golden Trail Series desembarcan en Colorado para la pen¨²ltima prueba del calendario, 21 kil¨®metros de ascensi¨®n sin alivios en el estado de las Rocosas
Es el formato m¨¢s salvaje de una carrera que empez¨® por el experimento de un m¨¦dico local con un formato que sumaba otros 21 kil¨®metros de bajada para hacer un marat¨®n. Tres de los 13 corredores que participaron en la primera edici¨®n eran fumadores. Uno de ellos lleg¨® en cabeza a la cima, pero despu¨¦s abandon¨®. ¡°Probablemente necesitaba un cigarrillo¡±, bromea el presidente del club Pikes Peaks Marathon, Ron Ilgen. Los diez no fumadores terminaron la carrera. El tabaco perdi¨®, pero la idea perdur¨®: ¡°Vamos a hacerlo todos los a?os¡±. As¨ª, en 1958 lleg¨® el ascenso, una media marat¨®n con unos 2.400 metros de desnivel positivo.
Son los n¨²meros de una carrera pionera en cuanto a igualdad ¨CArlene Pieper se convirti¨® en 1959 en la primera mujer que acababa un marat¨®n en EEUU¨C y en sostenibilidad, algo que Ilgen explica porque Manitou Spring promov¨ªa un estilo de vida saludable, con una nutrida comunidad de vegetarianos. En una ¨¦poca en la que el concepto de trail running era futurismo, la fama de Pikes Peak vino por el mero desaf¨ªo. ¡°Hay un marat¨®n, vamos a hacerlo. Simplemente coincide que es en una monta?a¡±. Entonces no hab¨ªa ninguno de los siete avituallamientos que los 400 voluntarios prearan estos d¨ªas; los corredores beb¨ªan de los arroyos. ¡°Eran tipos muy duros¡±. M¨¢s all¨¢ de alg¨²n ganador musculado ¨Cun M¨ªster Am¨¦rica¨C fue ese elemento de salud el que export¨® el evento a una zona que apreciaba ese bienestar como la bah¨ªa de San Francisco. El boom del atletismo popular en los 70 hizo el resto.
El pico de Pikes Peak lleg¨® a principios de siglo; tras lustros de dorsales ¡°que se agotaban en cinco minutos¡±, la prueba pag¨® la infinita demanda de carreras en el pa¨ªs y este a?o ha habido plazas hasta agosto. ¡°Creo que el atletismo popular no es lo que era. Ahora hay corredores sociales que lo hacen por divertirse o por ir con sus amigos, no por un desaf¨ªo personal. La gente sigue corriendo, pero no est¨¢ dispuesta a esforzarse¡±. Pero la fama de correr hasta una cima tan alta sigue cotizando alto. ¡°Es el tipo de cosa que quieres hacer una vez en la vida. Y tenemos a mucha gente que repite, parece adictivo. Creo que una parte es demostrar que siguen estando en forma¡±.
Por eso las zapatillas de correr conviven con los motores. Porque antes de aquellos fumadores, Pikes Peak era un rally, un ascenso vertiginoso por herraduras, sin apenas escapatorias. Para subir con el coche hay que pagar peaje y el personal de seguridad revisa el estado de los frenos a la mitad del descenso. ¡°Tenemos un p¨²blico distinto, pero es la misma idea, subir esa monta?a¡±. Porque el hilo conductor es su simpleza, una monta?a apabullante que se ofrece desnuda. ¡°?En cu¨¢ntas carreras puedes ver la meta desde la salida? Es algo imponente, pero cuando llegas arriba y ves desde d¨®nde has empezado, la sensaci¨®n se ¨¦xito es inmensa¡±.
Manitou Springs se levant¨® sobre agua carbonatada ¨Chay ocho fuentes de las que beber agua con gas¨C, algo tan intr¨ªnseco a su cultura sure?a como el caf¨¦ con sirope de calabaza o su tienda navide?a con figuras como Santa Claus jugando al Twister. A unos metros est¨¢ la helader¨ªa de Matt Carpenter, que posee el r¨¦cord desde 1993 (2h01m06s). R¨¦mi Bonnet, el suizo que tiene el registro entre ceja y ceja, pas¨® el mi¨¦rcoles a presentar sus respetos junto a otros corredores. ¡°Le dese¨¦ lo mejor. Y no me refer¨ªa a que ganase la carrera¡±, resume el estadounidense, de 59 a?os. La inestable meteorolog¨ªa ¨Coscila entre sol, fr¨ªo y nieve¨C juega a favor de su perpetuidad.
Ser¨¢ una gran vara de medida sobre la forma de Sara Alonso tras su larga lesi¨®n despu¨¦s de ganar la ETC, una de las carreras cortas del Ultra Trail del Mont Blanc. Malen Osa, cuarta en Dolomitas, tambi¨¦n discutir¨¢ el favoritismo de las estadounidenses Sophia Laukli o Allie McLaughlin y de la suiza Judith Wyder, ganadora en Canazei. La delegaci¨®n masculina incluye a Julia Font, ?lex Garc¨ªa y Daniel Osanz, en un segundo escal¨®n ante los kenianos Patrick Kipngeno, campe¨®n del mundo de subida vertical, o Philemon Kiriago, que viene de ganar la Sierre-Zinal, arruinando la fiesta de Bonet, que defiende t¨ªtulo. Los no fumadores al poder.
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