El Madrid revive por la v¨ªa salvaje
Tras el 4-0 del a?o pasado, el equipo de Ancelotti remonta dos veces al City con un registro desbocado de altas revoluciones en un partido volc¨¢nico en el que los ingleses encontraron su momento y que termin¨® en tablas
Los dos ¨²ltimos campeones de Europa se zurraron en el Bernab¨¦u, cayeron, aguantaron, se levantaron, y se siguieron zurrando, en una continuaci¨®n de las eliminatorias de los dos ¨²ltimos a?os en la que el Real Madrid revivi¨® explorando una versi¨®n salvaje con la que, en varios tramos, estuvo a punto de tumbar al Manchester City. Pero el equipo de Guardiola ha cogido mucho cuerpo y los cuartos viajan al Etihad la semana que viene con un empate. Como el a?o pasado, pero que para el equipo de Ancelo...
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Los dos ¨²ltimos campeones de Europa se zurraron en el Bernab¨¦u, cayeron, aguantaron, se levantaron, y se siguieron zurrando, en una continuaci¨®n de las eliminatorias de los dos ¨²ltimos a?os en la que el Real Madrid revivi¨® explorando una versi¨®n salvaje con la que, en varios tramos, estuvo a punto de tumbar al Manchester City. Pero el equipo de Guardiola ha cogido mucho cuerpo y los cuartos viajan al Etihad la semana que viene con un empate. Como el a?o pasado, pero que para el equipo de Ancelotti no se parece tanto al del a?o pasado. Aunque dej¨® escapar su momento.
Fue un partido para no pesta?ear, ni casi coger aire, jugado a toda m¨¢quina, descorchado de manera violenta desde el principio. Desde que el City sac¨® de centro y apunt¨® a la cabeza de Haaland, vigilado por R¨¹diger, centinela pegajoso, que le gan¨® el primer asalto de un crudo duelo cuerpo a cuerpo. El robo deriv¨® en una carrera de Vinicius, que pis¨® el ¨¢rea y la dej¨® atr¨¢s, demasiado pronto: no hab¨ªa llegado nadie. Entonces el bal¨®n vol¨® hacia el otro lado. Corr¨ªa Grealish entre Camavinga y Carvajal, hasta que Tchouameni lo tumb¨®. Bernardo Silva ejecut¨® la falta con picard¨ªa, baja y pegada al palo m¨¢s cercano, al que no lleg¨® Lunin. Entre el saque inicial y la falta hab¨ªan pasado 40 segundos. Hasta el gol, otros 70. Boom.
Hab¨ªa transcurrido un parpadeo y el Madrid parec¨ªa de nuevo en la UCI, como si el partido fuera una extensi¨®n del naufragio del a?o pasado en el Etihad. Un gol en contra y Tchouameni, titular como central en lugar de Nacho, suspendido para la vuelta. El precipicio. Otra vez.
Pero el Real refrescado por Bellingham, Camavinga y Valverde dispone ahora de un registro salvaje, un ritmo con aroma de remontada l¨ªmite que despleg¨® a espasmos e impidi¨® que el Manchester City levantara la trampa asfixiante que los ahog¨® el a?o pasado y con la que desactiva rivales jornada a jornada en la Premier. Ancelotti empuj¨® a su tropa al asalto desbocado despu¨¦s de cada recuperaci¨®n, sin margen para el acoso de los ingleses. El Madrid, escurridizo, percut¨ªa una y otra vez a la espalda, con pocos pasos intermedios. Golpes directos, continuos, que escapaban al City e instalaban el choque en su campo.
Valverde y Vinicius rondaron enseguida el empate en una de las arremetidas, y solo diez minutos despu¨¦s del tanto de Silva, Camavinga dispar¨® desde fuera del ¨¢rea, el bal¨®n toc¨® en R¨²ben Dias y entr¨®.
El once de Ancelotti fue el previsible, pero el italiano innov¨® con un 4-2-3-1, con Camavinga y Kroos en la base, Bellingham de eje, Valverde por la derecha y Rodrygo por la izquierda, muy cerca siempre de Vinicius, en punta. Esa sociedad brasile?a martiriz¨® a Akanji, que ocup¨® el lateral derecho por la lesi¨®n de Walker. Vinicius lanz¨® a Rodrygo al espacio, y el 11, que ha regresado a tiempo de otra de sus sequ¨ªas para las noches grandes del curso, vol¨® al ¨¢rea, se fren¨®, dej¨® pasar a Akanji, le tir¨® un t¨²nel y marc¨®.
El Madrid jugaba a borbotones. Abr¨ªa la compuerta, amenazaba a Ortega Moreno, el suplente de Ederson, y se replegaba a coger aire mientras Rodri y Stones trataban de encontrar v¨ªas de entrada. Por el medio, Camavinga y Kroos las cegaban. Por fuera, Valverde y Carvajal controlaban a Grealish y Mendy vigilaba a Silva. No estaba De Bruyne, indispuesto a ¨²ltima hora, y Kovacic, su recambio, no es De Bruyne.
Despu¨¦s de lo que sufri¨® el a?o pasado, el Madrid dominaba todos los registros. Esa espera a ratos, alg¨²n ataque m¨¢s pausado y sobre todo el v¨¦rtigo. Jugaba a tumba abierta, pero no terminaba de rematar al City, pese a la sucesi¨®n de llegadas de Rodrygo y Vinicius, que desperdiciaron ocasiones que otras noches no dejan escapar.
El rock&roll no dura siempre, y cuando la banda empez¨® a desafinar, el City, que hab¨ªa aguantado el chaparr¨®n, volvi¨® a asomar. Rodri conquist¨® parte de su espacio y empez¨® a encontrar entre l¨ªneas a Foden, que apenas hab¨ªa asustado. El ingl¨¦s ha encontrado este curso una nueva vida en esas zonas interiores, donde se ha vuelto indescifrable y letal. Tambi¨¦n en el Bernab¨¦u, donde se abri¨® paso en la frontal y empat¨®.
Cuando el Madrid afloj¨® la marcha salvaje, el City se repuso con la pelota y Gvardiol encontr¨® otro rinc¨®n en la porter¨ªa de Lunin para ponerse de nuevo por delante. ?El golpe definitivo? Na. M¨¢s madera. Ancelotti meti¨® a Brahim y Modric, y traslad¨® a Vinicius a la izquierda. Por ah¨ª lleg¨® la siguiente respuesta, la pen¨²ltima oleada. El croata abri¨® al brasile?o, que cruz¨® un pase al otro pico del ¨¢rea, donde Valverde enganch¨® el empate con un remate de bateador de b¨¦isbol. El ¨²ltimo golpe, tras el que el Madrid y el City terminaron exhaustos, pero en pie, dispuestos a otra zurra el pr¨®ximo mi¨¦rcoles en el cada vez m¨¢s intimidante Etihad.
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