La Copa del Mundo no le pertenece a Qatar
No tiene por qu¨¦ ser una contradicci¨®n encontrar cuestionable el trasfondo pol¨ªtico del Mundial y disfrutar de la fiesta del f¨²tbol que supone
Como director de torneo de la Eurocopa 2024, estoy conociendo a muchas personas del futbol base alem¨¢n. Ni?os con los que me hago selfies, entrenadores que ense?an valores a sus j¨®venes jugadores, presidentes de peque?os clubes que hacen su trabajo de manera voluntaria desde hace d¨¦cadas... Todos ellos aman la ligereza del f¨²tbol, conocen su poder educativo y aprecian su importancia para nuestra comunidad.
Sin embargo, ...
Como director de torneo de la Eurocopa 2024, estoy conociendo a muchas personas del futbol base alem¨¢n. Ni?os con los que me hago selfies, entrenadores que ense?an valores a sus j¨®venes jugadores, presidentes de peque?os clubes que hacen su trabajo de manera voluntaria desde hace d¨¦cadas... Todos ellos aman la ligereza del f¨²tbol, conocen su poder educativo y aprecian su importancia para nuestra comunidad.
Sin embargo, cuando la conversaci¨®n gira en torno a Qatar, su tono se vuelve serio. Muchos se plantean perderse un Mundial voluntariamente por primera vez en su vida. En el pasado, esto era una fiesta popular; para los ni?os, una especie de iniciaci¨®n al f¨²tbol que recordar¨¢n toda la vida. Sin embargo, algunas pe?as de aficionados piensan en vaciar las mesas de cerveza y dejar la pantalla en el trastero durante un mes. Todo esto me lo deja claro una vez m¨¢s: darle la Copa del Mundo a Qatar fue un error. No les pertenece.
El proceso de elecci¨®n de la FIFA fue problem¨¢tico. Era ins¨®lito que por primera vez se adjudicaran dos torneos simult¨¢neamente. Qatar y Rusia ganaron la candidatura, a pesar de que hab¨ªa mucha competencia. El calendario de partidos en Qatar tuvo que ser pospuesto del verano al invierno. El calor del desierto no se hab¨ªa tenido en cuenta en un principio, aunque un informe interno de la FIFA lo hab¨ªa advertido y tambi¨¦n se?alaba otros d¨¦ficits de la candidatura.
Otras razones decisivas para llevar el Mundial a Qatar se produjeron en diciembre de 2010. De los 24 cargos electos de la FIFA, casi todos fueron posteriormente inhabilitados, castigados o procesados por la Justicia; incluso dos ya hab¨ªan sido suspendidos por corrupci¨®n antes de la elecci¨®n de la sede. De la mano de Qatar, la FIFA ha da?ado el f¨²tbol y tambi¨¦n su credibilidad como organizaci¨®n occidental e instituci¨®n internacional.
Otra lecci¨®n de Qatar: en el futuro, los derechos humanos deben convertirse en un criterio indispensable en los grandes eventos deportivos. En efecto, Qatar ha hecho progresos en respuesta a las cr¨ªticas de los aficionados y a las investigaciones de los medios de comunicaci¨®n, ratificando algunos acuerdos de derecho internacional e introduciendo el salario m¨ªnimo. Pero los homosexuales siguen estando criminalizados, las mujeres son consideradas inferiores a los hombres y la libertad de prensa y de expresi¨®n est¨¢n restringidas.
Los expertos en derechos humanos de la Fundaci¨®n Friedrich Naumann afirman que las condiciones de los trabajadores inmigrantes, gracias a los cuales el Mundial es posible, han sido devastadoras. Sus muertes fueron aceptadas y no investigadas, sus familias no han recibido ninguna indemnizaci¨®n y el propio Qatar ha admitido los abusos.
Seg¨²n Forbes, el Mundial costar¨¢ al menos 150.000 millones de d¨®lares, es decir, unas 10 veces m¨¢s que el Mundial de Rusia, el m¨¢s caro hasta la fecha. En un pa¨ªs del tama?o de Kosovo y con menos habitantes que Berl¨ªn, hay ocho estadios ultramodernos con aire acondicionado. No existe una cultura de la que el aficionado pueda beneficiarse y apenas mil espectadores de media acuden a los partidos de la Liga profesional. El f¨²tbol no es un deporte amateur en Qatar, y pr¨¢cticamente no hay oportunidades para que las mujeres compitan. Un torneo de f¨²tbol en un lugar as¨ª no es sostenible.
Sin embargo, el planteamiento de celebrar un Mundial en una nueva regi¨®n es el correcto. En 2010 se celebr¨® por primera vez en ?frica. Antes de eso, yo hab¨ªa viajado a Sud¨¢frica, siendo a¨²n jugador en ese momento, para conocer el pa¨ªs anfitri¨®n y las circunstancias en las que se iba a jugar. Un Mundial tambi¨¦n podr¨ªa haber contribuido positivamente a la cultura del f¨²tbol en Oriente Medio, porque all¨ª tambi¨¦n hay pa¨ªses con tradici¨®n futbol¨ªstica.
Animadores a sueldo
O quiz¨¢ se pod¨ªa haber llevado la fiesta al mundo de habla ¨¢rabe: Marruecos y Argelia. Alemania se enfrent¨® a Marruecos en el Mundial de 1970, perdimos contra Argelia en el Mundial de 1982, y antes de ganar el t¨ªtulo en 2014, tuvimos que ir a la pr¨®rroga tambi¨¦n contra Argelia en los octavos de final. Aquel partido en Porto Alegre parec¨ªa un partido fuera de casa, porque muchos aficionados argelinos hab¨ªan viajado hasta all¨ª. Qatar nunca se ha clasificado para un Mundial, pero su candidatura gan¨® en el primer intento. Ahora, aficionados de todo el mundo tendr¨¢n que hacer escala en los pa¨ªses vecinos para viajar a los partidos.
En los estadios habr¨¢ animadores a sueldo con el fin de generar ambiente y promocionar el evento en las redes sociales. Un ambiente que no me interesa como aficionado al f¨²tbol. S¨®lo habr¨ªa volado a Qatar si mi trabajo como director del torneo lo exigiera. Como no es el caso, me quedo en casa.
En algunos pa¨ªses se ha pedido a los equipos que boicoteen el torneo. Eso es algo que cada uno debe decidir por s¨ª mismo. Me parece correcto que Alemania participe, y tambi¨¦n me alegrar¨ªa que nos convirti¨¦ramos en campeones del mundo. Qatar es un socio econ¨®mico y proveedor de energ¨ªa de Occidente, Alemania mantiene relaciones diplom¨¢ticas con Qatar, y la decisi¨®n se remonta a 12 a?os atr¨¢s.
Cada uno debe responder por s¨ª mismo si ve los partidos por televisi¨®n. Yo lo har¨¦, la selecci¨®n alemana es importante. La Eurocopa 2024 de Alemania depende de su rendimiento. Para que el torneo sea un ¨¦xito, el equipo tiene que rendir mejor en Qatar que en los dos torneos anteriores.
En principio, un Mundial es un gran acontecimiento. Deportivamente, un torneo de selecciones es imprevisible y hay m¨¢s equipos con posibilidades de ganar el t¨ªtulo que en la Liga de Campeones. Las condiciones de Qatar, en particular, podr¨ªan favorecer las sorpresas. El ritmo es diferente, el Mundial se celebra en medio de la temporada y los equipos casi no tienen preparaci¨®n. Es posible que Sudam¨¦rica reaparezca. Tal vez un pa¨ªs africano gane a una gran naci¨®n futbol¨ªstica, o un peque?o pa¨ªs europeo llegue a la final, como hizo Croacia en 2018. Y Lionel Messi y Cristiano Ronaldo se retirar¨¢n de la escena mundial. O puede que nazca una nueva estrella.
No tiene por qu¨¦ ser una contradicci¨®n encontrar cuestionable el trasfondo pol¨ªtico del Mundial y seguir celebrando la fiesta que supone para el f¨²tbol. No es una traici¨®n a nuestros valores quedar con los amigos para tomar una cerveza y hablar sin parar de f¨²tbol. Otro tema es si este Mundial ser¨¢ el m¨¢s grande, porque es invierno y los derechos humanos no son innegociables para el pa¨ªs anfitri¨®n.
Sin embargo, tenemos la necesidad humana de reunirnos. Un Mundial es tambi¨¦n una experiencia comunitaria entre personas con ideas similares. En las circunstancias especiales en las que se encuentra Europa, puede servir para reforzar la solidaridad y la resiliencia.
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