Ofensiva de primavera
La reciente publicaci¨®n de una contracci¨®n del PIB chino, del -6,8%, es un buen preludio de lo que, a corto plazo, nos depara a las econom¨ªas donde el virus de Wuhan tard¨® m¨¢s en llegar. Una tragedia sanitaria y humana de dif¨ªcil comparaci¨®n en el mundo desarrollado que, en lo econ¨®mico, combina la imprevisibilidad de una cat¨¢strofe natural, la reducci¨®n de confianza del peor atentado terrorista y un aut¨¦ntico ...
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La reciente publicaci¨®n de una contracci¨®n del PIB chino, del -6,8%, es un buen preludio de lo que, a corto plazo, nos depara a las econom¨ªas donde el virus de Wuhan tard¨® m¨¢s en llegar. Una tragedia sanitaria y humana de dif¨ªcil comparaci¨®n en el mundo desarrollado que, en lo econ¨®mico, combina la imprevisibilidad de una cat¨¢strofe natural, la reducci¨®n de confianza del peor atentado terrorista y un aut¨¦ntico shock sobre la liquidez y los mercados de cr¨¦dito.
Mientras la econom¨ªa se desploma y se comienzan a dar los primeros pasos para una desescalada del aislamiento al 40% de la poblaci¨®n mundial, los bancos centrales y los gobiernos salen al rescate. El objetivo es limitar el impacto negativo de las medidas de aislamiento en la econom¨ªa y asegurar la liquidez de empresas para evitar el contagio a los mercados de cr¨¦dito.
Las medidas anunciadas a lo largo de las ¨²ltimas semanas son tan extraordinarias que podr¨ªamos tildarlas de ofensiva de primavera, un tsunami de est¨ªmulos y de dinero que se lanza precisamente coincidiendo con el 102? aniversario de la Kaiserschlacht, el ¨²ltimo gran intento del K¨¢iser Guillermo II de Alemania de ganar la Primera Guerra Mundial. En aquel entonces, mientras la tambi¨¦n pandemia de la gripe espa?ola azotaba, los alemanes intentaron anticiparse al desembarco de Estados Unidos en Europa, imponiendo una monumental ofensiva contra el ej¨¦rcito brit¨¢nico, convencidos de que, si los lograban derrotar, Francia claudicar¨ªa.
La batalla de ahora es contra la covid-19 y las autoridades est¨¢n determinadas a ganarla. Para ello, han comprometido una bater¨ªa de medidas fiscales, l¨ªneas de cr¨¦dito y est¨ªmulos de los bancos centrales sin precedentes que, en su conjunto, oscilan entre el 11% del PIB de Reino Unido y el 35% del norteamericano. El paquete fiscal del G4 m¨¢s China supondr¨¢ 2,8 billones de d¨®lares, es decir, un d¨¦ficit fiscal primario del 8,5% del PIB, significativamente superior al 6,5% de 2009. En EE UU, los recortes fiscales ascender¨¢n al 5,9% del PIB, llevando el d¨¦ficit al 11%, frente al 7% de 2009.
En l¨ªneas de cr¨¦dito, destacan los germanos e italianos con programas de un 24% y 20% sobre el PIB. Ante semejantes cifras, uno puede pensar que, mucho compromiso, pero que, a lo mejor, al final, parte de las l¨ªneas de cr¨¦dito y avales no se terminan de desplegar en su totalidad. Para aquellos que puedan tener la tentaci¨®n, las autoridades monetarias se han dado mucha prisa y, ¨²nicamente las compras realizadas hasta ahora, ya son superiores a las llevadas a cabo en la gran crisis financiera de 2008 y 2009. S¨®lo en marzo, el balance de la Reserva Federal ha aumentado un 5,1% del PIB, pasando a suponer el 24,2%. Las expansiones en Europa y Jap¨®n no han sido tan importantes, pero se han incrementado un 3% del PIB, llegando a suponer el 42,3% y 108%, respectivamente.
El mensaje es claro: la ofensiva de primavera va muy en serio. A finales de trimestre asistiremos en EE.UU. a la mayor contracci¨®n en 90 a?os. A diferencia de entonces y de la crisis de 2008, esta vez ser¨¢ poco duradera.
Joan Bonet Maj¨® es director de estrategia de mercados en Banca March