Europa a prueba del virus
Las medidas fiscales para paliar los efectos del coronavirus en el sistema sanitario, las peque?as empresas y el empleo son las necesarias, pero su financiaci¨®n es insuficiente
Con la propagaci¨®n del coronavirus y la toma de conciencia de sus consecuencias para la econom¨ªa, Europa se enfrenta a uno de sus momentos m¨¢s cruciales. El paquete de est¨ªmulos fiscales adoptado por Bruselas esta semana, y las medidas de pol¨ªtica monetaria anunciadas este jueves por Christine Lagarde, adem¨¢s de llegar a remolque de la acci¨®n emprendida por otras potencias, no despejan las dudas sobre el horizonte econ¨®mico del continente, atenazado por lo...
Con la propagaci¨®n del coronavirus y la toma de conciencia de sus consecuencias para la econom¨ªa, Europa se enfrenta a uno de sus momentos m¨¢s cruciales. El paquete de est¨ªmulos fiscales adoptado por Bruselas esta semana, y las medidas de pol¨ªtica monetaria anunciadas este jueves por Christine Lagarde, adem¨¢s de llegar a remolque de la acci¨®n emprendida por otras potencias, no despejan las dudas sobre el horizonte econ¨®mico del continente, atenazado por los riesgos de recesi¨®n.
Las iniciativas fiscales anunciadas para paliar los efectos sobre el sistema sanitario, las peque?as empresas y el empleo son exactamente las que se necesitan, pero su financiaci¨®n es insuficiente teniendo en cuenta a la gravedad de la situaci¨®n. La propuesta apenas alcanza 7.500 millones de euros, es decir el 0,05% de la econom¨ªa europea. Su impacto ser¨¢ escaso, incluso teniendo en cuenta la cofinanciaci¨®n de los presupuestos nacionales, que multiplicar¨ªan el impulso por tres. As¨ª pues, las esperanzas depositadas en los responsables de la pol¨ªtica fiscal europea, en principio el instrumento id¨®neo para limitar los impactos del coronavirus, se han visto frustradas por el desacuerdo entre estados miembros.
Por el contrario, el BCE dispone de un potente arsenal monetario y de un amplio margen de actuaci¨®n. Prueba de ello, las medidas decididas esta semana, con un incremento del volumen de compra de t¨ªtulos de deuda p¨²blica, y nuevos est¨ªmulos al cr¨¦dito bancario. Sin embargo, estas iniciativas monetarias no responden directamente al origen de las tendencias recesivas, que se encuentran en la falta de suministros para algunos sectores, desfases de tesorer¨ªa, especialmente graves para las peque?as empresas y los aut¨®nomos, y el riesgo de p¨¦rdidas de empleo en los sectores m¨¢s afectados. En suma, el BCE da la sensaci¨®n de no disponer de instrumentos que le permitan contener un shock de estas caracter¨ªsticas, algo que sin duda no contribuye a disipar las incertidumbres, y mira del lado de la pol¨ªtica fiscal.
Por tanto, todo apunta a que la responsabilidad de gestionar el impacto del virus decaer¨¢ en los gobiernos de cada pa¨ªs. Italia ha sido el primero en aprobar un conjunto de medidas, que podr¨ªan totalizar 25.000 millones. Alemania, por su parte, ha reforzado los dispositivos de apoyo a la liquidez de las empresas y al empleo, con un presupuesto de 12.500 millones. Y Espa?a acaba de anunciar un plan de choque, que podr¨ªa alcanzar los 14.000 millones.
De momento la flexibilidad de Bruselas con respecto a los objetivos de reducci¨®n del d¨¦ficit est¨¢ garantizada. Sin embargo, una estrategia coordinada hubiera sin duda permitido maximizar el impacto de las iniciativas, y reducir la presi¨®n financiera que podr¨ªa ejercerse sobre cada estado -algo que se empieza a notar, aunque levemente, en las primas de riesgo-. Adem¨¢s, conviene que las medidas se pongan en marcha con celeridad para prevenir la recesi¨®n, pero con una estrategia de contenci¨®n de los desequilibrios a medio plazo.
Esperemos que, como ya pas¨® con la crisis financiera, Europa no se convierta en una de las principales v¨ªctimas de la pandemia.
Raymond Torres es director de Coyuntura de Funcas. Este art¨ªculo ha sido elaborado por Agenda P¨²blica para El Pa¨ªs