El Girona sufre otro gatillazo ante el Sturm Graz que le descarrila en Europa

Despu¨¦s de una exhibici¨®n magn¨¦tica en la Liga ante el Espanyol, el Girona se frotaba las manos y se las promet¨ªa felices frente al Sturm Graz austriaco, l¨ªder en su competici¨®n dom¨¦stica que, sin embargo, contaba los duelos por fiascos en la Champions. Pero el equipo de M¨ªchel sufri¨® un rev¨¦s morrocotudo y evidencia que no se encuentra en Europa, que tambi¨¦n se pierde en la clasificaci¨®n, ya casi descarrilado de la competici¨®n porque solo ha ganado un encuentro de cinco ¨Cel resto derrotas¨C y le queda el Tourmalet por delante, el Liverpool, el Milan y el Arsenal. Casi nada.

Desde el inicio, desde el saque inicial, el Sturm Graz mostr¨® su hoja de ruta, toda vez que el bal¨®n rod¨® de la medular hacia el portero y de ah¨ª pelotazo a seguir que se perdi¨® por la l¨ªnea de fondo. F¨²tbol rudo y sin masticar, pues al equipo austriaco no le interesaba la redonda para conjugarla sino para enviarla al campo contrario y desplegarse con las segundas jugadas, tambi¨¦n con las contras y las conducciones de Bovin, el hombre bala, que tir¨® recortes y un par de disparos, uno al cuerpo de Gazzaniga y el otro torcido. Si bien amasaba de vez en cuando la bola en la defensa, la circulaci¨®n era horizontal y sin intenci¨®n, escaso el Sturm Graz de ingenio y habilidad para descontar l¨ªneas rivales con el pase. Pero ni falta que le hizo, pues con los contragolpes y la acumulaci¨®n de hombres en ataque le bast¨® para desconchar a un rival desnortado. As¨ª, Biereth puso el remate a un saque de esquina y Kiteishvili una volea para quitar el hipo; bofetadas para poner en duda al Girona, que debi¨® reubicar a Iv¨¢n Mart¨ªn (sali¨® de la partida por la lesi¨®n de Van de Beek en el calentamiento) por los pasillos interiores para ganar efectivos en el centro del campo y tratar de sofocar el empuje rival. Ni con esas.

Sucedi¨® que el Girona tambi¨¦n disfrut¨® de fases de f¨²tbol chisposo y result¨®n porque es un equipo de autor, toda vez que M¨ªchel es un entrenador que dignifica el oficio con trabajo, por m¨¢s que en ocasiones las semanas se le quedan chicas porque jugar en tanta competici¨®n resta minutos de entrenamientos para hacer m¨¢s de ba?o y masaje, de recuperaci¨®n. Pero el tiempo pasa y las semillas dan sus frutos porque a cada encuentro exhibe sus recursos, toda vez que parte con un sistema ¨Canoche 4-3-3¨C que resulta ser algo et¨¦reo y flexible porque hay permutas de posiciones para ocupar los espacios, al tiempo que para dificultar las marcas rivales. Y los jugadores responden con su evoluci¨®n, caso de Miovski en el ¨¢rea rival, de Krejci en el eje de la zaga y, sobre todo, de un Bryan Gil que est¨¢ de dulce, pues sabe que con el bal¨®n en los pies y sus driblings de bailar¨ªn puede destrozar a cualquiera. Como en esa ocasi¨®n en la que gan¨® la l¨ªnea de fondo para d¨¢rsela a Iv¨¢n Mart¨ªn, que discuti¨® con la l¨®gica y con Newton, ya que con la porter¨ªa vac¨ªa y casi bajo el larguero, remat¨® con el tobillo para enviarla por encima del travesa?o. Miovski hizo lo propio tras un centro de Tsygankov y el Girona comprendi¨® que no hab¨ªa tut¨ªa.

Persisti¨® Bryan Gil por el costado izquierdo, capaz de poner otro centro que Tsygankov envi¨® al lateral de la red. Pero ya no hubo m¨¢s picante, acaso un remate de Stuani, escaso el equipo de profundidad y del ¨²ltimo pase, hu¨¦rfano de remate por m¨¢s que M¨ªchel pusiera a todos los delanteros sobre el tapete. Por entonces, el Sturm Graz ya hab¨ªa dicho la suya en otra de sus contras, definida por Jatta y un disparo que Gazzaniga acert¨® a repeler, pero completada por Biereth con un pase a la red. Un gol, otro gatillazo del Girona y la Champions que se le escurre, adi¨®s a la ilusi¨®n.