El acusado del 'crimen del Acua' dice en la vista oral no recordar nada del asesinato de la limpiadora del bar

Guillermo Fern¨¢ndez Bueno, un joven c¨¢ntabro de 23 a?os, lleg¨® a Vitoria en octubre de 2000 para trabajar en la construcci¨®n y tres meses despu¨¦s era detenido acusado de agredir sexualmente a dos mujeres, una de las cuales hab¨ªa sido tambi¨¦n brutalmente asesinada. Ahora, mientras cumple nueve a?os de condena por la primera violaci¨®n y ayer la Audiencia Provincial inici¨® el juicio por el segundo suceso que se le imputa, el conocido como crimen del bar Acua. El 14 de diciembre de ese a?o la limpiadora Ana Rosa Aguirrezabal era degollada tras ser violada en el interior de esa cafeter¨ªa vitoriana, unos hechos que el acusado asumi¨® parcialmente cuando fue arrestado y que ayer, ante los magistrados que le juzgan, dijo no recordar porque esa noche se encontraba bajo los efectos del alcohol y las drogas.

Fern¨¢ndez Bueno asegur¨® en la vista oral que fueron los polic¨ªas quienes le indujeron esa autoinculpaci¨®n inicial. Sin embargo, las primeras pruebas que se presentaron contra ¨¦l son de peso. Sus dos compa?eros de juerga nocturna previa al crimen negaron que Guillermo consumiera coca¨ªna en alg¨²n momento. Y siete de las decenas de personas que la Ertzaintza interrog¨® en las proximidades del lugar del homicidio describieron con mayor o menor exactitud a un hombre de las caracter¨ªsticas f¨ªsicas del encausado en actitud que todos definieron como sospechosa.

Aunque ser¨¢ hoy cuando se desarrolle la prueba pericial con m¨¢s detalle, los investigadores apuntaron ayer que fueron las huellas de una zapatilla hallada en la cafeter¨ªa la que llev¨® definitivamente a la pista del detenido. Tambi¨¦n el retrato robot del agresor elaborado por la anterior v¨ªctima de una agresi¨®n ocurrida un mes antes, en similares circunstancias, en el interior de una panader¨ªa, se suma a los indicios acumulados contra el actual acusado. En el registro del domicilio del joven c¨¢ntabro la polic¨ªa hall¨® unas zapatillas coincidentes con la huella del bar y una cazadora como la descrita por algunos testigos con restos de sangre. Casualmente, Guillermo Fern¨¢ndez hab¨ªa sido detenido la vez anterior en el interior del propio bar Acua, del que era cliente habitual seg¨²n su propio testimonio.