Guardiola contra Guardiola
El t¨¦cnico del Manchester City hace tiempo que dej¨® de rivalizar con Mourinho y Klopp y ahora se mide as¨ª mismo
Guardiola ya no compite con Klopp, que le hizo mejor entrenador a partir de una sana competitividad, especialmente en el Liverpool. Hace tiempo que dej¨® de rivalizar con Mourinho, el t¨¦cnico que sac¨® lo peor del entonces responsable del Bar?a por su capacidad para vivir en el conflicto. Acaso se podr¨ªa decir que si ahora se las tiene con alguien en los banquillos es con alguno de los preparadores que en su d¨ªa formaron parte de su equipo en el Manchester City, como Arteta (Arsenal) o Maresca (Chelsea), se?al del ascendente y la influencia que ejerce sobre sus compa?eros de profesi¨®n y sobre el...
Guardiola ya no compite con Klopp, que le hizo mejor entrenador a partir de una sana competitividad, especialmente en el Liverpool. Hace tiempo que dej¨® de rivalizar con Mourinho, el t¨¦cnico que sac¨® lo peor del entonces responsable del Bar?a por su capacidad para vivir en el conflicto. Acaso se podr¨ªa decir que si ahora se las tiene con alguien en los banquillos es con alguno de los preparadores que en su d¨ªa formaron parte de su equipo en el Manchester City, como Arteta (Arsenal) o Maresca (Chelsea), se?al del ascendente y la influencia que ejerce sobre sus compa?eros de profesi¨®n y sobre el f¨²tbol de la Premier, la Bundesliga y la Liga. Guardiola, en cualquier caso, compite hoy con Guardiola.
El entrenador del equipo que solo ha ganado uno de los ¨²ltimos 11 partidos, empat¨® dos y perdi¨® ocho, es el mismo que alcanz¨® hasta 18 trofeos con el mismo club, incluida la Champions, un torneo que se le exig¨ªa como prueba irrefutable de que era capaz tambi¨¦n de conquistar Europa sin Messi y por tanto de ser catalogado como un n¨²mero uno. Aunque no se sab¨ªa muy bien qu¨¦ se pod¨ªa esperar de Guardiola en la temporada 2024-2025, nadie visualiz¨® una situaci¨®n tan in¨¦dita en el campo ni una decisi¨®n tan sorprendente en los despachos como fue la de renovar por dos temporadas, hasta 2027, cuando desde hac¨ªa d¨ªas se dudaba de su continuidad en el Etihad a partir de 2025. Guardiola dio estabilidad a la instituci¨®n en un momento muy delicado por incierto y a cambio carg¨® con una mayor responsabilidad en el City.
La anunciada salida del director deportivo Txiki Begirist¨¢in y las diferentes sanciones que se prev¨¦n por m¨¢s de un centenar de causas abiertas por vulnerar las normas financieras, invitaban a que Guardiola siguiera los pasos de su amigo vasco al finalizar la temporada. El t¨¦cnico, sin embargo, eligi¨® el sentido contrario y prolong¨® su v¨ªnculo hasta el punto de convertirse en una figura institucional del City. ¡°M¨¦s que un entrenador¡± se le¨ªa en una gran pancarta exhibida en el estadio el pasado domingo antes del derbi contra el United. El desaf¨ªo es may¨²sculo: ¡°No dar¨¦ ni un paso atr¨¢s. Soy el jefe, soy el entrenador, tengo que encontrar una soluci¨®n¡±, argumenta. ¡°No soy lo suficientemente bueno¡±, cerr¨® Guardiola.
Una declaraci¨®n que sonar¨¢ a autoexigencia para los o¨ªdos de sus seguidores, mientras que para sus cr¨ªticos les parecer¨¢ una muestra m¨¢s de su car¨¢cter ¡°arrogante y presuntuoso¡±, para utilizar palabras de Capello. La recuperaci¨®n del City se ha convertido en una cuesti¨®n personal para Guardiola. El proceso no se presenta sencillo para un entrenador con una trayectoria asociada al ¨¦xito por su val¨ªa profesional y una personalidad marcada por la emotividad. ¡°No jugamos con serenidad¡±, advirti¨® d¨ªas despu¨¦s de que sus u?as hubieran ara?ado la calva reci¨¦n afeitada y mostrara seis dedos para recordar los seis t¨ªtulos de Liga conseguidos como respuesta al c¨¢ntico de ¡°ma?ana ser¨¢s despedido¡± escuchado en Anfield.
Guardiola defiende apasionadamente su curr¨ªculo, su contrato y su impacto en el f¨²tbol de la misma manera que sus rivales celebran efusivamente la victoria despu¨¦s de muchas derrotas y el anuncio anticipado del fin del reinado del City. Los hay que no soportan o est¨¢n hartos de Guardiola, tambi¨¦n se cuentan los que festejan que pierda y se sabe que son multitud los que aborrecen al City por ser un nuevo rico en un campeonato famoso por el Liverpool, el United, el Arsenal o el Chelsea.
Las lesiones ¨Cmuy especialmente la de Rodri¨C, han diezmado al equipo; los errores individuales comprometen el esfuerzo colectivo; puede que el propio Guardiola haya agotado a algunos veteranos mientras que a los noveles les cuesta aprender las ense?anzas t¨¢cticas; se echa en falta a un jugador desequilibrante como lo fue Foden el curso pasado; y la plantilla necesita una reforma despu¨¦s de que en el ¨²ltimo mercado se fichara solo a Savinho y recuperara a G¨¹ndogan al tiempo que Juli¨¢n ?lvarez se iba al Atl¨¦tico.
Guardiola no gan¨® ning¨²n t¨ªtulo en su primer a?o con el City. Las muchas dudas sobre la aplicaci¨®n de su idea del juego en la Premier se acabaron la temporada siguiente cuando se constat¨® el talento, el ingenio, la capacidad de innovaci¨®n y el perfeccionismo del t¨¦cnico. M¨¢s tarde se le acus¨® de dar demasiadas vueltas a las cosas hasta perder naturalidad. Y ahora se habla de un presente inesperado. El t¨¦cnico asegura que todav¨ªa tiene energ¨ªa para dar la vuelta a los resultados y se supone que no le falta la pasi¨®n que ha sido vital en su carrera.
Que Guardiola se salga con la suya depender¨¢ m¨¢s que nada de la gesti¨®n de sus emociones y de ser consecuente con su manera de ser: haz lo que sientas o en caso contrario te arrepentir¨¢s. Guardiola compite m¨¢s que nunca con Guardiola y por eso se rasca, se da?a, se pregunta el porqu¨¦ de las cosas que le pasan ¨²ltimamente y se convence de que todav¨ªa le puede la adrenalina y por tanto, aunque quisiera, ahora no puede dejar al Manchester City.