El Barcelona se enreda ante el Olympiacos

Retorcido por el Olympiacos, un Barcelona de garraf¨®n desaprovech¨® la prerrogativa lograda en la fase regular de la Euroliga, la ventaja de campo en los cuartos. Los azulgrana, solo maquillados por el juego alegre de Ricky Rubio, no dieron una, sometidos por la defensa y el f¨ªsico del rival.

Se not¨® de inicio el titubeo generalizado, el saber que ya no hay repesca tras la eliminatoria. No atinaba el Barcelona, de mu?eca torcida -cinco tiros seguidos sin hacer chof-, y el Olympiacos le segu¨ªa la estela hasta que se refugi¨® en Fall, balones a la botella para que sus cent¨ªmetros y c...

Retorcido por el Olympiacos, un Barcelona de garraf¨®n desaprovech¨® la prerrogativa lograda en la fase regular de la Euroliga, la ventaja de campo en los cuartos. Los azulgrana, solo maquillados por el juego alegre de Ricky Rubio, no dieron una, sometidos por la defensa y el f¨ªsico del rival.

Se not¨® de inicio el titubeo generalizado, el saber que ya no hay repesca tras la eliminatoria. No atinaba el Barcelona, de mu?eca torcida -cinco tiros seguidos sin hacer chof-, y el Olympiacos le segu¨ªa la estela hasta que se refugi¨® en Fall, balones a la botella para que sus cent¨ªmetros y cadera descompusieran a Vesely, seis puntos de carrerilla, gobernador del cuarto. Ped¨ªa calma Grimau desde el banquillo, pero en la cancha ocurr¨ªa lo contrario, al punto de que se contaron algo m¨¢s de cuatro minutos hasta que su equipo hizo diana, hasta que Vesely se expres¨® desde la l¨ªnea de tiros libres. Tambi¨¦n se signific¨® Williams-Goss desde el per¨ªmetro y cuando lleg¨® la primera canasta en juego de los azulgrana, el Olympiacos ya hab¨ªa puesto tierra de por medio -siete puntos-, una bofetada de bienvenida. Pero a Parker, que se rige por otras leyes, que nunca se sabe si est¨¢ en el parquet o en su porche de Illinois, tanto le dio. Reclam¨® el bal¨®n y el protagonismo, y con eso bast¨® para cerrar el pr¨®logo entre estrecheces (18-19). Dur¨® poco.

Intenso y efervescente tras la p¨¦rdida, el Olympiacos lograba cortar las l¨ªneas del primer pase para que el Bar?a no pudiera definirse con esas transiciones hipers¨®nicas que tanto le gustan, para que el duelo se encuadrara entre ataques est¨¢ticos. Ocurri¨® que Willy Hernang¨®mez sac¨® m¨²sculo y mu?eca bajo el aro al tiempo que Abrines se signific¨® desde la periferia, dos triples seguidos como dos soles. Fue, en cualquier caso, un oasis, pues los azulgrana se precipitaban en los tiros mientras que en la canasta contraria se significaban Petrusev y Canaan con muchos puntos en las manos, tambi¨¦n con alguna que otra vacilada hacia el p¨²blico que encendi¨® al Palau, ya de por s¨ª caliente tras una antideportiva se?alada sobre Vesely, que no ten¨ªa la noche por m¨¢s que fuera su 34 cumplea?os. Problemas sin la pelota entre las manos y jauja para un Olympiacos que alcanzaba el entreacto con la sonrisa en la cara (35-44).

Tampoco le sirvi¨® el reposo al Bar?a, que segu¨ªa jugando un baloncesto entre cloroformo, grogui de principio a fin, incapaz de decir la suya ante un Olympiacos que se impon¨ªa desde la defensa y que encontraba en McKissic y en Williams-Goss el trampol¨ªn para ampliar las distancias. Pretendi¨® Ricky Rubio argumentar lo contrario, robos y asistencias, tambi¨¦n un triple. Pero con eso no alcanzaba, un Bar?a poco Bar?a, atasco morrocotudo. Tanto, que inici¨® el ¨²ltimo cap¨ªtulo con ocho de desventaja (54-61). Ocurri¨® entonces que el equipo azulgrana elev¨® los vatios en la defensa y que Hernang¨®mez se convirti¨® en el Hulk bajo los aros, impulso que dej¨® el envite en un corchete (58-61), repetido de nuevo con un par de triples de Laprovittola y Ricky (67-69), que segu¨ªa con el frac puesto, m¨¢s robos y m¨¢s asistencias, m¨¢s triples. Pero cuando todo parec¨ªa coger color, volvi¨® a desordenarse el Bar?a, castigado por las personales, sobrepasado por el f¨ªsico del rival y por la mu?eca de Canaan, garrotazo de los gordos para empezar.

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