Por qu¨¦ est¨¢ Espa?a en la ¨¦lite del f¨²tbol femenino
El ¨¦xito de la selecci¨®n espa?ola precisamente en el Mundial de 2023 y no en ediciones anteriores tiene mucho que ver con la extraordinaria transformaci¨®n del f¨²tbol femenino en nuestro pa¨ªs en los ¨²ltimos a?os
Para aquellos que se asoman por primera vez al f¨²tbol femenino, puede resultar sorprendente la lista de selecciones dominantes en las ¨²ltimas d¨¦cadas y sus notables diferencias con el f¨²tbol masculino. Los ocho Mundiales de f¨²tbol femenino disputados entre 1991 y 2019 los han ganado cuatro pa¨ªses: Estados Unidos en cuatro ocasiones, Alemania en dos, Noruega y Jap¨®n. Con la excepci¨®n de Alemania, ninguno de los otros tres pa¨ªses destaca en los campeonatos de f¨²tbol masculino. Por el contrario, Brasil, que ha logrado cinco t¨ªtulos masculinos, y Argentina, que suma tres, nunca han ganado la compe...
Para aquellos que se asoman por primera vez al f¨²tbol femenino, puede resultar sorprendente la lista de selecciones dominantes en las ¨²ltimas d¨¦cadas y sus notables diferencias con el f¨²tbol masculino. Los ocho Mundiales de f¨²tbol femenino disputados entre 1991 y 2019 los han ganado cuatro pa¨ªses: Estados Unidos en cuatro ocasiones, Alemania en dos, Noruega y Jap¨®n. Con la excepci¨®n de Alemania, ninguno de los otros tres pa¨ªses destaca en los campeonatos de f¨²tbol masculino. Por el contrario, Brasil, que ha logrado cinco t¨ªtulos masculinos, y Argentina, que suma tres, nunca han ganado la competici¨®n femenina. Lejos de deberse al azar, estas notables diferencias de g¨¦nero en el ¨¦xito en el f¨²tbol internacional se relacionan claramente con el grado de igualdad entre hombres y mujeres en los pa¨ªses.
Existen tres posibles explicaciones, no incompatibles, de esta brecha de g¨¦nero en el rendimiento de las selecciones. En primer lugar, el desarrollo econ¨®mico se correlaciona con la emancipaci¨®n de las mujeres. En los pa¨ªses m¨¢s ricos los avances tecnol¨®gicos en los hogares, la menor fecundidad o una distribuci¨®n m¨¢s equilibrada de las tareas dom¨¦sticas en las parejas aumenta la autonom¨ªa personal de las mujeres y les permite invertir m¨¢s tiempo en actividades como el deporte. De este modo, el desarrollo econ¨®mico aumentar¨ªa el talento disponible y dar¨ªa lugar a mejores selecciones femeninas de f¨²tbol.
En segundo lugar, el empoderamiento de las mujeres en las sociedades a trav¨¦s de pol¨ªticas en los mercados econ¨®mico y pol¨ªtico reducir¨ªa las desigualdades de g¨¦nero y atenuar¨ªa los roles de g¨¦nero. El f¨²tbol no se percibir¨ªa as¨ª como una actividad predominantemente masculina. En general, los pa¨ªses en los que las mujeres disponen de oportunidades en la sociedad similares a los hombres tienden a invertir m¨¢s en el deporte femenino.
Finalmente, las selecciones femeninas podr¨ªan conseguir mejores resultados cuando se invierte directamente en la promoci¨®n del f¨²tbol femenino a trav¨¦s de la cobertura de los medios de comunicaci¨®n y, muy especialmente, la creaci¨®n de ligas nacionales. La promoci¨®n del f¨²tbol femenino tiene que ver con estrategias espec¨ªficas dentro y fuera del campo para aumentar el inter¨¦s y conocimiento del juego.
Si el principal determinante del ¨¦xito en el f¨²tbol femenino fuese el desarrollo econ¨®mico, no har¨ªan falta pol¨ªticas de g¨¦nero, especialmente en el deporte; simplemente habr¨ªa que esperar las externalidades positivas que llegar¨ªan antes o despu¨¦s. Sin embargo, si los factores que m¨¢s pesan fuesen el empoderamiento de las mujeres y la promoci¨®n del f¨²tbol femenino, unas buenas pol¨ªticas activas en ambos frentes ser¨ªan decisivas.
La evidencia cient¨ªfica de la que disponemos y el propio ¨¦xito de la selecci¨®n espa?ola en el Mundial femenino de 2023 muestran claramente que hay que actuar a trav¨¦s de pol¨ªticas de g¨¦nero generales y espec¨ªficas en el f¨²tbol y que esperar los beneficios del crecimiento econ¨®mico no es una estrategia ganadora.
En un estudio que publicamos hace unos meses (¡°Waiting or Acting? The Gender Gap in International Football Success¡± en el International Review for the Sociology of Sport) con datos para 116 pa¨ªses entre 2003 y 2019 encontramos que el f¨²tbol femenino est¨¢ lejos de ser un subproducto del masculino. Las selecciones femeninas consiguen mejores resultados en los campeonatos cuando las mujeres est¨¢n empoderadas en el pa¨ªs y cuando se implementan pol¨ªticas dise?adas para promover el f¨²tbol femenino. De acuerdo con el ?ndice de Desigualdad de G¨¦nero (GII) elaborado por Naciones Unidas y que refleja las desigualdades de g¨¦nero en salud reproductiva, el empoderamiento y el mercado de trabajo, en 2021 Espa?a era el pa¨ªs 14 en igualdad de g¨¦nero en una lista de 170 pa¨ªses. Los cuatro pa¨ªses semifinalistas en el Mundial de 2023, Espa?a, Pa¨ªses Bajos, Gran Breta?a y Australia, se encontraban entre los 27 primeros pa¨ªses m¨¢s igualitarios. Merece la pena destacar que Argentina estaba en la posici¨®n 69 y Brasil en la 94. Por el contrario, los datos no apoyan el argumento de que un mayor desarrollo econ¨®mico se traduzca de forma sistem¨¢tica y autom¨¢tica en una mayor calidad del f¨²tbol femenino y, de ah¨ª, en mejores posiciones en los campeonatos de selecciones nacionales.
Sin duda, el ¨¦xito de la selecci¨®n espa?ola precisamente en el Mundial de 2023 y no en ediciones anteriores tiene mucho que ver con la extraordinaria transformaci¨®n del f¨²tbol femenino en nuestro pa¨ªs en los ¨²ltimos a?os. Se trata de cambios como la retransmisi¨®n de los partidos de la liga femenina a trav¨¦s de la televisi¨®n, la creciente cobertura de los medios de comunicaci¨®n, la profesionalizaci¨®n de las jugadoras y t¨¦cnicos, la apuesta decidida de los grandes clubes como el Real Madrid o el F.C. Barcelona por el f¨²tbol femenino o la creaci¨®n de la Liga Profesional de F¨²tbol Femenino en 2021.
En el momento actual del debate pol¨ªtico en Espa?a, cuando se vislumbra la posibilidad de retrocesos en las pol¨ªticas de g¨¦nero de algunos gobiernos auton¨®micos, el ¨¦xito internacional de nuestro f¨²tbol femenino demuestra bien a las claras que la reducci¨®n de las brechas de g¨¦nero exige un papel activo de las administraciones p¨²blicas y los agentes implicados. Aprendamos del f¨²tbol femenino.
Ignacio Lago Pe?as es catedr¨¢tico de Ciencia Pol¨ªtica en la Universitat Pompeu Fabra de Barcelona. Santiago Lago Pe?as es catedr¨¢tico de Econom¨ªa Aplicada en la Universidad de Vigo. Carlos Lago Pe?as es catedr¨¢tico de Educaci¨®n F¨ªsica y F¨²tbol en la Universidad de Vigo.