Al Madrid le queda la pegada
A¨²n desajustado, el equipo de Ancelotti se lleva un partido en el que el Stuttgart desarroll¨® mejor juego
Mientras resuelve todos sus problemas estructurales, el Real Madrid sigue adelante. Con un poco de Rodrygo, un cabezazo de R¨¹diger, un tiro lejano de Endrick y la vieja inspiraci¨®n de Thibaut Courtois. El equipo de Ancelotti contin¨²a descuadernado, sin encajar el ataque, sin ajustar la defensa. Y pese a todo, sigue adelante, pastoso pero letal. Resisti¨® los empellones del Stuttgart, un equipo atrevido, con los engranajes bien ajustados, pero que sucumbi¨® en el estreno en la Champions del campe¨®n.
Esta vez, la Copa de Europa no transform¨® al Madrid, que sigui¨® m¨¢s o menos igual de inconexo y l¨¢nguido que en la Liga. El empuj¨®n se lo dio al Stuttgart, que se presentaba por primera vez en el torneo despu¨¦s de 15 a?os, poco m¨¢s de un a?o m¨¢s tarde de verse colista en la Bundesliga. El equipo de Sebastian Hoeness, hijo de Dieter, sobrino de Uli, abrasaba como una versi¨®n refinada de aquel Bayern de los setenta y los ochenta de los familiares del joven t¨¦cnico alem¨¢n. No hab¨ªa transcurrido ni un cuarto de hora y Courtois ya acumulaba tres paradas; la ¨²ltima, una de esas milagreras que acostumbra a dejar el belga justo antes de que el Madrid despierte.
El Stuttgart atraves¨® fulgurante por el centro con dos paredes y Stiller se vio a solas frente al portero, que estir¨® los brazos y las piernas hacia los lados y despej¨® el tir¨® con las puntas de los dedos del guante derecho. Pero el Madrid no despert¨®. Le costaba todo, desde la salida hasta la amenaza en la otra porter¨ªa. Lucas V¨¢zquez, en el lateral derecho y con Carvajal de central con R¨¹diger, parec¨ªa un juvenil tratando de comenzar el juego desde su banda, en parte tambi¨¦n por la presi¨®n de los alemanes. Funcionan como una manada que ha coordinado todos sus movimientos para cazar. Y cazaban.
M¨¢s adelante, tampoco funcionaba el engranaje. La pelota regresaba enseguida al Stuttgart. No aparec¨ªa un jefe que domara el achuch¨®n de los alemanes y permitiera al Madrid descansar, ordenarse y desajustar al rival. Falta una columna vertebral que sustente el esqueleto. A ratos aparec¨ªa Bellingham, que conectaba las piezas, pero sin continuidad. El Madrid no ten¨ªa el hilo del partido y el Stuttgart necesitaba bien poco para retomarlo, alrededor de Stiller, Leweling y Karazor. Sin contemplaciones, siempre hacia adelante, pese a ser el novato de visita en la casa del campe¨®n gigante, el rey de Europa.
Vinicius no terminaba de redondear un asalto, a¨²n impreciso, un punto ansioso. A Mbapp¨¦ se le enredaban los pies como a un bailar¨ªn principiante. Desperdici¨® varias ocasiones en las que parti¨® con ventaja clara, como un robo que lograron en el ¨¢rea de N¨¹bel y termin¨® en nada, apenas perplejidad general. Se le escurr¨ªan las oportunidades de ataque y al equipo le costaba luego un mundo recuperar. No est¨¢ ajustado el ataque, y tampoco la estructura defensiva de la presi¨®n. Intentaban apretar arriba, pero siempre aparec¨ªa una junta con holgura y por ah¨ª se escapaba el Stuttgart.
Entonces asom¨® Rodrygo, por esa banda derecha que ha empezado el curso medio hu¨¦rfana, empeque?ecida frente al tr¨¢fico de Mbapp¨¦, Vinicius y Bellingham por el otro costado. El 11 aprovech¨® la despoblaci¨®n y aport¨® cierto desahogo al equipo, embotado en las dem¨¢s zonas.
Una de esas escapadas, nada m¨¢s regresar del descanso, otorg¨® al Madrid una ventaja de la que hab¨ªa estado mucho m¨¢s cerca el Stuttgart. Tchouameni le lanz¨® un buen pase al espacio, el brasile?o sigui¨® acelerando hacia el ¨¢rea y le dej¨® la pelota a Mbapp¨¦ para que la empujara. El gol fue como una bengala: una llamarada luminosa pero ef¨ªmera. Con el Stuttgart reci¨¦n golpeado, el Madrid pareci¨® transformarse. Mbapp¨¦ se vio de nuevo solo ante el portero, y le entreg¨® el bal¨®n. Vinicius complet¨® una carrera infinita, consigui¨® echar el bal¨®n atr¨¢s y Valverde y Rodrygo se empantanaron ya dentro el ¨¢rea.
La desorientaci¨®n de los alemanes fue tan ef¨ªmera como el fogonazo del gol, el quinto en siete partidos. Volvieron a tejer y volvieron a pisar el ¨¢rea de Courtois, que sigui¨® sumando paradas. Su estructura defensiva, la fluidez aprendida de sus ataques, la clarividencia para encontrar soluciones, parec¨ªa todo lo que estaba buscando el Madrid, pero que sufr¨ªa como un chaparr¨®n. As¨ª de inevitable pareci¨® el empate, despu¨¦s de un c¨®rner despejado por R¨¹diger al segundo palo, desde donde Leweling la puso en la cabeza de Undav, que encontr¨® la red. No se quedaron ah¨ª. Siguieron buscando. Pero quien encontr¨® fue el Madrid, ya con Modric y G¨¹ler en el campo. El croata lanz¨® un c¨®rner y R¨¹diger dio el alivio que parec¨ªa definitivo, y que remat¨® Endrick en una contra que resolvi¨® con un tiro lejano. El Madrid no fluye, pero avanza.
Clasificaci¨®n | PT | PJ | PG | PE | PP |
---|---|---|---|---|---|
7
|
3 | 1 | 1 | 0 | 0 |
8
|
3 | 1 | 1 | 0 | 0 |
9
|
3 | 1 | 1 | 0 | 0 |
10
|
3 | 1 | 1 | 0 | 0 |
11
|
3 | 1 | 1 | 0 | 0 |
Clasificaci¨®n | PT | PJ | PG | PE | PP |
---|---|---|---|---|---|
26
|
0 | 1 | 0 | 0 | 1 |
27
|
0 | 1 | 0 | 0 | 1 |
28
|
0 | 1 | 0 | 0 | 1 |
29
|
0 | 1 | 0 | 0 | 1 |
30
|
0 | 1 | 0 | 0 | 1 |