Lo que ense?a el baloncesto mejor (y m¨¢s barato) que las escuelas de negocio
Estrategia, combatividad, temple, generosidad... Algunas de las virtudes que necesita hoy cualquier dirigente empresarial, social o pol¨ªtico son, precisamente, las que se educan y aprenden practicando desde ni?os deportes colectivos
El momento de tomar una decisi¨®n por parte de un jefe, un gestor o un pol¨ªtico, que puede afectar al futuro de tantas personas, se asemeja al de ese jugador a punto de lanzar un triple que dictar¨¢ sentencia: derrota o victoria. El miedo agarrota, hace mella por mucha experiencia que se tenga; y la diferencia entre que salga cara o cruz estribar¨¢ en si el tirador est¨¢ adiestrado y tiene temple para encestar aun con el brazo encogido por la responsabilidad. Eso es liderazgo, explica el profesor de Psicolog¨ªa Social de la Universidad de Salamanca (USAL) Alberto E. De la Torre (Bo?ar, Le¨®n, 1956), como lo es tambi¨¦n tener la virtud de ponerse en el lugar del compa?ero de equipo y correr para echarle un cable, cuando las piernas ya flaquean, o desempe?ar roles que nos disgusten por el bien com¨²n. Y todas, sin excepci¨®n, son justamente cualidades que se aprenden como en ning¨²n otro lugar o momento al integrarse en la din¨¢mica de entrenamientos y competici¨®n de un equipo deportivo desde ni?o. ?Y si la cancha fuera mejor que un m¨¢ster universitario de negocios?
Cuenta De la Torre que en la literatura acad¨¦mica se distingu¨ªan, por norma, tres tipos de liderazgo: el autoritario, de ordeno y mando; el carism¨¢tico, ligado a una persona que inspira a quienes le siguen por la raz¨®n que fuere; y el democr¨¢tico, donde la toma de decisiones est¨¢ participada por los interesados. Sin embargo hoy, apunta, los expertos prefieren hablar de liderazgos situacionales: cada contexto propicia o genera un tipo de l¨ªder distinto, con matices espec¨ªficos adaptados a la organizaci¨®n que encabeza. Todos los liderazgos se asientan, eso s¨ª, en dos grandes pilares. Por un lado, en la estrategia -el l¨ªder es un estratega-, cuya etimolog¨ªa griega, recuerda De la Torre, alude originalmente a ese general apostado en la colina que divisa a sus tropas, las rivales y tiene la foto del panorama completo, para decidir bien. ¡°Estrategia implica inteligencia y visi¨®n¡±, explica.
El otro cimiento es, dice, el control de las emociones. Que no nuble la mente ning¨²n sentimiento, negativo o positivo, al tomar una decisi¨®n; que se disponga del aplomo para que no influyan en esas decisiones las presiones externas, cada d¨ªa m¨¢s frecuentes y f¨¢ciles, gracias a la interconexi¨®n que brinda Internet; que la frustraci¨®n de uno o cien fracasos no impida reaccionar con celeridad y sin des¨¢nimo y levantarse; que, quien decide, sea un excelente comunicador, porque de ello depender¨¢ la cohesi¨®n del grupo; y que, adem¨¢s, vele por la integridad de su reputaci¨®n, pues solo un comportamiento intachable har¨¢ que no corra peligro su cargo.
Tres ejemplos donde lo aprendido en la cancha sirvi¨® para liderar fuera de ella
Rosa Mar¨ªa Aguilar
Rectora de la Universidad de La Laguna
De ni?a, despu¨¦s de los entrenamientos de baloncesto, acud¨ªa a clases de mecanograf¨ªa. Era lo que se ense?aba a las chicas entonces, el campo del saber socialmente aceptable para ellas. Pero Aguilar se asomaba por la ventana del aula contigua y ve¨ªa a chicos aprendiendo a programar y ella, amante de las matem¨¢ticas, quer¨ªa hacer eso. Pidi¨® un ordenador a su madre, que acept¨® ¨Cle regalaron un Astran 124K¨C con una condici¨®n: ¡°Si quieres juegos, vas a tener que hac¨¦rtelos t¨² misma¡±. Y lo hizo. Se licenci¨® luego en Ingenier¨ªa Inform¨¢tica, se doctor¨®, obtuvo la c¨¢tedra y luego fue elegida rectora. Una carrera asombrosa, llena de obst¨¢culos, donde ser mujer signific¨® siempre correr con el viento en contra (clases donde era la ¨²nica estudiante, personas que le recordaban que era una anomal¨ªa que estuviera all¨ª o que, en los mejores casos, le dedicaban un paternalismo nada halagador, protegiendo a quien encarnaba ¡°la excepci¨®n a la norma¡±). ¡°Siendo rectora, a¨²n me ocurre que ciertos compa?eros me dicen: ¡®que te acompa?e Pepito a la ponencia¡¯, como para prestarme abrigo¡±, cuenta Aguilar, que dice que sin el apoyo de su entorno no habr¨ªa dado el paso de presentarse a la rector¨ªa, aquejada de un perseverante s¨ªndrome del impostor.
?C¨®mo lo logr¨® entonces? Porque, en sus palabras, se tom¨® la carrera como se tomaba el baloncesto. Ella, que fue la alero decisiva, dej¨® pronto de crecer y tuvo que cambiar de posici¨®n y adaptarse al puesto de base, aprender a botar la pelota sin mirar, a dirigir el juego, y a desempe?ar roles secundarios luego en el equipo, pero imprescindibles para el ¨¦xito. ¡°Distingo a la perfecci¨®n en los equipos en que trabajo qui¨¦n ha practicado deporte. Creo que la empat¨ªa es la principal virtud de mi liderazgo: s¨¦ cu¨¢ndo perder un partido, cu¨¢ndo ceder, para bien de la moral del colectivo; s¨¦ escuchar y asumir la responsabilidad ¨²ltima, sacar lo mejor de un grupo que en su heterogeneidad tiene su virtud¡±.
Rosa P¨¦rez
Productora de cine de Atresmedia
Iba a un colegio de monjas, solo chicas. Pero ten¨ªa tres hermanos que jugaban a baloncesto. Con ellos aprendi¨® a fajarse, a sudar y pelearse. Y su talento y su actitud la llevaron al club formativo de referencia de Madrid, al Canoe. ¡°Entrenaba cinco horas diarias, con la categor¨ªa que me correspond¨ªa por edad y con la superior. Hac¨ªa los deberes y merendaba all¨ª, en la pista¡±, relata P¨¦rez, que despu¨¦s, con otra camiseta, meti¨® 50 puntos en un partido, con un r¨¦cord que todav¨ªa apabulla: 10/12 en triples. Compaginaba baloncesto y estudios aprendiendo a hacer malabares con su tiempo, a no perder un segundo. Luego, cuando tendr¨ªa que haber dado el salto a la profesionalidad, todo comenz¨® a torcerse. Su madre enferm¨®, falleci¨®; su padre, deprimido, perdi¨® el empleo. ¡°Odi¨¦ durante un tiempo lo que hab¨ªa sido todo para m¨ª, el baloncesto¡±. Y ah¨ª comenz¨® otra vida para P¨¦rez, una en la que lo aprendido en la cancha (en sus palabras, ¡°respeto, generosidad, trabajar como un animal, disciplina¡¡±) la propuls¨® fuera de ella. ¡°He trabajado casi de todo. Tengo una capacidad de sacrificio enorme¡±, cuenta quien precisamente achaca a esa virtud propia el haber sido capaz de crecer en un mundo, el de la producci¨®n cinematogr¨¢fica, ¡°muy masculinizado¡±. ¡°Entr¨¦ como azafata y pas¨¦ a ser ayudante de producci¨®n, a hacer programas como Lluvia de estrellas, series como Compa?eros y finalmente cine¡±. Su clave para liderar en ese contexto es tambi¨¦n ¡°la empat¨ªa, la inteligencia emocional, el saber escuchar¡±.
Elena P¨¦rez
Directora de negocio de gas de Endesa
¡°Hace poco, mi hija, a la que inculqu¨¦ la pasi¨®n por el deporte y que ha jugado a v¨®ley a niveles muy competitivos, me dijo: ¡®Mam¨¢, creo que las ¨²nicas amigas de verdad que tengo son las de v¨®ley¡±, cuenta P¨¦rez como ejemplo de lo que explica a continuaci¨®n: ¡°La primera experiencia que tenemos de lo que es trabajar en un equipo, de lo que supone: hacerlo bien t¨² y perder igualmente, frustrarte, lidiar con gente que, por mucho que te esfuerces, es mejor que t¨²¡ es cuando te apuntas en el colegio a un deporte¡±. En su caso fue el baloncesto lo que le brind¨® ese aprendizaje que, dice, ¡°es fundamental para la vida, y mejor a¨²n recibirlo en edades tempranas: los ni?os son naturalmente ego¨ªstas y un entrenador que te manda dar cinco vueltas al campo por un mal comportamiento puede cambiarte el futuro¡±. P¨¦rez lleva m¨¢s a?os de los que puede recordar gestionando equipos, siendo capaz de adaptarse a cambios del sector en el que desempe?a su labor de los que ha salido airosa gracias, precisamente, a saber confiar en quienes la rodeaban. ¡°En una pista juegas con las que elige el entrenador, no con tus amigas, y te obliga a pensar: estamos en esto juntas, es un proyecto com¨²n; y as¨ª es la vida, luego¡±. P¨¦rez, por todo ello, opina que las familias, los entornos, deben apoyar mucho m¨¢s a las chicas deportistas: ¡°la mayor parte de las compa?eras de equipo de mi hija dejaron el v¨®ley al ir a la universidad, simplemente apenas ten¨ªan forma de continuar. A ella le sucedi¨® as¨ª. Una amiga suya, sin embargo, ha conseguido una beca para estudiar en EE UU gracias al deporte¡±.
El liderazgo femenino
Lo que se desprende como t¨®nica de los testimonios, que las mujeres que encabezan proyectos prefieren liderazgos m¨¢s flexibles, basados en la empat¨ªa, observantes con las opiniones de todos los que participen, menos dados a imponer por jerarqu¨ªa sus decisiones, lo corrobora desde la ciencia De la Torre. ¡°Est¨¢ emp¨ªricamente demostrado, ellas son mucho m¨¢s adaptables al cambio que los hombres, m¨¢s tolerantes con esa frustraci¨®n; y, tambi¨¦n y sobre todo, mucho mejores comunicadoras. No por una cuesti¨®n de capacidad ret¨®rica, sino porque tienen menos barreras para expresar sus pareceres y sentimientos. Y, as¨ª, producen grupos mucho m¨¢s cohesionados. Un equipo de baloncesto femenino es una aut¨¦ntica pi?a en la victoria y ¨Caqu¨ª reside su fortaleza¨C m¨¢s a¨²n en la derrota.¡± Eso, trasladado al mundo, es lo que las mujeres que se forjaron en una cancha tienen que ofrecer.
#LoInteligenteEsSeguir
Descubre gracias al proyecto Basket Girlz de Endesa las historias de todas estas deportistas, cient¨ªficas o l¨ªderes culturales y empresariales que tienen algo en com¨²n: se forjaron en una cancha de baloncesto. De este deporte adquirieron valores que les han servido para el resto de retos de la vida. www.proyectobasketgirlz.com