Joselu pone la cabeza y el Madrid sella el pleno de victorias ante el Uni¨®n Berl¨ªn
El delantero desatasca con dos remates un partido que se les atragantaba despu¨¦s de que se adelantaran los alemanes, que aguantaron hasta hasta el definitivo gol de Ceballos
El Real Madrid maneja a estas alturas una voracidad de varias velocidades. Se mueve a ratos a bajas pulsaciones, encaja golpes, pero siempre termina levant¨¢ndose con la intenci¨®n de no dejar ni las migajas. Tampoco en Berl¨ªn, adonde lleg¨® con el primer puesto garantizado y donde empez¨® a remolque en el marcador pese a monopolizar la pelota. Pero all¨ª tambi¨¦n se levant¨®, para certificar el tercer pleno de victorias en la fase de grupos de la Champions, el ¨²nico equipo que lo ha logrado adem¨¢s del Bayern. Despu¨¦s de acumular una monta?a de toques, ...
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El Real Madrid maneja a estas alturas una voracidad de varias velocidades. Se mueve a ratos a bajas pulsaciones, encaja golpes, pero siempre termina levant¨¢ndose con la intenci¨®n de no dejar ni las migajas. Tampoco en Berl¨ªn, adonde lleg¨® con el primer puesto garantizado y donde empez¨® a remolque en el marcador pese a monopolizar la pelota. Pero all¨ª tambi¨¦n se levant¨®, para certificar el tercer pleno de victorias en la fase de grupos de la Champions, el ¨²nico equipo que lo ha logrado adem¨¢s del Bayern. Despu¨¦s de acumular una monta?a de toques, Joselu descorch¨® el triunfo a cabezazos.
El primer acto fue una rareza extraordinaria. Transcurri¨® de un error ins¨®lito de Modric (un mal pase) a otro (un penalti fallado), del que pendieron dos dentelladas sueltas del Uni¨®n Berl¨ªn. En medio, un parque de recreo para el Madrid, que se empach¨® de pases en el primer tiempo: amonton¨® 483, m¨¢s que nadie en la Copa en los 20 a?os de los que Opta guarda registros. Sin embargo, el gol cay¨® del otro lado. Ese primer tiempo abri¨® con un fallo de Modric que pareci¨® una broma: un pase con el exterior que deriv¨® en un regalo para los alemanes. Behrens termin¨® a solas frente a Kepa, que despach¨® el aprieto con un manotazo pleno de reflejos. Regresaba a la titularidad despu¨¦s de que Lunin hubiera enlazado seis partidos de inicio de un nivel alt¨ªsimo. Tanto que Ancelotti retras¨® el regreso despu¨¦s de su lesi¨®n. Menos de un minuto despu¨¦s de volver, ya estaba despierto como si hubiera estado ah¨ª todo el tiempo.
En Modric comenz¨® tambi¨¦n el disgusto con el que se fueron al descanso. Un centro lateral de Ceballos golpe¨® en la mano de Leite, lo que llev¨® al croata a los once metros. Tir¨® al medio y Ronnow despej¨® con los pies. Era el cuarto penalti que tiraba el Madrid desde la pretemporada, y el cuarto que desperdiciaba. Sigui¨® un c¨®rner, y un saque largo del portero que no alcanzaron ni Nacho ni Alaba. Acab¨® marcando Volland.
Entre esos dos lances, el Madrid despleg¨® un mon¨®logo que no inquiet¨® demasiado al Uni¨®n. Tocaban Modric, Ceballos y Valverde, y los alemanes miraban pasar la vida.
Kroos hab¨ªa comenzado en el banquillo, y sin el alem¨¢n, de descanso con R¨¹diger y Mendy, el Madrid tiende a la monoton¨ªa. Avanza, pero al paso, cent¨ªmetro a cent¨ªmetro, pase a pase. Los jugadores de Ancelotti flu¨ªan m¨¢s que la pelota. Valverde no mostr¨® el abanico de variantes de Kroos, que domina como nadie la direcci¨®n del juego, un futbolista con batuta.
Hasta que compareci¨® el alem¨¢n, el primero que conect¨® ese pasabolas del centro del campo con el ¨¢rea fue Bellingham, que sigue entendiendo con precisi¨®n d¨®nde le necesita el equipo, y tiene piernas para aparecer en todos esos lugares, incluso cuando son muchos. Ensambl¨® un poco y enseguida se present¨® en el ¨¢rea para domar un globo de Lucas V¨¢zquez. Despu¨¦s del sobeteo por el centro, result¨® que el camino se encontraba en las bandas. Por esa derecha, y por la izquierda, desde donde Fran Garc¨ªa le prepar¨® una buena ocasi¨®n al ingl¨¦s, que tir¨® fuera, y otra a Joselu, que cabece¨® al larguero.
Y despu¨¦s, la espesura de nuevo. Ramificaciones de ramificaciones, un control que en muchas fases pareci¨® ilusorio. El Uni¨®n no exhib¨ªa un empe?o feroz. Su nuevo t¨¦cnico, el croata Nenad Bjelica, los devolvi¨® el s¨¢bado a la victoria despu¨¦s de 105 d¨ªas sin catarla, pero al volver a verse con el equipo de Ancelotti regres¨® al plan de resistencia que despleg¨® en el partido del Bernab¨¦u.
Al partido le cambi¨® algo la cara Kroos, que abri¨® la mirada del Madrid m¨¢s all¨¢ del pase m¨¢s cercano y le permiti¨® dejar de jugar con el mismo soniquete. Hasta entonces, el Real era un enjambre en el que bailaban todos sus miembros. El alem¨¢n, casi como un v¨¦rtice fijo, propici¨® otro tipo de din¨¢mica, menos morosa, m¨¢s arrojada, de nuevo da?ina desde los costados.
Primero, Rodrygo busc¨® a Joselu desde la derecha. El delantero cabece¨® a la red en una portentosa exhibici¨®n de oficio. Mientras volaba el centro, forcejeaba con Khedira en el ¨¢rea. Pero la cabeza parec¨ªa funcionarle sin necesidad del cuerpo, que se manten¨ªa sumergido en la pelea mientras conectaba un remate preciso. Despu¨¦s, Fran Garc¨ªa le busc¨® desde la otra banda, y Joselu encontr¨® el gol abajo, otra vez de cabeza.
Entonces, se desconectaron un instante y Kral aprovech¨® dos despistes para empatar desde fuera del ¨¢rea. El desconcierto fue fugaz. Bellingham fabric¨® un espacio para Ceballos, y el andaluz puso el lazo al pleno del Madrid en la fase de grupos.
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