El Barcelona, otra vez campe¨®n de Europa
El equipo azulgrana, una familia alrededor del bal¨®n de balonmano que ha ganado todos los t¨ªtulos posibles del curso, supera al Alborg dan¨¦s en la final y suma su 12? laurel de la Champions League, tres en los ¨²ltimos cuatro a?os
Dika Mem se tiraba las manos a la cabeza con una sonrisa de incredulidad, pues le hab¨ªan se?alado falta y expulsado dos minutos. Pero no perd¨ªa la compostura como nunca lo hace el capit¨¢n azulgrana, capaz de superar la semana pasada el fallecimiento su hermana peque?a, que solo contaba con 17 a?os, jugador universal que si no es ya el mejor del planeta balonmano poco le falta. Pero el colegiado lo hab¨ªa expulsado y se?alado la falta¡ El tiempo de la final de la Champions League estaba cumplido y el Bar?a venc¨ªa de un tanto (30-31), por lo que Mikkel Hansen, el lateral dan¨¦s del Aalborg, figura...
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Dika Mem se tiraba las manos a la cabeza con una sonrisa de incredulidad, pues le hab¨ªan se?alado falta y expulsado dos minutos. Pero no perd¨ªa la compostura como nunca lo hace el capit¨¢n azulgrana, capaz de superar la semana pasada el fallecimiento su hermana peque?a, que solo contaba con 17 a?os, jugador universal que si no es ya el mejor del planeta balonmano poco le falta. Pero el colegiado lo hab¨ªa expulsado y se?alado la falta¡ El tiempo de la final de la Champions League estaba cumplido y el Bar?a venc¨ªa de un tanto (30-31), por lo que Mikkel Hansen, el lateral dan¨¦s del Aalborg, figura moderna de este deporte, pod¨ªa escribir la historia m¨¢s bella en la ¨²ltima jugada de su carrera, pues se retiraba a nivel profesional con el silbato final, consciente de que no hab¨ªa Champions que engalanara su excepcional curr¨ªculo. Era Hansen contra la barrera y contra Nielsen, el portero que se erigi¨® en el muro en las semifinales. Era Hansen contra el Bar?a; era Hansen contra el mundo.
Amag¨® un par de ocasiones y solt¨® un latigazo sensacional con rosca, una bola que fue por encima de las manos de la barrera azulgrana y que enfilaba hacia la porter¨ªa. Entonces, el tiempo se detuvo; muchos corazones tambi¨¦n. Pero la bola, caprichosa, no baj¨® lo suficiente y se estamp¨® con el larguero para irse fuera, para que el Barcelona conquistara su 12? Champions, la tercera en las ¨²ltimas cuatro ediciones, descarrilado el curso anterior tras caer en los penaltis en la semifinal frente al Magdeburgo. Ah¨ª, solo ah¨ª, Nielsen llev¨® los pu?os al cielo y las rodillas al suelo para soltar un grito liberador y descorchar el llanto. Un gigante con l¨¢grimas saladas. D¨¦cimas de segundo despu¨¦s, Gonzalo P¨¦rez de Vargas, el otro arquero, le regal¨® un abrazo de much¨ªsimos Mississipis. Es la competitividad bien entendida, el equipo sobre las individualidades. Eso mismo explic¨® Melvyn Richardon ¡ªMVP de la final con ocho tantos¡ª con su querido Mem, con el que tambi¨¦n se fundi¨® en uno, rival por el puesto con el Bar?a y la selecci¨®n, amigo en la pista y fuera de ella. Pero quien sabe de este vestuario, entiende que les denominen familia en may¨²scula.
Antes de que se celebrara la Copa del Rey, torneo que ya holl¨® el Bar?a la semana pasada, el equipo decidi¨® hacer una de esas comidas que tantas veces convoca el capit¨¢n Mem, una de esas en las que en ocasiones se alarga la fiesta entre risas. All¨ª decidieron que hab¨ªa que darle una sorpresa a Pablo Lescay, el encargado del material, un cubano que lleva media vida en el club pero que no quiere hablar ante los medios porque dice que se sonroja. As¨ª que despu¨¦s de un entrenamiento, le llamaron al orden y le hicieron un regalo que le provoc¨® las l¨¢grimas por largo tiempo, incluso cuando al cabo de media hora se sent¨® en su esquina del cuarto de materiales. ¡°Son as¨ª. Son una familia. No he visto un vestuario m¨¢s sano en mi vida¡±, cuenta un trabajador del club. ¡°Somos amigos¡±, a?ade el pivote Luis Frade. ¡°Aqu¨ª uno mira por el otro, no hay m¨¢s¡±, ahonda Richardson. Quiz¨¢ esa es la f¨®rmula para que un equipo que las ha pasado canutas haya ganado todos los t¨ªtulos posibles en la temporada, la Supercopa, la Copa Asobal, la Liga, la Copa del Rey y ahora la Champions.
Exigido a rebajar la masa salarial cerca de un 20%, el ¨¢rea de balonmano no pudo renovar a Ludovic F¨¤bregas y se march¨® tambi¨¦n Cindric, pilares de un equipo que era el espejo para el universo balonmano. A eso se le a?adi¨® que al principio del curso se lesion¨® de gravedad Makuc. No pintaba bien la cosa. Pero a grandes remedios, grandes soluciones: ascendi¨® Peter Cikusa, el futuro del Bar?a y de la selecci¨®n; Luis Frade ocup¨® el puesto de F¨¤bregas con una solvencia maravillosa; y el equipo se hizo grande ante la adversidad. Puede que en Espa?a no tenga demasiada, toda vez que suma 14 laureles consecutivos de Liga. Pero es que en Europa tampoco se encuentra demasiada, por m¨¢s que no partiera como favorito este a?o.
Sucede que al equipo le encanta la bola de la Champions, una que se pega bien en la mano y que, sobre todo, es redonda. Cosa que no ocurre con la de la Liga y que les tiene a maltraer. ¡°Con esta, ganamos¡±, le dec¨ªa un jugador a otro medio en broma, medio en serio antes de partir hacia Colonia para la Final Four. Y bien que lo hicieron, capaces de superar a un Aalborg de lo m¨¢s competitivo. Acabado el encuentro, el t¨¦cnico Ortega sali¨® disparado para rodearse de su cuerpo t¨¦cnico, despu¨¦s manteado por todo el equipo. Aunque poco antes, los jugadores ya hab¨ªan recibido la medalla de campeones y Dika Mem, desatado, alzado el trofeo entre una lluvia de confeti dorado. Instantes m¨¢s tarde, l¨®gico por el mal trago superado, el capit¨¢n se derrumb¨® y llor¨® sin consuelo. Bueno, s¨ª, el que le dio la familia azulgrana al completo, uno por uno ofreci¨¦ndole el hombro. Incluso Pol Valera, que iba en muletas tras romperse en el partido de cuartos ante el PSG. Poca cosa para la mano, el brazalete y el coraz¨®n del equipo. Poca cosa entre familiares, entre los mejores.
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